martes, 19 de agosto de 2025

El misterio de la nota (un breve relato basado en hechos reales)

Estaba en la cama, leyendo la última página del próximo cómic que reseñaré en breve para mañana (¿Imaginas cuál será? ¿Sí? ¿No? Sorpresa, sorpresa... otro misterio añadido al misterio de la nota), cuando, hace unos minutos, me ha llamado mi mujer para que fuera al comedor adyacente a verla.

   Cuando llego me cuenta la siguiente historia: 

   "He llamado a mamá para preguntarle por un aparato de música y al descolgar el teléfono he sentido poner un toque de magia y misterio a nuestro día, pues ya sabes que a ella le encanta la magia y el misterio, por tanto le he preguntado, con una voz tenue pero confidente, si podía guardarme un secreto, a lo que no ha tardado en responderme que por supuesto, recalcándole la importancia de mantener esto en total privacidad. Como es evidente, enseguida se ha mostrado interesada, al sentirse, de repente y sin esperarlo, protagonista de una de esas novelas que tanto le gusta devorar; la prota del libro de misterio y suspense que ahora está leyendo. Captada toda su atención, le he dicho que en la habitación de Cristi (mi hermana menor), dentro del armario viejo de varios estantes, había unas camisetas bien dobladas, pero no le podía decir si eran de mi hermana o de nuestro sobrino (el hijo mayor de mi hermana mayor), que también duerme ocasionalmente en esa habitación. Ella afirma todo lo que le voy indicando, sumergiéndose inconscientemente y de manera progresiva, en la historia narrada. Entonces le digo que, debajo de esas camisetas, en el fondo del armario, bien guardada y oculta, hay una bolsa de color azul eléctrico; un azul muy llamativo"

   "Mamá, dentro de la bolsa encontrarás una cajita con un lazo"

   "¿Una cajita, hija? Pero... ¿Qué es lo que ocultas en ella? ¡Estoy intrigadísima!

   "Mamá, espera que te siga contando, no tenemos mucho tiempo"

   "Sí, sí, hija"

   "Pues dentro de la cajita encontrarás una lupa"

   "¿Una lupa, hija? ¡Esto es alucinante!"

   "Junto a ella hay un pequeño papel escrito y unos números... ¿Tú sabes latín, mamá?"

   "Siiii, los números en latín, claro; el 1, el 2... me responde ya algo nerviosa y desesperada"

   "Aguantando la risa como puedo le digo: bueno, hay un escrito que debes memorizar"

   "Vale, hija"

   "Repite conmigo: Te están..."

   "Ella repite: Le están..."

   "Y yo: noooooo mamá, atenta, por favor"

   "Vale, hija"

   "Te están..."

   "Ah, sí; Te están..."

   "Tomando..."

   "Entonces termina ella la frase preguntando: ¿el pelo, hija?"

   "Jajajajajajajajajajajajajaja, rompo a reír con gusto. Ella se queda un momento callada y empieza: la madre que te hizo, que a gusto me quedé cuando te parí, esta me la pagas, yo toda enganchada a la historia, pensaba que iba a descubrir un tesoro, es que me la has liado, te colgaba ahora mismo... No, no, de hecho te voy a colgar. Entre risas se hace el silencio y la vuelvo a llamar a ver si se digna a decirme donde está el aparato musical"

Fin.

P.D.

Sí, tras partirme la caja de la risa incontrolada que me ha poseído, poco después de levantarme de dormir y leer un cómic, llevo una hora intentando escribir este relato para ver si "exorcizo" el "troleo" de mi mujer a su madre, pues todavía me ronda por la cabeza y no puedo desconectar. Y es que mi mujer tiene un sentido del humor radical, cuya característica radica en conseguir "trolearte" sin que te enteres hasta que ya es tarde. Por ejemplo, muchas veces se pone en otra habitación a hablar por teléfono con su hermana y de repente empiezan a discutir. Evidentemente sabe que estoy escuchando, atento. Cuando llego a esa habitación y preocupado por la situación tan tensa, intento averiguar con gestos qué sucede, me hace señas enfadada para que la deje en paz, hasta que me doy cuenta de que el teléfono por el que habla es un plátano (esa ya no me la cuela tanto) o últimamente el mando de la televisión (esa todavía me la cuela).

