Acabo de leer el libro EL MAESTRO DE LA FUGA. El hombre que escapó de Auschwitz para alertar al mundo.
Escrito por el periodista y escritor británico Jonathan Freedland, nacido el 25 de febrero de 1967 en el Reino Unido. Como eminente periodista es columnista de prestigio en diversos periódicos, destacando 'The Guardian', 'The New York Times' y la revista de reseñas literarias 'The New York Review of Books'. Como escritor ha destacado en su faceta de novelista, escribiendo varias novelas de suspense bajo el pseudónimo literario de Sam Bourne. También destaca en su faceta como presentador radiofónico y de pódcast.
Mi ejemplar es una primera edición publicada en febrero de 2023 por la Editorial Planeta. La edición original en inglés fue publicada en 2022.
El libro tiene 540 páginas repartidas en una nota del autor, el prólogo, 5 partes (numeradas con números romanos) con 30 capítulos sin numeración, los agradecimientos, los créditos de las imágenes, las siglas, las notas, la bibliografía y el índice.
Se trata de la sorprendente, inusual, inspiradora y ejemplar biografía de Rudolf Vrba, nacido Walter Rosenberg el 11 de septiembre de 1924 en Topol'čany, Checoslovaquia (actualmente Eslovaquia) y fallecido el 27 de marzo de 2006 en Vancouver, Columbia Británica, Canadá, debido a un cáncer de vejiga. Fue, inicialmente en su juventud temprana, un prisionero judío deportado al complejo Auschwitz, formado por diversos campos de concentración y exterminio de la Alemania nazi en Polonia, convirtiéndose en posterior superviviente del Holocausto y siendo, junto con un compañero de presidio, Alfréd Wetzler (1918-1988), el primer judío que logró escapar de Auschwitz (solo lo consiguieron 4 judíos en total durante la Segunda Guerra Mundial, la Solución Final y la ocupación nazi de Polonia). Muchos más lo intentaron pero ninguno lo consiguió, siendo atrapados y asesinados. Tras escapar de Auschwitz ambos presidiarios escribieron el llamado 'informe Vrba-Wetzler', también llamado 'informe Auschwitz', donde intentaron alertar al mundo de las atrocidades nazis. Aunque no sirvió para lo que ambos habían creído y previsto, al menos sí consiguió, en parte, salvar la vida a unos 200.000 judíos húngaros. La audaz proeza de ambos fue retratada bastante fielmente en la película eslovaca bélica y de drama 'Správa', dirigida por Peter Bebjak e interpretada por Noel Czuczor y Peter Ondrejička. Se estreno en 2021. En castellano fue traducida como 'El informe Auschwitz'.
La vida de Walter Rosenberg, luego Rudolf Vrba (el nombre adoptado tras escapar de Auschwitz, con el que permaneció el resto de su vida), fue apasionante y de película. Tras redactar el informe junto a Wetzler a mediados de 1944, se unió a los partisanos de la resistencia checoslovaca para combatir contra los nazis durante el último año de la Segunda Guerra Mundial. Luego estudió química y bioquímica en la República Checa, doctorándose. Hasta su jubilación a una avanzada edad fue un eminente científico, investigador y profesor, que escribió bastantes artículos en su área de especialización, contribuyendo notablemente en la inmunoterapia para combatir el cáncer (aunque él acabara muriendo de cáncer). Se casó en un par de ocasiones y tuvo 2 hijas. A pesar de la huella y mella que le dejó Auschwitz, nunca se comportó como lo hicieron la aplastante mayoría de presidiarios injustamente encarcelados por las delirantes y conspiranoicas creencias políticas raciales nazis. Esto marcó un punto de inflexión importante en su vida y le trajo no pocos disgustos y amarguras, pues rechazó adoptar el rol que se estableció colectivamente con toda la razón. Su decisión y actitud chocaba de frente con la idea que el mundo tenía de un ex presidiario judío encarcelado en el peor campo de concentración y exterminio que haya existido, pues parecía de todo menos eso que por desgracia fue junto a otros millones de personas.
Inusualmente sobrevivió durante casi 2 años en Auschwitz, algo muy improbable, ya que era el mayor campo de exterminio radical. La mayoría de los judíos deportados (especialmente mujeres, niños, ancianos y enfermos) eran gaseados e incinerados nada más llegar. Aunque 2 años pueden parecer un suspiro a escala temporal, en Auschwitz era una eternidad, pues debido a las condiciones insalubres, antihigiénicas y desnutridas permanentemente (pues la primera idea de los nazis era que cada presidiario, destacando a los judíos, expirara por su cuenta y así ahorrar recursos), era muy fácil enfermar (en particular de cólera, disentería y tifus). En Auschwitz solo existía una forma de sobrevivir y era siendo declarado apto para los trabajos forzados, que implicaban trabajo esclavo durísimo, prácticamente de sol a sol. ¿Cómo podías trabajar de sol a sol en condiciones de desnutrición severa? Era muy improbable. Además, el cólera, la disentería y el tifus son enfermedades infecciosas graves y muy debilitantes, que requieren atención, cuidados y descanso, por tanto, quien enfermaba era inmediatamente asesinado por la maquinaria nazi de exterminio. Pero luego podías ser asesinado arbitrariamente por cualquier "error" que a juicio de los jerarcas nazis o de los kapos (presidiarios que colaboraron con los nazis) hubieras cometido. Para entender la magnitud de la dificultad para sobrevivir en Auschwitz, eras asesinado solo por llevar dos mudas de ropa en pleno invierno o por "robar" (apropiarte de) un trozo de pan que no te correspondía para comer. Evidentemente, según la lógica nazi obvia, cuanto más debilitada, desnutrida y aterrorizada estuviera la población reclusa, menos probable es que pudiera defenderse y organizar una revuelta o motín. Sobra decir que en Auschwitz nunca sucedió ni una sola rebelión.
