sábado, 28 de septiembre de 2024

'PALABRAS AMABLES Y UNA PISTOLA CARGADA' de Noel "Razor" Smith (reseña)

Acabo de leer el libro PALABRAS AMABLES Y UNA PISTOLA CARGADA. AUTOBIOGRAFÍA DE UN DELICUENTE PROFESIONAL.

   Escrito por el magnífico escritor y ex atracador británico Noel "Razor" Smith, nacido el 24 de diciembre de 1960 en Londres, Inglaterra, Reino Unido y que pasó media vida en la cárcel (o reformatorios antes de su mayoría de edad, durante sus primeros 50 años). Entró por primera vez en el sistema penitenciario británico en 1977, cuando todavía no había cumplido los 17 y no fue excarcelado definitivamente hasta 2010, a punto de cumplir los 50, con periodos breves de libertad condicional o en fuga.

   Mi ejemplar es una primera edición publicada en mayo de 2024 por una de las indiscutibles mejores editoriales españolas independientes de la actualidad: Sajalín editores, de Barcelona. Este libro es el número 59 de su mejor colección, titulada 'al margen'. Por descontado que el propio nombre de la colección hace el mayor honor literal a lo prometido. Sajalín editores es una de esas emblemáticas editoriales actuales que siguen preservado el gusto por la mejor literatura, edición cuidada de máxima calidad (papel, corrección, encuadernado cosido a hilo, impresión), autores para paladares muy selectos y publicación de libros irrepetibles, casi imposibles de encontrar en otras editoriales, si exceptuamos a DIRTY WORKS y poco más. Una editorial para verdaderos amantes de la lectura que buscan cosas exquisitas difícilmente publicadas en el circuito más comercial o que desea vender libros como churros. No obstante lo dicho, hablamos de la edición traducida al castellano, pues originalmente este libro fue publicado en inglés hace dos décadas exactas (sí, en 2004) por Penguin Books. Desconozco si tuvo una edición anterior por aquella época, pero si la tuvo yo no me enteré.

   El libro tiene 623 páginas (sin incluir el puñado de páginas finales con fotografías y la página de agradecimientos) repartidas en 27 capítulos con título pero sin numerar.

   Se trata de la mejor autobiografía de un delincuente profesional (atracador en particular, pero también violento al máximo, especializado en las peleas con navaja, de ahí su apodo delicuencial) que he leído en toda mi vida con diferencia. Este libro es el claro ejemplo a mi juicio de cómo se escribe una verdadera obra maestra imperecedera y sin rival. No serán pocos los ex delincuentes y convictos (como era su caso en el momento de escribir y publicar la edición original en inglés) o ex convictos que han usado el recurso literario de la autobiografía, pero... ¡Ah, amigo! Cualquiera que se precie puede escribir un libro, especialmente si su trayectoria despierta el morbo o la curiosidad del público y el negocio editorial ve una posibilidad de enriquecerse, pero de ahí a escribir un buen libro hay un abismo de diferencia. Ya ni hablemos de escribir una obra maestra. Y... ¿Por qué afirmo tan a la ligera que este libro lo es? Hay varios motivos de peso. El primero y principal es la inusual sinceridad descarnada del autor. No se esconde ni tampoco esconde lo que decidió hacer libremente con su vida. Es casi imposible encontrar un testimonio como el suyo, sin victimismos, sin dramatismos, sin justificaciones espurias, sin mentiras flagrantes, sin intentar venderte la moto con la intención de camelarte para que te congracies con él o lo juzgues más benevolentemente. El segundo es la capacidad literaria talentosa a más no poder que tiene el ejercicio de su pluma para contarte el funcionamiento interno del sistema penitenciario británico que hubo entre 1977 y aproximadamente 2003, cuando concluye el libro. Ese talento literario es la capacidad para que tú no estés leyendo la experiencia en un libro mientras tienes una cómoda vida muy diferente (básicamente en libertad), sino para que estés viviendo y sufriendo y experimentando toda la marabunta de emociones extremas y sentimientos encontrados que te provoca la vida al límite del atracador y más al límite si cabe del convicto encarcelado, es decir, para que te pongas en su lugar y seas él por unos momentos, volviendo luego a tu vida cotidiana. Eso es lo que, literalmente, hace la buena literatura imperecedera de verdad y para eso se necesita algo más que tener la intención de escribir un libro donde contar tu vida y distraer al lector un rato con tus gilipolleces más o menos interesantes. PALABRAS AMABLES Y UNA PISTOLA CARGADA te impide tener un momento de relax o desconexión. Y por último, el tercero es el mismo motivo por el que solo una autobiografía podemos considerarla una obra maestra según yo lo veo: porque no se lee como una aburrida autobiografía más sino como una trepidante novela de ficción donde la realidad supera con creces a esa misma ficción. Aunque seguiremos la vida del autor desde su nacimiento e infancia, hasta el momento actual de la escritura (cuando tiene 42 años y está viviendo los últimos siete encarcelado), pasando por los comienzos de su vida delincuencial y lo más importante, sus largas estancias en todo tipo de cárceles, no obstante, en realidad no parece en momento alguno que estemos leyendo una autobiografía, sino la novela de suspense y true crime más auténtica, sincera y apasionante que jamás se ha escrito. Pero a diferencia de la marabunta descontrolada de emociones y sentimientos por los que hemos pasado viviendo en las auténticas cloacas de nuestras "civilizadas" sociedades en apariencia, al terminar la intensisíma lectura no nos quedamos con un mal sabor de boca, debido a la inusual actitud mostrada por el brillante y maravilloso autor en todo momento. En fin, una de las mayores obras maestras literarias que he leído en toda mi vida, especialmente dentro de los géneros de autobiografía, suspense y true crime. Si tuviera que puntuar este libro de cero a diez rompería por necesidad el medidor para darle un veinte mínimo.