Por otra parte mi suegra, Mercedes, su madre, es la ruptura con cualquier estereotipo de suegra que pueda surgir en la mente humana (estereotipos y chistes de los que nos reímos juntos a mandíbula batiente cada vez que nos juntamos, pues son absolutamente ridículos y de verdadero chiste malísimo en nuestro caso para ambos, pues nos queremos de todo corazón como pocas veces verás a una suegra y un yerno quererse). Empedernida lectófila amante de las novelas de misterio, suspense y fantasía, cuando me compro un libro suelo echar un vistazo a las novedades editoriales de todo lo que le gusta, para ver si le llevo algo. A menudo le regalo un librico y la aplastante mayoría de veces acierto, siendo la envidia de sus 2 hermanas, también lectófilas, cada vez que van a visitarla.

8 comentarios:

  1. ¡VAYA VIDA TÍO! Lo que ya faltaba es tener también una mujer así de divertida. Que suertudo, me he reído un rato. Que bueno gente así

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    1. ¡Ya te digo! Buuuaaaa, lo de la mujer es una inmensa suerte, total. Antes de conocerla estuve con 2 chicas que, a pesar de ser maravillosas, no eran el amor de verdad. Podrían haber sido grandes amigas, pero la relación no cuajó ni pudo ser, fracasando en ambas ocasiones tras un par de años. Conocí a mi mujer en Badoo y ya llevamos 12 años juntos. Gracias por estar siempre ahí, incluso con las novedades que se me ocurren sobre la marcha.

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  2. Bueno y ya con la suegra, eso sí que es una rareza jejeje yo con la mía no tengo esa suerte.

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    1. Cierto, pues con las madres de las otras 2 chicas que te conté no me llevaba nada bien, siendo lo convencional. Una pena que tú no tengas esa suerte. 🥹

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  3. Guau guau guau auuu que regocijo!!!
    Joder Mery que buen rato nos has hecho pasar a todos con esa increíble ocurrencia
    Antes me estaba riendo y ahora estoy flipando, lo he tenido que leer varias veces, muchas gracias Mery y muchas gracias Bro por escenificarlo tan bien que te arroja de pleno en la historia y también gracias por compartir por aquí un trocito de vosotros

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    1. Es que Bro, ya sabes que Mery siempre me la lía con sus ocurrencias, pero esta mañana, esta mañana, joder esta mañana, Bro. Acababa de terminar casi la lectura del cómic que saldrá esta noche reseñado en el blog y ya me faltaba nada para ponerme con la reseña. Entonces me llama y empieza a contarme su última ocurrencia y se acabó mi día, toda la mañana y media tarde metido en una película de Monty Python, Bro. Acabo de terminar la reseña ahora, porque se ha ido esta tarde a pasar unos días de vacaciones con sus padres y hermana, si no, flipas, pues no paran de ocurrírsele ideas tronchantes. Es que o escribo el relato, que ha sucedido tal cual, literal, o no puedo desconectar en todo el día.

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  4. Ahorita pude comprender porque usted entiende mi situación, pues es del tipo de hombre sortario que fue elegido para ser amado y tener una compañera de camino que con gran seguridad le hace la vida más bella. Disfruten y les deseo una larga vida matrimonial.

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    1. Exactamente, así es. A mi modo de ver, la empatía sucede al natural cuando alguien ha vivido y experimentado algo. Cuando no lo ha hecho, puede ser comprensión intelectual o intentar ponerse en el lugar del otro, pero no es lo mismo. Usted me transmitió con sus palabras sobre la pérdida que está viviendo la esencia de mi propia experiencia. Muchas gracias por su sincero deseo.

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