En este magnífico, esencial e imprescindible libro (por muchos motivos y no solo para conocer las atrocidades nazis) escrito con una impecable pluma fluida que nos engancha de principio a fin, quedando patente desde ese principio la especialidad del autor, que no solo es el periodismo de la más alta calidad, sino la escritura de varias novelas de suspense, nos sumergimos en la historia de Walter Rosenberg (identidad inicial que inaugura su vida y juventud temprana que, por lo extremo, inusual y evidente del caso, acapara la mayor parte del libro, es decir, el prólogo y 20 de los 30 capítulos, 300 páginas en total), pasando por encima de su nacimiento, infancia y adolescencia como un suspiro que dura apenas medio capítulo si llega, para sumergirnos en su periplo infernal por las deportaciones y encarcelamientos forzados en varios campos de concentración (Majdanek en particular), hasta llegar pronto a Auschwitz, donde entró a las 21:00 del 30 de junio de 1942 y no salió hasta su fuga el 10 de abril de 1944. Llegó con 17 años de edad y se fugó con 19.
Pero ahí no termina la cosa y seguimos en vilo y en tensión junto a Walter, pues en todo momento de la lectura de esta obra maestra inolvidable, estamos a su lado, viviéndolo todo con el mayor realismo posible.
Imagina la situación: 2 presos, desnutridos por completo, a pie, huyendo campo a través, en la Polonia ocupada por los nazis y con toda la población alertada: cualquiera que ayude a un judío de la manera que sea, será fusilado de inmediato. ¿Cómo lo consiguieron? Lo mejor es leer el libro para entenderlo. Lo entenderemos en los 2 últimos capítulos de la PARTE III. LA FUGA (páginas 274 a 305).
Y a partir de aquí el cambio de nombre y apellido, la redacción del informe, la tensión de ser descubierto por las autoridades locales colaboracionistas, su unión a los partisanos checoslovacos como combatiente, el comienzo de su nueva vida civil libre, pero el enfrentamiento con las nuevas vicisitudes de la vida, no solo por las dificultades personales de rehacer tu vida lidiando con la condicionante y traumática experiencia vital pasada, sino por la situación política del país, pues Checoslovaquia quedó desintegrada como país y separado en la República Checa (donde Rudi, como sería conocido a partir de entonces, debe empezar su vida de cero) y Eslovaquia. El problema es que ambos países se convirtieron en Repúblicas Socialistas, es decir, satélites comunistas de la URSS. Esto significa que sus habitantes sufrieron doble desgracia, pues los países comunistas soviéticos fueron igual de opresores, injustos y totalitarios que los nazis.
Debido a su participación heroica y regocijada en la resistencia antifascista contra los nazis, Rudi recibió diversas condecoraciones militares por parte del nuevo régimen comunista checo, lo cual le facilitó las cosas para empezar su nueva vida. Pero gracias a su perspicacia superviviente, no tardó en darse cuenta de la realidad: había salido del fuego para caer en las brasas. Aunque en principio simpatizó con el comunismo soviético (llegó a tener carné del Partido Comunista y algún cargo menor en la Universidad donde trabajaba), pronto se volvió anticomunista y tomó la decisión de seguir el camino de su mayor especialidad: huir de regímenes políticos totalitarios que solo buscan aplastar y reducir a los seres humanos a su servidumbre. Pasó un año y medio en Israel pero no cuajó. En Estados Unidos fue rechazado por su afiliación comunista anterior, en pleno macartismo. Finalmente encontró su lugar en Canadá, donde desarrolló su carrera profesional como investigador científico y vivió no pocos acontecimientos que descubrirás a medida que leas este imprescindible libro.
Se trata de una lectura ineludible y que conlleva a su vez una metalectura asociada, pues no solo es un acontecimiento histórico ya pasado (lo que extraeremos de la lectura) sino de importantes lecciones para estos tiempos turbulentos, agitados y peligrosos que corren (lo que extraeremos de la metalectura), como el uso incorrecto y politizado que los nazis hicieron de la mentira sistemática y el engaño público (¿te suena de algo el asunto de la posverdad y las "fake news" o noticias falsas?) para poder llevar a cabo el genocidio que cometieron, o el uso de un lenguaje políticamente correcto (¿te suena de algo el cacareado "lenguaje inclusivo" de moda en no pocos de los colectivos identitarios actuales?) para encubrir ese mismo genocidio con eufemismos tranquilizadores, a través del cual consiguieron engañar a la población judía para que fueran como "corderos" que van alegremente por su propio pie al "matadero", pero también al resto de naciones, de una manera tan brillante aunque incorrecta y fácilmente desenmascarable (este libro es el testimonio definitivo), que todavía hoy está en boga el negacionismo revisionista del Holocausto y demasiada gente sigue creyendo en las patrañas afirmadas por las teorías conspirativas, paso previo ineludible a un genocidio como el perpetrado por los nazis.
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