Acabo de leer el libro Por la senda de Lucifer. Confesiones del Gran Maestre de Los Illuminati.
Escrito por el prolífico aunque dudoso autor esoterocultista español retirado y presunto iniciado autodidacta en varias organizaciones, así como sociedades discretas, destacando la francmasonería, Gabriel López de Rojas, nacido el 10 de junio de 1966 en Barcelona, Cataluña, España.
Si digo presunto iniciado en la francmasonería (al ser la organización y/o sociedad iniciática discreta más conocida, popular y practicada, siendo el resto de las organizaciones que habla el autor residuales y anecdóticas, al menos en la España de hace 30 años, para volverse muy difícil de verificar su relato autobiográfico debido a la marginalidad que les caracteriza) es porque no he conseguido ver la aparición de su nombre en masones verdaderamente iniciados, autorizados y de largo recorrido, así como reputación intachable, que al mismo tiempo han sido también autores rigurosos y desmitificadores sobre el tema en cuestión, como Amando Hurtado (por la época de Gabriel López de Rojas, década de 1990) o Galo Sánchez-Casado (en la actualidad más candente). Esto, de entrada, me parece sumamente sospechoso, pues López de Rojas no afirmaba ser un masón cualquiera, sino ostentar los más altos rangos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA), una de las ramas francmasónicas más populares, importantes y extendidas, así como también del Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraïm, esencia principal de la llamada francmasonería esotérica.
Aunque, no obstante, sí hablaron residualmente de él autores católicos y ultraconservadores dedicados a escribir libros panfletarios a nivel ideológico para difamar a la francmasonería, destacando entre todos ellos con diferencia a Ricardo de la Cierva y Hoces (1926-2015) o César Vidal Manzanares. También lo hicieron autores en una línea ideológica similar, aunque especializados en sectas, como la falaz y muy poco rigurosa Pilar Salarrullana de Verda (1937-2009) o Manuel Guerra Gómez (1931-2021).
Por tanto la información disponible que tenemos sobre Gabriel López de Rojas es difícil de contrastar y básicamente se remitía a sus afirmaciones autoproclamadas cuando hablaba de iniciaciones mistéricas, esoterocultismo y organizaciones semi clandestinas que operan como sociedades discretas, destacando a la ya citada francmasonería. Y si digo "se remitía [...] cuando hablaba" en pasado, es porque hace 19 años sucedió un curioso acontecimiento que hizo "desaparecer" por voluntad propia a este peculiar personaje altamente sospechoso y más dudoso todavía si cabe, para diluirse por completo en el anonimato hace 3 lustros.
No obstante todo lo dicho más arriba, en su momento de protagonismo estilo "quince warholianos minutos de iniciática y luciferina fama" captó mi atención y me interesé por su trabajo, ideas y aportaciones en el primer lustro de la década de 2000, cuando alcanzó, para bien y para mal, tanto en positivo como en negativo, esos anhelados "quince minutos de fama" que, visto lo visto, no le sentaron demasiado bien, decidiendo retirarse por completo del foco público. Y es que la fama nunca es lo que parece, especialmente cuando intentas hacer una "laveyada" (por el fundador de la Iglesia de Satán, Anton Szandor LaVey [1930-1997]) en un país como España hace 3 décadas.
¿Qué nos queda, entonces, si no hay un ápice de información fiable y contrastada sobre López de Rojas, inmerso en un silencio absoluto por parte de los líderes y altos grados francmasónicos de los que él mismo autoproclamaba tenerlos todos cual colección competidora por ver quién acumulaba más altos grados iniciáticos en la mayor cantidad de organizaciones que, o bien suenan a fraude total, o bien son invenciones espurias e irrelevantes con apenas un puñado de practicantes heterodoxos?
Pues nos queda algo maravilloso para hacer el análisis casi perfecto: el testimonio autobiográfico en primera persona del propio autor, donde podemos ver, analizar, comprobar y por tanto contrastar la fiabilidad o falta de ella en todas y cada una de las afirmaciones que hizo este singular personaje catalán autoproclamado lo más en no pocas organizaciones iniciáticas, así como el mayor representante (a su juicio) del luciferismo (o luciferianismo) en España.
Mi ejemplar es una primera edición publicada en noviembre de 2004 por Ediciones Martínez Roca en la colección Testimonio. Aunque en aquella época Martínez Roca ya pertenecía al Grupo Planeta, no obstante seguía manteniendo su sede original en Paseo de Recoletos, 4, Madrid.
Este ejemplar lo encontré a finales del año pasado o principios de este (no lo recuerdo con exactitud, aunque me parece que registré el descubrimiento en el blog) en una tienda de venta ambulante ubicada en la Avenida Federico Soto de Alicante. Tuve suerte, pues me costó apenas 8 euros (difícilmente baja de 40 euros en internet) y el ejemplar está intacto, a pesar de ser un libro de segunda mano, casi más nuevo que muchos libros de primera mano comprados por mí, especialmente en grandes superficies comerciales.
