'EL ÚLTIMO SECRETO' de Dan Brown (reseña)

Acabo de leer el libro EL ÚLTIMO SECRETO.

   Escrito por el icónico escritor estadounidense "fabricante" de novelas superventas Daniel James Brown, nacido el 22 de junio de 1964 en Exeter, Rockingham, Nuevo Hampshire, Estados Unidos. Más conocido literariamente como Dan Brown, su nombre se ha convertido en todo un hito dentro de la literatura de ficción fundamentada en el suspense histórico basado en misterios, con acertijos para resolver, dentro de un trasfondo de acción hollywoodiense, que combina pinceladas de acontecimientos artísticos, enseñanzas espirituales y hechos históricos desdibujados por teorías conspirativas pseudohistóricas, creando un influyente estilo literario propio que, debido a su arrollador éxito desde 2003, no solo ha desatado polémicas bien justificadas y controversias de todo tipo, sino que ha marcado un indiscutible punto de inflexión imitado por no pocos autores, así como ensayos (favorables y desfavorables) que pretenden indagar, desenmascarar y/o desacreditar el contenido de sus libros.

   Gracias a su primer éxito superventas (que no primera novela publicada), marcó una nueva forma literaria de entender el suspense histórico de misterio, aunque en origen no fue ni escritor ni novelista, sino músico (pianista y cantautor) sin éxito (aunque al parecer era buen compositor) y profesor académico (de inglés y español) a principios de la década de 1990. Toda su vocación y vida profesional dio un sorprendente giro en el verano de 1993 cuando, tras el encuentro fortuito pero inesperado con una novela de suspense olvidada en una tumbona, le inspiró la escritura de su primera novela, publicada en 1998. A partir de ahí escribió 2 novelas más, con relativo éxito editorial pero sin "cuajar" del todo en el mundo editorial, hasta su cuarto intento, en 2003, donde ahora sí, consiguió su abrumador éxito que lo consolidó como el autor superventas referencial que es en la actualidad. Pero desde entonces no ha podido quitarse de encima las sombras de la sospecha por su falta de rigurosidad, al intentar hacer pasar por históricas y verdaderas teorías conspirativas pseudohistóricas y falsas, destacado su novela de mayor éxito: EL CÓDIGO DA VINCI (Umbriel Editores, Barcelona, 2003).

   Aunque una de las características principales del famoso autor neohampshireño es presentar los datos que aparecen en sus novelas de ficción como "hechos" históricos, con una página específica, antes del comienzo de la novela, titulada explícitamente 'LOS HECHOS', bueno, siempre debemos coger con "pinzas" las gratuitas afirmaciones allí emitidas, pues no son del todo exactas ni mucho menos ciertas en su totalidad (especialmente en su novela más conocida, luego ha ido siendo un poco más riguroso y precavido).

   Aunque en principio sus novelas fueron publicadas por Umbriel Editores, sello editorial de Ediciones Urano; editorial española especializada en espiritualidad nueva era, autoayuda y pseudociencias; tras el abrumador éxito de EL CÓDIGO DA VINCI, el Grupo Planeta (¿cómo no?) se hizo con los derechos de autor, aunque los derechos originales en inglés son del otro gran grupo editorial, Penguin Random House (asuntos del oscuro, turbio y depredador mundo de los negocios editoriales donde se mueven cantidades ingentes de dinero y no precisamente para los autores, no digamos ya los maltratados traductores).

   Mi ejemplar es una primera edición publicada en septiembre de 2025 por Editorial Planeta, con traducción de Aleix Montoto y Claudia Conde, traductores habituales de Dan Brown a la lengua de Cervantes.

   El libro tiene 828 páginas repartidas en una dedicatoria, una cita, 'LOS HECHOS', un prólogo, 139 capítulos numerados sin titular, un epílogo y los agradecimientos.