jueves, 26 de septiembre de 2024

'TAFTI LA SACERDOTISA' de Vadim Zeland (reseña)

Hace dos días, el 24 de septiembre de 2024, terminé de leer el libro TAFTI LA SACERDOTISA. Caminando despierto dentro de una película. Había empezado un día antes con su lectura, tras finalizar con el quinto y último volumen del Transurfing (que por cierto no merece la pena ni reseñar porque no aportan nada al primer volumen ya reseñado por aquí).

   Escrito por el mismo autor ruso creador del Reality Transurfing Vadim Zeland.

   Mi ejemplar es una primera edición publicada en noviembre de 2020 por la editorial Ishtar Luna-Sol, actualmente ISHTAR. Se trata de una editorial independiente de nicho de mercado, fundada en 2008. Su nicho concreto es la espiritualidad nueva era y las temáticas afines, incluyendo la autoayuda, las pseudociencias y las teorías conspirativas.

   Descubrí TAFTI LA SACERDOTISA en las navidades de 2020, cuando hacía apenas un mes de su salida a la venta, en mi librería fetiche habitual, Códex. En principio despertó en mí sentimientos encontrados, pues me pareció en la revisión inicial escrutadora (portada, contraportada, autor e índice) un libro demasiado enfocado a la venta comercial agresiva, lo cual indicaba que usaría un lenguaje y estilo literario inequívoco, simplista, excesivamente sencillo y con ideas superficiales, al ir dirigido a todos los públicos, con la intención de vender ejemplares como churros muy fácilmente consumibles. No me equivoqué ni un ápice. Al final decidí comprarlo por dos motivos: el subtítulo me gustó y pensé que podía sacar provecho de esa metáfora cinematográfica y el precio era muy razonable (18,95 euros), por tanto no perdía mucho si resultaba ser un completo fiasco, pero sí podía sacar muy probablemente algo útil o enriquecedor para mí, como así resultó. Lo leí a principios de 2021 y me pareció curioso e interesante. Hice incluso varias lecturas, subrayando partes con marcadores de colores. Apliqué la sencilla metodología que propone y sustenta todo su contenido, pero no recibí apenas resultados. La verdad es que estaba en una de las épocas más difíciles de mi vida. No fue el momento oportuno, aunque me dejó buen sabor de boca.

   El propio autor del libro considera que su anterior creación, el Transurfing, es la "escuela primaria" y Tafti sería el curso avanzado de la "escuela superior".

   El libro tiene 342 páginas repartidas en una nota de la traductora, 40 capítulos, la conclusión, los algoritmos, la relación de los principios básicos y una conversación con Vadim Zeland sobre el libro.

   Se trata de un libro presentado y escrito como un método de autoayuda arquetípico, basado principalmente en lo que podríamos catalogar como visualización creativa. Lo más importante y significativo a mi juicio es la frase que el autor propone como una especie de "algoritmo" para afirmar en silencio, en voz baja o en voz alta, no importa: "me veo a mí mismo y veo la realidad".