El libro tiene 309 páginas repartidas en los agradecimientos, la introducción, 4 partes (que pretenden simular las fases de la alquimia según la peculiar interpretación rojista subjetiva) con 14 capítulos en total, 4 anexos y la bibliografía.
Se trata de la autobiografía bastante simplista y mal escrita en lo literario a mi juicio, del autor, lejos por completo de un buen autor evocador o con capacidad para transmitir la esencia esoterocultista de la que habla, todo un arte aparte, que podría formar parte incluso de un estilo literario por derecho propio y del cual no es nada fácil escribir. No significa esta crítica que Gabriel López de Rojas sea una excepción, sino la regla, pues los autores esoterocultistas no se suelen caracterizar por ser buenos ni grandes escritores sino todo lo contrario. La aplastante mayoría de autores que quieren plasmar su devoción y prácticas esoterocultistas no son Bulwer-Lytton sino precisamente "Gabrieles" López de Rojas a mi parecer.
Pero vayamos al quid de la cuestión. Lo primero, el subtítulo de tan singular, fascinante y disruptivo título: Por la senda de Lucifer. Ese subtítulo, por sí mismo, da para escribir un ensayo y todo un tratado, afirmando algo de lo más peculiar pero altamente sospechoso: Confesiones del Gran Maestre de Los Illuminati. Esto, de entrada y de por sí, ya es digno de toda mi admiración y así lo vi desde el principio, por lo arriesgado que es, como mínimo, para la reputación de cualquiera. ¿Afirmar públicamente, antes de concluir el primer lustro del recién estrenado siglo XXI, que alguien con nombre y apellidos reales es el líder de la "organización paramasónica" que, según todas (y cuando digo todas me refiero literalmente a todas) las teorías conspirativas (donde hay fanáticos creyentes integristas que se lo toman como la verdad absoluta e incuestionable) mueve los "hilos" del mundo y está detrás de ideas como el Nuevo Orden Mundial (NOM) y cuya presunta finalidad es la "esclavización" de todos los seres humanos? Hay que estar muy loco, ser un inconsciente total, tener unos "huevos" que no te caben en los pantalones o esperar que todo el mundo suelte una estruendosa carcajada por la broma o "troleada" que acabas de colar. Y ya te destripo de antemano que no, Gabriel López de Rojas no iba de broma con esa excéntrica afirmación. ¿Entonces? ¿Tiene algo de sentido o veracidad la afirmación rojista?
Históricamente, Bund der Perfektibilisten o Asociación de los Perfectibilistas, luego conocida como Illuminatenorden u Orden de los Iluminados, pero más conocida popularmente como Iluminados de Baviera, fue una sociedad discreta de la Ilustración alemana, fundada el 1 de mayo de 1776 por el filósofo alemán y profesor de derecho civil y luego canónico Adam Weishaupt (1748-1830), siendo prohibida el 2 marzo de 1785 por el gobierno de Baviera y disuelta a partir del 16 de agosto de 1787 tras un endurecimiento del edicto de prohibición. Su objetivo real era llevar todos los principios de la Ilustración a efecto, reduciendo el poder de las monarquías absolutistas y el dominio del cristianismo sobre la sociedad, siendo única y exclusivamente un reflejo de las populares ideas ilustradas de moda a finales del siglo XVIII, pero cuya duración, debido precisamente al autoritarismo, poder e influencia real de todos aquellos estamentos anticuados que pretendía combatir, fue muy breve, cayendo víctima de todo eso que anhelaba cambiar, mucho antes de poder mover un dedo. ¿Influencia para controlar el mundo y "esclavizar" a la humanidad los Iluminados de Baviera? Los "todopoderosos" Illuminati en la imaginación fabuladora de tantos no tuvo poder ni para mantenerse en pie una década. Ese fue su poder real, desapareciendo por completo en menos de 2 años. La Orden del Temple, por poner otro ejemplo fabulador paradigmático, logró sostenerse 2 siglos y tener bastante más poder, desapareciendo también de un plumazo cuando el feudalismo y la Iglesia católica así lo decidieron.
Por tanto, la respuesta es no, Gabriel López de Rojas nunca fue el Gran Maestre de Los Illuminati (sic) como afirmaba en el subtítulo de su libro aquí reseñado. En todo caso, se autoproclamó Gran Maestre de unos pseudoilluminati inventados por él mismo en 1995 y sin conexión alguna con los verdaderos Iluminados de Baviera, básicamente porque no existían desde 1787. Esto tiene un nombre (aunque no reconocido por la Real Academia de la Lengua) entre los investigadores, estudiosos y especialistas: se llama leyenda de perpetuación. En el seno de organizaciones de tipo fraternal e iniciático o sociedades discretas implica intentar remontar sus orígenes a una antigüedad, mediante supuestas conexiones y/o linajes perpetuadores que nunca han existido (o al menos no hay ni una prueba de que lo hayan hecho). Lo hacen los masones desde el principio y por supuesto el libro de López de Rojas está plagado de ellas por doquier. Un caso también paradigmático sería el de las sociedades discretas que reclaman ser rosacruces, algo imposible porque los rosacruces son un invento ficticio del siglo XVII que jamás existió en la realidad. Llamarse "rosacruces" es un eufemismo francmasónico y paramasónico que induce a error. Evidentemente, López de Rojas también lo hizo.
