Acabo de leer el cómic SANGRE BÁRBARA. EDICIÓN SALVAJE.
Escrito por el reconocido guionista de historietas y escritor español Juan Antonio Torres García, nacido el 19 de julio de 1972 en Málaga, Andalucía, España. Es más conocido como El Torres. Ilustrado por Joe Bocardo, un fantástico ilustrador español nacido en 1980 en Cádiz, Andalucía, España. Ambos han colaborado juntos en algún que otro trabajo y de ahí su simbiosis perfecta a nivel artístico. Aunque en esta obra no ha podido participar, el dúo decidió que seguiría apareciendo en los créditos la artista visual y colorista española Manoli Martínez Laureano, nacida en 1973 en Barcelona, Cataluña, España.
Mi ejemplar es una primera edición publicada en diciembre de 2023 por KARRAS COMICS, una muy interesante editorial española de Granada, dirigida por la editora Cristina Carrasco y especializada en cómics, que suele publicar cosas muy específicas y rarezas comiqueras para verdaderos amantes del noveno arte, definiéndose a sí misma, de manera escueta pero elocuente y evocadora (toda una declaración de principios), como: "Editorial de cómics sin complejos".
El cómic tiene 136 páginas repartidas en un prólogo, 4 capítulos numerados con números romanos y 2 epílogos. Es una edición especial limitada a 1.500 ejemplares que, hasta donde sé, creo que todavía no se ha agotado. Ahora sería, por tanto, el momento de adquirir un ejemplar de esta singularidad irrepetible, un cómic de coleccionista y a todo lujo, con las tapas duras y cosido a hilo.
Se trata de una rareza inusual y que sin duda deleitará a cualquier fan de la mejor creación a mi juicio del escritor estadounidense de principios del siglo XX Robert Ervin Howard (1906-1936): Conan de Cimmeria, también conocido como Conan el bárbaro. Para muchos, el mejor escritor pulp de la historia y no es de extrañar, pues fue el creador del fascinante subgénero de la fantasía épica conocido como espada y brujería. Para más información consultar este artículo del blog: 'CONAN de Cimmeria 1' de Robert E. Howard (reseña).
Recordar que Conan de Cimmeria, también llamado Conan el bárbaro, es uno de los principales personajes de ficción creados por Robert E. Howard en 1932 y que en principio tuvo un breve recorrido, pues su brillante y magnífico autor original falleció 4 años después de aparecer publicado el primer relato protagonizado por el que acabaría convirtiéndose en uno de los más memorables, legendarios y recordados personajes de la fantasía heroica, a mi juicio mucho más interesante que las creaciones de Tolkien o de cualquier otro autor emblemático de fantasía épica, en la mítica revista pulp estadounidense 'Weird Tales' (algo así como "cuentos raros", lo cual nos indica que el famoso Conan fue creado como una genuina rareza literaria), al suicidarse en la parte delantera de su vehículo disparándose un tiro en la cabeza, a los 30 años de edad. Una gran pena, la verdad, pero viendo objetivamente luego el recorrido que seguiría el popular e icónico personaje inmortal, de la mano de los autores que intentaron continuar extendiendo sus aventuras, básicamente por amor y devoción incondicional a esa fascinante creación de la más genuina rareza literaria, me parece que tal vez la temprana muerte voluntaria de Howard hizo que precisamente Conan de Cimmeria acabara siendo la inmortal creación que no solo trascendió a su creador, sino que ha "reencarnado" infinidad de veces (con mejor o peor fortuna) desde entonces, independizado de su creador, aunque, a decir verdad, a mi juicio, absolutamente ninguna de ellas se ha ni aproximado al peor relato de la creación original, a pesar de haber alguna que otra excepción (sí, como habrás podido imaginar, estás ahora mismo leyendo una reseña sobre una de esas poquísimas excepciones).
Veamos un poco más en detalle el asunto: cuando hablamos de Conan de Cimmeria o Conan el bárbaro, podríamos hablar simultáneamente de 4 productos diferentes.