   Según la teoría taftiana vivimos como "dormidos" en la vigilia, es decir, que funcionamos por automatismos inconscienciados. Eso es algo en lo que difícilmente pueda estar en desacuerdo, pues no solo llevo tres lustros indagando y trabajando con esa idea, sino que mi experiencia vital cotidiana indica que es así exactamente como sucede el asunto. Podría equivocarme, podría ser una impresión subjetiva errónea, pero, de momento, lo veo de esa forma. Presuntamente, según Zeland, cuando decidimos "me veo a mí mismo y veo la realidad" se produce un cambio en el "flujo" de nuestra "energía vital" o algo parecido y entramos en un estado despierto de atención consciente. Bueno, supongo que tendrá que ver con el dominio que uno tenga de su espacio interior y la forma de enfocar el estado de conciencia, así como capacidad para focalizar y dirigir la atención (algo en lo que llevo trabajando casi tres décadas a nivel personal), pero, al menos en mi caso, es así como sucede. Ya me pasó en 2021 y me está pasando ahora pero con mucha mayor intensidad.

   Luego viene la metodología de visualización creativa que en realidad fundamenta todo el contenido del libro: según Zeland, detrás de la espalda tenemos una especie de "configuración energética" o algo parecido, a la cual él decide llamar "trencita", siendo la sede de nuestra intención, por tanto la idea correcta o completa sería "trencita de la intención". Para mí esa especulación tiene una correlación muy clara: la "kundalini Shakti"; una creencia desarrollada en el seno del hinduismo. Se supone que, siempre de acuerdo con Zeland, debemos "activar" esa "trencita" visualizándola intuitivamente (cada cual debe hacerlo como le nazca y lo sienta) para luego "configurar" la realidad imaginando lo que deseamos o queremos alcanzar como objetivo final, igual que si fuera, literalmente, el "fotograma" de una película. Todo el libro se fundamenta en repetir lo mismo.

   Literariamente es un libro horrible, mal escrito y con una prosa muy artificial, encasillada en el lenguaje de los peores libros de autoayuda tan simplistas que parecen escritos para "tontos". La traducción (a diferencia de la pentalogía del Transurfing publicada por Obelisco) y la corrección es buena. Las ideas expuestas me parecen interesantes y útiles para ciertas personas (aunque ni de lejos para todo el mundo). Personalmente llevo tres días trabajando con la metodología expuesta y esta vez está siendo muy diferente a la anterior. Lo mejor y más útil a mi juicio son las partes finales, en concreto los algoritmos (páginas 263 a 278) y la relación de los principios básicos (páginas 279 a 325).

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Reflexiones especulativas sobre el curioso caso y presunta "maldición" de la familia Lee

El primer libro que leí en mi vida (nunca se me olvidará mientras tenga el uso de la razón y la memoria intacta) fue el breve pero intenso LA LEYENDA DE BRUCE LEE: la fulgurante vida y extraña muerte del rey del KUNG FU (Garbo Editorial, Barcelona, 1974) del periodista y escritor estadounidense Alex Ben Block, nacido el 19 de agosto de 1946 en Siracusa, Nueva York, Estados Unidos. Tenía unas 216 páginas.

   Corría finales de 1994 (octubre, creo recordar) y apenas me faltaba un mes para finalizar mi servicio militar o "mili" (como se llamaba en aquel entonces). 

   Desde el 13 de noviembre de 1992 había dedicado mi vida a la práctica autodidáctica del boxeo, pero me lo tomé muy en serio. Desde entonces me había obsesionado tanto con el pugilismo que me absorbió la vida, convirtiéndose en mi único leit motiv. Ahí encontré el primer sentido a la vida con apenas 17 años de edad. Por tanto el primer referente en el que mirarme a un inalcanzable espejo en el que deseaba verme reflejado, no fue un futbolista, un actor o una estrella del rock, sino el, por entonces, estadounidense campeón del mundo de los pesos pesados Evander Holyfield. Ese mismo campeón mundial unificado desde 1990 que, en un mes tras mi autoiniciación pugilística perdería los tres cinturones más importantes del momento (WBC, WBA e IBF) para recuperarlos en 1993, aunque ya solo dos (WBA e IBF) y volverlos a perder en 1994.

   La "mili" representó una amplia apertura de miras y vivencias para mí. Allí conocí a un compañero con el que me unió una efímera primera amistad por afinidades comunes con el deporte en general y el culturismo en particular. Era cinturón negro primer dan de kárate shotokan, pero también un aficionado al boxeo. A ambos nos venía la afición por nuestros respectivos padres: el suyo había practicado incluso boxeo amateur en la adolescencia. El mío solo era un gran aficionado que me transmitió su pasión contagiándomela y viendo combates televisados juntos. Y fue este quinto mío el que empezó a despertar mi interés por uno de sus mayores referentes: Bruce Lee. ¿Quién fue Bruce Lee?

