jueves, 19 de septiembre de 2024

'LEBAB' de Luis Amavisca y Juana Cortés (reseña)

Acabo de leer el libro LEBAB. EL EFECTO LUCIÉRNAGA.

   Escrito en una colaboración a cuatro manos entre el artista plástico y escritor español Luis Amavisca, nacido en 1976 en Santander, España, junto a la escritora también española Juana Cortés, nacida en 1966 en Hondarribia, País Vasco, España, mucho más consolidada como autora en la literatura de ficción (con varias novelas publicadas y algunas colecciones de relatos cortos).

   Mi ejemplar es una primera edición publicada en mayo de 2024 por Duomo ediciones, una editorial fundada en 2009 en Barcelona, España, aunque se trata de un sello editorial de Antonio Vallardi Editore, de Milán, Italia, que pertenece a su vez al Grupo Editoriale Mauri Spagnol. Está publicado en la colección LOS IMPERDIBLES, dedicado a la literatura de género (ciencia ficción, fantasía, terror). Conocí esta editorial española de origen italiano hace unos años, cuando leí la autobiografía del ex boxeador estadounidense Mike Tyson TODA LA VERDAD, publicado en la colección DUOMO NEFELIBATA en noviembre de 2015. Lo encontré en la Biblioteca Pública Fernando de Loazes.

   El libro tiene 458 páginas repartidas en una cronología, un prólogo, un epílogo, 5 partes, los agradecimientos de Luis Amavisca y los agradecimientos de Juana Cortés. Cada una de las 5 partes se desarrolla en capítulos cortos titulados según el nombre del protagonista principal (a veces son 2 o 3) en ese capítulo, la fecha, la hora y el lugar.

   Se trata de una interesante novela con cierto trasfondo de ciencia ficción ligera (blanda), encuadrada en el subgénero del futuro cercano. En realidad es más bien una trepidante novela "hollywoodiense" (por excesivamente cinematográfica) de suspense y acción. Aunque el argumento es muy apasionante, en realidad no ha conseguido llevarme más allá de un cliché muy manido y sobreexplotado. Me ha dejado una sensación de vacío, como si faltara algo o esperara algo más de un argumento tan prometedor.

   La verdad es que la novela está bien escrita. La lectura avanza con gran rapidez. Tal vez excesiva rapidez. Aunque los personajes están bien construidos, siendo una novela coral por la cantidad de personajes sin un protagonismo demasiado destacable en una única dirección, no deja de caer a nivel literario en los estereotipos convencionales, volviendo a sentir que, tal vez, al ser de ritmo tan trepidante, ese exceso de acción impide el desarrollo en profundidad de los personajes. 

   El principio es un poco atropellado, cuando, para explicarnos los autores la situación que fundamenta la premisa y el trasfondo argumental, en tan solo 4 páginas comprimen 2 años y medio: del 17 de octubre del 2030 al 27 de marzo del 2033 (con 14 fechas distintas donde nos ponen en la situación argumental). La primera fecha nos sitúa en un contexto de ciencia ficción encuadrado en el futuro cercano, jugando con el mismo argumento distópico (pero muy creíble) defendido por las teorías conspirativas más recientes, que se viene planteando desde hace un cuarto de siglo: la implantación de chips RFID por parte de los gobiernos para controlar a toda la población mundial. En este caso los autores se centran en Estados Unidos, donde acabará desarrollándose casi toda la novela. Lo implantado por obligación estatal es un dispositivo en el antebrazo, fabricado con nanotubos de carbono, silicona y titanio, conteniendo la información laboral y personal de cada individuo. La obligación de llevar instalado el dispositivo entra en vigor para los ciudadanos mayores de 15 años.

   Pero aquí no reside lo interesante de la novela, sino en la premisa también expuesta en estas primeras páginas: la demostración científica de la existencia del alma primero (de ahí el subtítulo EL EFECTO LUCIÉRNAGA) y de la reencarnación después, basada en la investigación de la transformación de la energía en el momento de la muerte del ser humano. Desde el principio esta premisa me fascinó, llamando mi atención. No me resonó a nada que haya leído en literatura de género, especialmente de ciencia ficción, sea dura o blanda. Y la construcción de la premisa me apasionó de verdad, pues me pareció desde el principio de mi entrada en contacto por primera vez con un ejemplar de la novela (en la librería del Corte Inglés de Alicante, aunque acabé comprando un ejemplar en la librería Atenea de Orihuela) algo totalmente creíble, cercano y bien ideado por ambos autores. Así llegamos al quid de la cuestión: se funda la organización Lebab que da título a la novela y al poco tiempo se prohíbe siendo ilegalizada como "secta peligrosa".

   El PRÓLOGO se desarrolla el 6 de abril de 2034 en Filadelfia, Estados Unidos y también es breve: 6 páginas. A partir de ahí da comienzo la novela desde la página 21 hasta la página 453. La primera parte se desarrollará entre el 19 y el 27 de febrero de 2039, siendo la presentación de todos los personajes con protagonismo coral, siguiendo los dos arquetipos literarios más manidos de toda la historia: los héroes-víctimas y los villanos-victimarios. Arquetipo, en este caso, muy resonante al estilo literario danbrowniano a mi juicio. Pero lo más curioso es que desde el principio la mayor resonancia que he sentido al leer esta novela ha sido con la última novela de Almudena Grandes (1960-2021) TODO VA A MEJORAR (Tusquets, Barcelona, 2022). Aunque la novela de Almudena Grandes es mucho mejor a todos los niveles, según mi opinión. El resto de partes y capítulos se desarrollan entre el 31 de marzo y el 10 de abril de 2039, donde termina el EPÍLOGO.

   En mi opinión se trata de una buena novela para desconectar de la rutina cotidiana y distraerse un rato, pero que me ha dejado una sensación rara, incompleta, como si hubiera un desfase insalvable entre una premisa fabulosa, imaginativa y con mucho potencial, que se queda a medias, incluyendo un final tan apresurado (e insatisfactorio) también como apresurada es la cronología del principio. Creo que el desfase podría estar en esa forma tan sincopada de tratar la cronología y la introducción, recorriendo casi 4 años (en apenas 12 páginas) para luego centrar toda la novela (más de 400 páginas) en solo dos meses. Pero principalmente le falta para mi gusto profundizar más en una premisa tan atractiva como la demostración científica de la existencia del alma y la reencarnación, en lugar de estancar la novela durante tantísimas páginas en una conspiración gubernamental excesivamente distópica y sobreexplotada.

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