El primero y único importante fue la serie de relatos y novelas cortas que su creador original, Robert E. Howard, escribió entre 1932 y 1936. La mayoría fueron publicadas en la revista pulp 'Weird Tales', pero otras no, publicándose años (incluso décadas) después en otros medios. Solo en 2002 una colaboración entre exégetas especializados en la obra de Howard y Conan en particular, consiguieron rescatar todos sus relatos y novelas cortas originales para crear, durante los siguientes años, una edición exhaustiva y definitiva en 3 volúmenes.
El segundo y nada importante fue toda la cantidad de autores enamorados del personaje y sus aventuras, que intentaron continuar, o bien terminando los relatos que Howard dejó a medias (con resultados desastrosos), o bien escribiendo relatos y novelas totalmente nuevas, ambientadas en la Era Hiboria, el ficticio tiempo y mundo salvaje, bárbaro y violento habitado por Conan. El problema es que esos trabajos acabaron convertidos en pastiches. Pastiche: "Imitación o plagio que consiste en tomar determinados elementos característicos de la obra de un artista y combinarlos, de forma que den la impresión de ser una creación independiente" (Real Academia Española). Pero no solo fueron pastiches, sino pastiches horribles en la mayoría de casos.
El tercero y que marcó un punto de inflexión en la cultura popular fue la adaptación que las 2 grandes editoriales estadounidenses del noveno arte (Marvel y DC) hicieron del personaje al mundo de la historieta, inaugurando colecciones específicas, con Conan de Cimmeria como protagonista, que dieron comienzo en 1970 y aunque en 2000 alcanzaron la cumbre definitiva (Marvel), todavía se siguen publicando, más bien recopilatorios y nuevas reediciones que historietas nuevas, dando una amplitud de tomos difíciles de coleccionar. El problema, al igual que sucedió con los pastiches literarios iniciales tras la prematura muerte del creador, es que no tienen nada (o tienen poco) que ver con el verdadero Conan de Cimmeria, cuya característica principal inequívoca es tener solo verdadera vida en manos de Howard, exceptuando, tal vez, las adaptaciones al noveno arte de muchos de los relatos originales.
El cuarto pero no último son las adaptaciones cinematográficas, a destacar las dos primeras, en la década de 1980, interpretadas por el actor que le pondría inequívoco rostro y comportamiento audiovisual a Conan de Cimmeria, el culturista profesional austríaco nacionalizado estadounidense Arnold Schwarzenegger, uno de los mayores iconos del cine de acción en las décadas de 1980 y 1990: 'Conan el Bárbaro' (John Milius, 1982) y 'Conan el Destructor' (Richard Fleischer, 1984). Ambas no se basan en el personaje original de Howard, sino en la distorsión incorrecta que proyectaron los cómics, dándole la equívoca y definitivamente errónea visión social que tiene el personaje en la cultura popular.
Pero... ¿Y qué sucede con SANGRE BÁRBARA?
Bueno, el cómic SANGRE BÁRBARA es una historia muy diferente que, sin duda (o con pocas dudas), han sabido apreciar todos (o casi todos) los verdaderos fanáticos de Conan, tanto los puristas (como servidor) que solo aman de verdad la creación howardiana original, como los que vienen (la aplastante mayoría por motivos editoriales obvios) de los cómics 'Conan el Bárbaro', 'La espada salvaje de Conan', o 'Conan Rey', por citar las 3 creaciones populares de Marvel Worldwide, Inc., más conocida como Marvel Comics. A mi juicio de total reticencia ante la adaptación howardiana al noveno arte, considero que, si bien Marvel se apartó por completo de la creación original para inventar un Conan muy diferente y descontextualizado (un Conan de pastiche literario nefasto a mi parecer), no obstante DC Comics intentó acercarse más a ese Conan howardiano original a partir de 2003, cuando se unió a las adaptaciones de la saga Conan según la interpretación del noveno arte, siendo infinidad de veces más fiel al original, aunque el dúo formado por el historietista y editor estadounidense de Marvel Roy Thomas, junto con el ilustrador británico Barry Windsor-Smith primero, sustituido después por el historietista estadounidense John Buscema (1927-2002), fueran los artífices de la verdadera popularidad distorsionada que alcanzaría su interpretación de Conan y la Era Hiboria, extendiéndose hasta las primeras adaptaciones cinematográficas, siendo el resto de los intentos un rotundo fracaso rechazado por crítica y público, incluso hasta cuando intentaron ser más fieles también a la creación howardiana original.
