lunes, 25 de noviembre de 2024

Un estudio personal sobre el DESEO influenciado por el taoísmo

Mi primer contacto con el taoísmo chino tuvo lugar a finales de 1994. Fue tras mi iniciación a las artes marciales. En ese momento solo supe de su existencia sin más. Hasta un año después no supe bien de qué trataba. Pero todavía recuerdo la perplejidad que me produjo entrar en contacto con una idea filosófica tan radicalmente diferente a todo lo que creemos en Occidente. Fue como entrar en contacto con una visión perteneciente a otro planeta y especie distinta a la nuestra. Sí, mi primera impresión taoísta es que se trataba de una filosofía de vida "extraterrestre".

   A finales de 1995 empecé con el primer estudio serio del taoísmo, pero no llegué muy lejos más allá de la lectura reiterada del libro o texto sagrado que todos los taoístas veneran y consideran la piedra angular del taoísmo: el Laozi, más conocido popularmente como Tao Te ching. También fui leyendo por el tiempo los otros dos clásicos más conocidos: el Zhuangzi y el Liezi, pero nunca me conectaron como el primero.

   El acontecimiento más importante para los interesados y/o estudiosos del taoísmo en España y los países hispanoparlantes llegó en 2006, cuando el sinólogo, filósofo y traductor español Iñaki Preciado Idoeta publicó LOS LIBROS DEL TAO. TAO TE CHING en la colección PLIEGOS DE ORIENTE de la editorial TROTTA. ¿Por qué digo que fue el mayor acontecimiento con diferencia para el taoísmo? Pues porque exceptuando al sacerdote jesuita y sinólogo español Carmelo Elorduy (1901-1989) y poco más, todas las traducciones de los clásicos taoístas no eran traducciones directas del chino, sino retraducciones al castellano partiendo de traducciones originales al inglés, al alemán o al francés. Todavía la mayoría de ejemplares que podemos encontrar del Tao Te ching son de ese tipo, pero tras la llegada de Iñaki Preciado Idoeta todo cambió. Si bien su primera traducción directa del chino data de 1978 (para el Laozi), 1987 (para el Liezi) y 1996 (para el Zhuangzi), no obstante fue en 2006 cuando se produjo ese mayor acontecimiento en este aspecto, pues tradujo por primera vez al castellano las 3 versiones diferenciadas que existen del Laozi: la copia única (y más antigua) de Guodian (escrita en tablillas de bambú), los 2 ejemplares que existen de la copia de Mawangdui (escritas en tela de seda) y la versión de Wang Bi del Tao Te ching más reciente (escrita en papel) y usada como referencia por los expertos durante más de un milenio y medio, debido a sus valiosos y eruditos comentarios. La diferencia entre las traducciones de Iñaki Preciado Idoeta y cualquier otra traducción es que Iñaki ha pasado más de media vida estudiando y practicando a fondo tanto el taoísmo chino como el Bon de la sauvástica tibetano y es pionero de la moderna sinología española, por tanto en sus libros encontramos análisis exegéticos, así como estudios profundos a nivel lingüístico y filosófico inexistentes en el resto de traducciones.

   El taoísmo ha sido una constante en mi vida, apareciendo y desapareciendo continuamente en los últimos 29 años, para volver siempre a reaparecer, "casual" (o causalmente) en los momentos vitales más necesarios y cruciales. Desde la reaparición que tuvo lugar los primeros 3 días de agosto de 2023 he decidido catalogar este fenómeno espontáneo y no buscado voluntaria ni conscientemente por un servidor, como EL RETORNO DEL TAO A MI VIDA. Cada vez sucede de una manera distinta ese RETORNO, aunque todas las veces hasta hoy cumplía un requisito principal: era a través de Iñaki Preciado Idoeta. Esta vez, en cambio y por primera vez, fue diferente, a través de Bill Porter y su libro ya reseñado recientemente Camino al cielo. Encuentros con ermitaños chinos. Tras el impacto que me produjo a nivel personal la entrevista al monje taoísta y abad de un monasterio chino Ren Farong, mi vida experimentó una sacudida intensa y un nuevo RETORNO DEL TAO muy diferente. Sucedió el pasado 11 de noviembre de 2024 durante el comienzo de un intenso y angustiante proceso respiratorio patológico limitante que se produjo por un enfriamiento, tras el brusco cambio anual de temperatura ambiental y que me ha llevado a enfrentarme de nuevo con la dimensión psíquica interna y todos los procesos psicológicos ansiógenos que nos caracterizan, absorben, desoptimizan y condicionan nuestras vidas. Derivado de ello tuve la imperiosa necesidad de empezar un escrito amanuense donde plasmara todos los descubrimientos realizados durante ese proceso patológico extendido unas tres semanas (y que todavía no ha remitido del todo) y al final he decidido compartirlo por aquí. Se trata de opiniones personales basadas en experiencias propias y reflexiones subjetivas. De momento estoy distanciado de la lectura (no era capaz de centrar mi atención en ella al estar absorbido por la disnea objetiva y subjetiva que he vivido) leyendo poco y más centrado en los libros de Iñaki Preciado Idoeta, mientras paso por este crucial tránsito vital que no sé dónde me llevará, pero de momento ha conseguido un replanteamiento total de mi vida al completo. 