   Se trata del esperado regreso del mejor Dan Brown, en total forma, tras 8 años de silencio tras su anterior novela: ORIGEN (Editorial Planeta, Barcelona, 2017) donde el autor pretendió sumergirse (fallidamente a mi parecer) en el género de la ciencia ficción tecnológica. Estamos ante una novela de suspense y misterio con absolutamente todos los lugares comunes danbrownianos. Resumiendo, en lo literario su valor es muy escaso, pues no aporta ni una sola novedad a lo que el autor neohampshireño más popular y conocido ha explotado tantas veces: los mismos arquetipos personajísticos sin una sola variación creativa ni original que nos sorprenda, excepto algunos detalles secundarios que, al menos en el arquetipo de villano ejecutor copiado y calcado, sí aporta una pequeña e interesante diferencia que se desvela al final, haciéndonos sospechar desde el principio que es otra cosa. Ahí sí, se lo concedo como válido y bueno a Dan Brown, pues a mí, personalmente, ha conseguido engañarme. A ti no lo sé, pero vas sobre aviso. Si ya has leído o vas a leer esta última interesante obra a mi parecer, me cuentas tus impresiones, opiniones y experiencias en los comentarios (si es que no es demasiado tedioso ni problemático para ti y te apetece).

   Por descontado que el personaje protagonista es su aclamado y exitoso profesor estadounidense ficticio de simbogía Robert Langdon, en el que creo no ser muy avispado al ver desde siempre un trasunto literario del propio autor, pero no solo está presente el cliché de clichés que tan bien le ha funcionado al neohampshireño, sino que repite como coprotagonista uno de los personajes femeninos que ya apareció como personaje terciario en la que a mi juicio era su mejor novela hasta la presente aquí reseñada: EL SÍMBOLO PERDIDO (Editorial Planeta, Barcelona, 2009), llamada Katherine Solomon, neurocientífica especializada en "ciencias" noéticas (prácticamente el mismo perfil que en la anterior novela citada) pero sin la conexión con el otro personaje coprotagonista en EL SÍMBOLO PERDIDO, Peter Solomon, si mal no recuerdo, que era el hermano de Katherine, lo cual hace dudar un tanto que sea el mismo personaje, a pesar de las obvias similitudes también copiadas y calcadas.

   Por otra parte, esta novela, al igual que las anteriores, va un poco floja en la resolución de acertijos, enigmas y misterios, algo que se convirtió en la principal seña de identidad inequívoca de la pluma, el estilo literario y la forma de narrar danbrowniana.

   Pero a pesar de las claras y obvias objeciones literarias a mi juicio, estamos ante un buen libro interesante y a tener en cuenta en lo metaliterario; me refiero a ese trasfondo temático de información que funciona como "mcguffin" en las novelas de Dan Brown y va más allá de los detalles escenificados, como la ubicua y cansina acción hollywoodiense, que no solo están destinados a que la novela se convierta en un artefacto superventas instantáneo (la búsqueda principal de los grandes grupos editoriales), sino a que la novela sea adaptada a la gran pantalla, vendiendo así los derechos de adaptación cinematográfica (que dan incluso bastantes más dividendos que la propia novela, pues leer, lee quien lee, pero las adaptaciones cinematográficas no se las pierde nadie). 

   En este caso ese trasfondo al que me refiero se centra en el que a mi parecer es el tema más fascinante e interesante que existe y al cual le he dedicado (y sigo dedicando) no poca atención: la consciencia (local y no local), las experiencias cercanas a la muerte y las repercusiones que todas las investigaciones en estos campos pueden llegar a tener, haciendo Dan Brown sus conexiones de siempre, esta vez en la mágica y mistérica ciudad checa de Praga, con su cabalístico personaje mítico de ficción, para entretejer una historieta de suspense, a medio camino entre lo verdadero y lo falso, lo real y lo irreal, lo cierto y lo incierto, lo verificado y lo dudoso, que requiere una atenta lectura exegética de indagación pormenorizada, siendo esto lo que salva y diferencia al neohampshireño de otros autores dedicados a escribir novelas superventas muy exitosas pero insulsas y que no aportan nada.

   También me ha gustado mucho el humor particular de Dan Brown, metiendo una gran cantidad de personajes basados en personas reales de su entorno tanto literario (principalmente) como personal, desfigurando tan solo un poco sus apellidos (y a veces nombres), mediante la reordenación de las letras que lo componen, donde destaca, por encima del resto, su editor en Penguin Random House, Jason Kaufman (al que dedica explícitamente la novela) y que en ella aparece como Jonas Faukman, con un cariño especial por parte de Dan Brown, o el divertido guiño metaliterario autorreferencial que aparece al final de la novela, que se lee con rapidez y sin pena ni gloria en lo literario (aunque evidentemente está bien escrita y mejor editada), pero con reflexiones y aspectos muy significativos para extraer, estudiar y profundizar unas cuantas veces sin duda.