SANGRE BÁRBARA es una magnífica, maravillosa, inusual e irrepetible creación breve publicada originalmente por KARRAS COMICS en julio de 2021, donde se aplica ese refrán que afirma "lo bueno, si breve, 2 veces bueno". Nos dejó estupefactos a todos los auténticos amantes genuinos y fanáticos de Conan de Cimmeria, especialmente a los puristas howardianos más frikis, aunque yo, por desgracia, no llegué a las 3 primeras ediciones que, hasta donde sé, tuvo, pues, al parecer, se agotaron con rapidez. Esa edición original citada estaba escrita por El Torres, ilustrada por Joe Bocardo y coloreada por Manoli Martínez. El resultado de este pedazo trío de artistas colaborando fue una verdadera obra maestra que, bebiendo inequívocamente del dúo Thomas-Buscema y las creaciones comiqueras de Marvel, no se alejó un ápice de Robert E. Howard.
¿Cómo pudo suceder esto, la mayor rareza comiquera de la más alta singularidad? Pues porque El Torres es un auténtico fan friki absoluto de "Bob Dos Pistolas" (apodo que le puso su gracioso y divertido amigo H. P. Lovecraft a Robert E. Howard) y llevaba años y años rondándole por la cabeza crear algo de lo que su propio maestro y mentor estuviera orgulloso. A mi juicio me caben pocas dudas sobre que Howard no solo hubiera aprobado SANGRE BÁRBARA, sino que habría hecho suya y reivindicado esta historieta que contiene todos los elementos esenciales de la Era Hiboria, pero permeados por esos 89 años transcurridos desde que Robert E. Howard se marchara con Crom al otro lado de las gélidas montañas de su querida Cimmeria, para dejarnos aquí en plena soledad, aunque bien acompañados por su inmortal creación, con ese conflicto anidado en el corazón de todo ser humano desde que dio comienzo la historia y que, sin duda, recorre implícita y explícitamente esta breve historieta fascinante de Conan, más allá incluso de Conan: la dicotomía entre civilización versus barbarie. Esa es una de las grandes sorpresas que El Torres repite obsesivamente a lo largo del impresionante guion que... ¿Podría ser de otra forma?; con una rotunda y enérgica respuesta directa: no, no y no, pues la confrontación entre civilización versus barbarie fue la mayor obsesión en la corta vida de Howard, tomando siempre partido el genial, creativo e imaginativo autor tejano por la barbarie, sin pie a la duda, aunque nunca fue (y eso es lo más significativo) una concepción bárbara romantizada ni idealizada, como tal vez transmitieron los cómics de Marvel y las adaptaciones cinematográficas posteriores influenciadas por esas previas adaptaciones literarias al noveno arte, olvidando todos los temas esenciales de Howard.
¿Y cómo es capaz de llevar El Torres esa dicotomía a efecto, como ni siquiera el autor tejano original fue capaz de hacer en su momento?
Pues creando una de las interpretaciones surgidas especialmente tras la muerte de Howard y las reinterpretaciones que se han hecho del Conan de Cimmeria poshowardiano: un hijo, llamado como él, Conan, pero totalmente diferente a él, Conan el bárbaro, para así representar la escenificación más clara y obvia, que casi seguro, repito por segunda vez, "Bob Dos Pistolas" hubiera aprobado, regocijándose en ella (seguro que está feliz junto a Crom en lo alto de su montaña, riendo y aplaudiendo por esta excelente idea), entre civilización, Conan hijo, el príncipe Conan de Aquilonia y barbarie, Conan padre, el envejecido y cansado pero todavía poderoso, fuerte, así como "genio y figura" rey Conan de Cimmeria, que desea renunciar a su trono de Aquilonia.