   Vamos con el estudio especulativo:


EL RETORNO DEL TAO A MI VIDA

11 / 11 / 2024


"En el mundo actual, las personas dispuestas a reducir sus deseos o a cultivar la tranquilidad son muy pocas. Vivimos en la era del deseo. El taoísmo nos enseña a reducir nuestros deseos y a llevar vidas tranquilas"

Maestro Ren Farong



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La clave principal y axiomática de toda vida humana tiene nombre y es: DESEO.

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Etimológicamente DESEO proviene del latín vulgar DESIDIUM y significa 'deseo erótico', que a su vez proviene del latín DESIDIA y significa 'indolencia, pereza', por la antigua creencia de que la ociosidad incentiva la lujuria.

Primera definición: Movimiento afectivo hacia algo que se apetece. Los sinónimos son: apetencia, apetito, aspiración, ansia, afán, anhelo, pretensión, capricho, empeño, antojo, pasión, ambición, interés, berretín. Los antónimos son: desinterés, inapetencia.

Segunda definición: Acción y efecto de desear.

Tercera definición: Objeto de deseo.

Cuarta definición: Impulso, excitación venérea. Los sinónimos son: libido, apetito, sexualidad, celo.

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Wikipedia define DESEO como 'emoción de anhelo por una persona, objeto o resultado'. Se trata de estados mentales conativos que se expresan con términos como "querer", "anhelar" o "apetecer". Se consideran actitudes proposicionales hacia estados de cosas concebibles. Pretenden cambiar el mundo representando cómo el mundo debería ser, a diferencia de las creencias, que pretenden representar cómo el mundo es en realidad. Los deseos están estrechamente relacionados con la agencia: motivan al agente a realizarlos. Los deseos presentan sus objetos bajo una luz favorable, como algo que parece ser bueno. Su cumplimiento normalmente se experimenta como placentera, en contraste con la experiencia negativa de no lograr hacerlo. Las teorías basadas en la acción definen los deseos como estructuras que nos inclinan hacia las acciones. Las teorías basadas en el placer se centran en la tendencia de los deseos a causar placer cuando se cumplen. Las teorías basadas en el valor identifican los deseos con actitudes hacia los valores, como juzgar o tener la apariencia de que algo es bueno. Los deseos pueden agruparse en varios tipos dependiendo de ciertas distinciones básicas: deseos intrínsecos, deseos instrumentales, deseos ocurrentes, deseos parados, deseos proposicionales, deseos objetuales. Pero también se distinguen los deseos superiores, asociados con metas espirituales o religiosas, de los deseos inferiores, relacionados con los placeres corporales o sensoriales.

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Toda vida humana está condicionada desde el nacimiento hasta la muerte por el DESEO (a través de los deseos) y dependiendo de la relación que cada individuo establezca con el DESEO (a través de la cantidad de deseos que tenga) así será su vida a todos los niveles.

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El DESEO en sí se materializa mediante la multitud de deseos y su característica principal es la sensación de insuficiencia. Solo cuando entendemos esa sensación como la esencia angular del DESEO nuestra relación con los deseos cambia drásticamente. Pero la sensación de insuficiencia nunca es asociada por nadie a la naturaleza del DESEO, pues el impulso vital egoico derivado de las necesidades supervivenciales distorsiona y enmascara esa verdadera naturaleza, lo cual conlleva ser incapaz de identificar el núcleo central del DESEO o la sensación de insuficiencia como el quid de la cuestión, con la consecuencia de quedar atrapados en una metafórica "rueda de hamster", buscando cumplir nuevos deseos para obtener placer, que acabarán llevándonos a obtener dolor compensatorio. Por eso el DESEO es el origen y la causa del sufrimiento, siendo algo identificado hace dos milenios y medio por los taoístas chinos primero y luego por los budistas hindúes e indoiranios medio siglo después.