Por la senda de Lucifer es una muy interesante autobiografía escrita, a mi juicio, por un autodidacta del esoterocultismo y las sociedades discretas de tipo fraternal e iniciático, que se inventó por su cuenta y por libre todo lo que afirmó. No sabía escribir, como tampoco saben la mayoría de autores referenciales en estas temáticas, quedándole un libro similar al de muchos autores de espiritualidad nueva era, con algunos datos coincidentes con los hechos, pero plagado de errores e imprecisiones equívocas, mal o nada investigadas, según mi subjetiva opinión.
Digo muy interesante porque se sale de los cánones convencionales, reclamando un recorrido inusual, hace 21 años, por los llamados senderos de la mano izquierda (satanismo, setianismo, tifonianismo, luciferismo), algo que, al menos en España, nadie hacía en aquella época, destacando en particular el luciferismo, aunque desde la peculiar, subjetiva y excesivamente personal interpretación rojista (a la cual llama luciferianismo, intentándola distinguir del luciferismo, algo que solo he visto en sus libros) que, a mi juicio, adolece de un narcisismo cuasi mesiánico que roza la megalomanía, pero chabacano, imitador del peor Aleister Crowley (1875-1947), aunque sin su originalidad auténtica (el "Eón de Horus" crowleyano, iniciado el 10 de abril de 1904, por la "Nueva Era de Zión" rojista, iniciada el 16 de agosto de 1999), con alusiones excesivas y desmesuradas sobre su "maestría" y colección de altos grados masónicos y paramasónicos nunca reconocidos por nadie más allá de sus afirmaciones autoengrandecidas y los seguidores afines que tuvo, al menos hasta donde he podido indagar.
La poca credibilidad que pudo tener el efímeramente mediático Gabriel López de Rojas hace un cuarto de siglo (casi nada la broma de que te publique un par de libros el Grupo Planeta) creo que se diluyó por completo cuando leímos las presuntas seguridades afirmativas empoderadas, del presunto "iniciado" que ha completado todas las fases "alquímicas" espirituales a nivel simbólico, se autoproclama Gran Maestre de Los Illuminati e incluso se atreve con una ridícula "crowleyanada" que ya daba vergüenza ajena por estar demasiado "pasada de rosca", concluyendo su autobiografía así: "Me sacaron de una pista de atletismo, donde corrí codo con codo con los mejores atletas del mundo, y acabé liderando órdenes iniciáticas en todo el mundo. Hice lo que pude y tan mal no me ha ido. Me coloqué en el centro de la atención al fundar la Orden Illuminati en la primavera de 1995, con veintiocho años, muy joven - quizás demasiado -, y después hice lo que pude, lo cual no ha sido poco a mi modo de entender. El iniciado Aleister Crowley, quien por cierto también había sido un magnífico atleta, escalador para más señas, escribió: <No existe el Bien. El Mal es el Bien. Bendito sea el Principio del Mal. ¡Salve, Príncipe de este Mundo, a quien el mismo Dios concedió su dominio!>. Treinta y ocho años de vida y muchas experiencias, muchísimas, me han demostrado que eso es así. Llevo ya algunos años extendiendo esa verdad por varios continentes. Y así lo haré hasta que la Gran Logia Oculta me acoja en su seno definitivamente. [...] Y, como despedida, deseo exclamar ante la presencia del Gran Arquitecto del Universo, del Supremo Arquitecto de los Mundos, del Gran Inspirador de todos los Constructores del Universo, del dios de la Luz, una simple frase: la Gran Obra está sellada" (páginas 278 y 279).
Gabriel López de Rojas, el hombre que afirmaba esto citado más arriba en noviembre de 2004, se convirtió al judaísmo apenas 2 años después, en noviembre de 2006, adoptando el nombre de Gabriel Yehudah Shahor y renunciando a todo lo afirmado anteriormente, hasta el punto de transformarse en un preocupante vocero "antisectas" durante otros 3 años más, desapareciendo de manera definitiva en el anonimato desde 2010, cuando también renunció a la práctica activa del judaísmo.
Su libro aquí reseñado es una auténtica rareza literaria genuina para los bibliófilos especializados en esoterocultismo y temáticas afines, con precios que no bajan de los 40 euros el ejemplar.
Vaya ganga 8 euros. Me parece un trabajo excelente y una reseña tan completa como interesante. Gracias
ResponderEliminarTuve una suerte increíble. No me lo podía creer cuando lo encontré. Compré el primer ejemplar por la época de la publicación original, pues sabes que me interesan muchísimo esos temas (¿Recuerdas? ¡Que viva RAW!). Pero desde el principio, no se por qué motivo, Gabriel López de Rojas me produjo repelús, rechazo visceral, eso que no sabes el motivo pero desconfías intuitivamente del personaje, a pesar de lo interesante que es, en especial por ser luciferino y reclamarlo públicamente. Igual será un prejuicio personal injustificado, pero nunca he superado esa desconfianza. Gracias por tu valoración, es importante para mí.
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