Pero todavía es mejor si cabe el asunto, pues no solo se escenifica una breve (como lo mejor de este cómic, que es absolutamente todo según yo lo veo) pero intensa, evocadora y simbólica lucha legendaria al final, cual escenificación arquetípica elocuente del mayor asunto que ocupó la también breve pero intensa vida de Howard, la dicotomía civilización versus barbarie, deleitando a cualquier fan de la mejor creación howardiana en un enfrentamiento inesperado pero regocijante, tanto por su intensidad como por su resolución final, sino que esa misma dicotomía encarna en 2 personajes diferentes y estratégicamente enfrentados a muerte, uno masculino, protagonista, el otro femenino, secundario, aunque fieles ambos a las creaciones howardianas detalle a detalle, sin decantarse El Torres, como tampoco se decantó Howard, por el manido cliché de héroes superheroicos impolutos y defensores del mayor bien, ni villanos ultramalvados y retorcidos partidarios deliberados del peor mal, cuya mejor representación literaria en la fantasía épica está encarnada por las creaciones tolkienianas. Sin olvidar en ningún momento que El Torres nada hubiera conseguido si no llega a tener esa simbiosis con Joe Bocardo y su capacidad para trasladar su visión a la dimensión visual, la gran diferencia abismal entre la literatura y el noveno arte.
Desde el principio hasta el final (es importante y muy esencial el prólogo escrito por el emblemático escritor español de literatura de género Rodolfo Martínez) acudimos a una declaración de amor friki por parte de El Torres hacia su maestro y mentor Robert E. Howard, repitiendo el popular comienzo de la cita de las crónicas nemedias con la que, a su vez, da comienzo el primer relato que protagonizó Conan de Cimmeria en 1932, para terminar desviándose hacia una novedad. A mi juicio este primer acto es de una maestría aplastante, pues representa la perfecta unión armoniosa entre la creación howardiana literaria, los también literarios pastiches intermedios alejados y la creación comiquera posterior totalmente ajena.
Nada más finalizar la perfecta historieta definitiva a mi parecer (pues tiene la unión coherente de todos los elementos howardianos y comiqueros desvinculados, que nadie antes ni después ha sabido crear), de una manera inesperada y que traspasa la ficción para permear la realidad en el guiño definitivo a Howard y sus creaciones, mediante una conexión sorprendente en la última página, que está insinuada ya en la primera, tropezamos con el primer epílogo de un grande entre los grandes del noveno arte en España, el maravilloso Paco Hernández, escritor e historietista español, que no deja pie a la duda. Y por último, el segundo epílogo, de El Torres, donde entenderemos los motivos e importancia de esta edición especial en blanco y negro que, si te gusta lo más mínimo el tema aquí tratado, deberías agenciarte cuanto antes, pues es muy probable que llegues tarde si esperas, aunque solo sea un poco más.
Sin ti nunca descubriría estas joyas, solo porque son 1500 ejemplares únicamente ya quiero uno en mi estantería nueva. Ahora tengo que decirte que mi amigo está encantado con tu publicación de Jiddu Krishnamurti, dice que nunca había leído una síntesis más completa y que hiciese más honor a la verdad, como el no escribe en redes y solo las usa para cosas así, te lo digo yo, de su parte, gracias.
ResponderEliminarTotal. Te pasa lo mismo que a mí. ¡La de veces que me he quedado sin una joya de tirada limitada por no descubrirla a tiempo! ¿No te pasa, también, que quieres leer algo por algún motivo y no hay ningún ejemplar, ni siquiera encuentras de segunda mano, y piensas en toda la afortunada gente que tendrá uno en su biblioteca? Por otra parte, me alegra mucho que le haya gustado tanto a tu amigo el artículo, eso significa que hay alguien por ahí con quien podría compartir la pasión por Krishnamurti durante horas y horas, ya que solo conocí a un amigo, hace 25 años, que lo había entendido de verdad y era un fan total, hablábamos horas y horas largo y tendido, sintiéndonos solos, pues nadie a nuestro alrededor parecía entenderlo. Hace unos 13 años que no lo veo. Para mí él fue como un Krishnamurti español en persona, pues lo había descubierto años antes que yo y físicamente tenía cierto parecido, delgado y con todo el pelo blanco. Si sigue vivo tendrá 91 años de edad o casi, pues era de 1934. Yo soy de 1975, así que fíjate, con Krishnamurti nunca hay edad si te gusta. Sus reflexiones son únicas y atemporales.
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