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La sensación de insuficiencia genera una inquietud incómoda que agita interiormente hiperactivando los procesos mentales con descargas invasivas de pensamientos intrusivos que agotan y estresan al individuo. La posterior reacción automática por definición de cualquiera será una búsqueda de compensación equilibrante que reduzca la hiperactividad mental del pensamiento. Dependiendo del enfoque y el abordaje que hagamos obtendremos un resultado u otro. Toda reacción compensatoria conducirá a un resultado equívoco y siempre igual, cuya implicación será terminar atrapados en un bucle de repetición que nos atrapará con mayor intensidad tras cada repetición, pues se desarrollará un hábito compulsivo inconscienciado de evasión coyuntural, cuya actividad principal consistirá en reducir sintomáticamente la hiperactividad mental del pensamiento y su inquietud asociada, recuperando una falsa sensación de comodidad que nos dará cierta reducida calma temporal pero perecedera. Más pronto que tarde se reactivará la inquietud y volveremos a caer en la incomodidad desasosegante, por tanto, recurriremos de nuevo al intento fácil de reducción evasiva. Tras unas cuantas repeticiones más se establecerá un hábito conductual de comportamiento urobórico, como una matafórica serpiente que se muerde la cola. Tras completar un recorrido urobórico se produce un afianzamiento del recorrido que aumenta su velocidad en el siguiente recorrido y así sucesivamente. La única manera de salir es mediante una acción disruptiva radical que primero implique una toma de conciencia total y luego un cambio de estrategia estructural, adquiriendo un enfoque y abordaje absolutamente distinto. Si no adquirimos el enfoque y abordaje adecuados nos estableceremos en una serie de hábitos insaludables e inconscienciadores que, con la intención de regular procesos mentales desbocados e incontrolados, acabarán afectando a nuestra salud física, disminuyendo la calidad objetiva y subjetiva de vida. Las psicoestrategias evasivas que se producen en la dimensión psíquica subjetiva del ser humano pero afectan gravemente a la dimensión física objetiva de cada individuo son variadas e implican elementos externos de regulación que disminuyen temporalmente la hiperactividad mental del pensamiento, destacando los productos comestibles ultraprocesados, el tabaco, el café, el alcohol, la marihuana, la cocaína, la heroína, la pornografía, la televisión, las redes sociales y cualquier cosa que sea susceptible a generar conductas repetitivas de tipo compulsivo, como los juegos de azar entre otras muchas.

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Si la inquietud incomodante permanece y se alarga lo suficiente durante unos días, pasa a convertirse en incomodidad desasosegante, cuya característica principal es hiperactivar los procesos psíquicos internos con una consecuencia residual inevitable: la descarga invasiva de pensamientos intrusivos que acaparan toda nuestra atención y agotan la energía vital o vitalidad del sujeto, llevándonos a las psicoestrategias evasivas compensatorias que vimos en el apartado anterior, cuya acción inmediata será reducir la hiperactividad mental sintomáticamente y por tanto generar una sensación transitoria e ilusoria de calma, que muy pronto desaparecerá, volviendo a dar comienzo el ciclo con una nueva sensación de insuficiencia.

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La incomodidad desasosegante conduce si permanece o se repite varias veces a la acumulación de tensión y el distrés, lo cual ocasionará una continua descarga de pensamientos negativos y pesimistas desoladores. Entonces se empieza a manifestar el proceso ansiógeno que puede derivar en los dos grandes males asociados al DESEO: ansiedad y depresión. Dependerá de la forma en la que cada individuo aborde la incomodidad desasosegante y su acumulación de tensión. También puede conducir como alternativa a la depresión al síndrome de desmoralización. Si quedamos atrapados en las dinámicas ansiógenas es muy probable que empecemos experimentando ansiedad y por el tiempo pasemos a la depresión, que puede convertirse en crónica. La acumulación de tensión puede conducir por otra parte al desarrollo de sentimientos negativos como el odio o la ira como forma de canalización y expulsión externa de la acumulación de tensión que descarga al individuo. La forma común de manifestación son los ataques de ira, pero también puede adoptar formas agresivas popularizadas en los espacios virtuales como la cultura del odio, transformándose en una actitud, conducta y en el peor de los casos identidad del sujeto. Si llegamos a establecer una identidad de odio esa identidad pasará a poseernos psíquicamente como entidad egregoroide pendular. Liberarse de ella será muy improbable y nos absorberá, convirtiéndonos en sirvientes esclavizados por el DESEO.

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Paralelamente a todos los procesos psíquicos asociados correlativamente, el DESEO también generará una continua frustración permanente que subyace en cualquier actividad volitiva cuya pretensión sea obtener, conseguir o satisfacer los deseos, coyunturalmente a los procesos descritos en los apartados anteriores. Y la frustración permanente genera por el tiempo, pero también de forma paralela, insatisfacción crónica. Será esta insatisfacción la que cierre el ciclo urobórico y nos atrape, a menos que decidamos y consigamos salir. La dificultad para conseguirlo es elevada porque tanto occidente y su cultura como cualquier sociedad civilizada tiende hacia el DESEO cual leit motiv, pues el DESEO es la esencia estructural que cimenta toda civilización por definición.

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La única solución es LA RENUNCIA AL DESEO mediante la drástica reducción de los deseos. He aquí donde radica toda la dificultad, pues es prácticamente imposible concebir esa RENUNCIA en civitas civitate.


2 comentarios:

  1. Deberías ser catedrático amigo
    Tienes letra médico
    Este me ha gustado

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  2. Gracias de nuevo, amigo, pero estoy muy lejos de ser catedrático o médico, aunque la letra cuele. Apenas tengo EGB y lo saqué en EPA en el 92 con 17 años, tras repetir dos cursos seguidos. Probablemente tenga menos estudios que la mayoría.

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