   Lee Jun-fan nació el 27 de noviembre de 1940 en San Francisco, California, Estados Unidos y falleció el 20 de julio de 1973 en Kowloon, Hong Kong, China debido a un edema cerebral. Fue un artista marcial, actor, filósofo y escritor estadounidense de origen hongkonés, más conocido popularmente como Bruce Lee. Aunque nació en San Francisco debido a que su padre era actor (cantante de ópera cantonesa) y estaba de gira con el teatro para el que trabajaba por Estados Unidos, en realidad se crió desde pequeño en Hong Kong. Está considerado unánimemente por los expertos como el artista marcial más influyente de toda la historia, siendo un icono de la cultura popular en la segunda mitad del siglo XX. Aunque acabó siendo conocido como el actor más emblemático del cine hongkonés de artes marciales, debido a su idiosincrasia personal, gestos, guiños, sonidos, posiciones, actitudes y formas espontáneas de interpretar a sus personajes, imbuyéndolos tanto de su propia personalidad característica que hasta llegó a ser indistinguible la persona del personaje, no obstante esa solo fue una pequeña faceta de su efímera pero intensa y productiva vida. Probablemente sea uno de los seres humanos que más ideas filosóficas perdurables ha aportado en menor cantidad de tiempo, tal vez solo superado por el pensador hindú del siglo VIII Adi Shankara (788-820), considerado como el representante principal de la subescuela Advaita (no dualidad) dentro de la escuela de filosofía religiosa hinduista ortodoxa Vedanta. Ambos vivieron los mismos años: 32.

   Residiendo desde los cuatro meses de edad en el distrito urbano de Kowloon, ubicado en la región administrativa especial de Hong Kong, República Popular China, Bruce Lee empezó su fulgurante y efímera carrera cinematográfica muy joven, apareciendo en varias películas hongkonesas desde la infancia y adolescencia. En esas películas ya se percibe su personalidad característica, así como ciertos gestos y formas interpretativas que luego caracterizarían su idiosincrasia particular. Se inició en las artes marciales en 1954, cuando tenía 13 años de edad. Al principio practicó Tai Chi Chuan con su padre, pero luego decidió iniciarse en la práctica de Wing Chun, un arte marcial chino asociado al Kung-fu (nombre genérico para referirse a las artes marciales de origen chino y basadas en principios filosóficos derivados del budismo y el taoísmo). Empezó sus prácticas con Yip Man (1893-1972), un reconocido Sifu (maestro) de Wing Chun. En 1959 aproximadamente, con 18 años de edad, regresó a Estados Unidos, donde había nacido. Se matriculó en la Universidad de Washington y estudió la carrera de filosofía entre 1961 y 1964. Empezó a ser conocido por enseñar artes marciales a sus compañeros de estudios, pero pronto se desvió del Wing Chun y el Kung-fu chino, innovando en la creación de un estilo propio tras integrar los principios filosóficos taoístas (el Lao Zi y el Zhuang Zi, es decir, los dos textos angulares del taoísmo filosófico o daojia) e interesarse por aprender otras artes marciales (japonesas, filipinas, coreanas o tailandesas), incluso también esgrima y boxeo (acercándose así a Occidente). De esta forma creó su primer estilo personal que empezó a enseñar en una escuela propia que abrió en Seattle, Washington, Estados Unidos: el Jun Fan Gung-Fu. En poco tiempo este estilo evolucionó hacia su mayor aportación filosófica y marcial: el Jeet Kune Do o Camino del Puño Interceptor, buscando la idea de "no estilo" y "no forma" (derivado de la aplicación de las ideas krishnamurtianas a su síntesis aplicada de las artes marciales orientales y estilos de combate occidentales). Nadie había tenido hasta el momento ni volvió a tener luego (sin estar influenciado por Bruce Lee) unas ideas tan disruptivas e innovadoras en las artes marciales como las suyas. Tras una buena temporada sin trabajar como actor interpretando, fue contratado en Estados Unidos para un papel secundario en la serie televisiva 'The Green Hornet', que tuvo solo una temporada y 26 episodios en total. Fue estrenada por la cadena ABC el 9 de septiembre de 1966 y fue cancelada, emitiendo el último episodio, el 14 de julio de 1967. Aunque el protagonista era interpretado por el actor estadounidense Van Williams (1934-2016) fue en realidad Bruce Lee, interpretando a su ayudante, quien causó furor entre los televidentes, impulsando su verdadera carrera cinematográfica de madurez. Durante los siguientes cuatro años tuvo bastantes ideas para consolidar su carrera, pero no dieron el resultado esperado. Entonces, a mediados de 1971, fue de visita a Hong Kong y tras volver a Los Ángeles, recibió la llamada del que se convertiría en el mítico productor de cine hongkonés Raymond Chow (1927-2018), fundador de la productora cinematográfica Golden Harvest (actualmente Orange Sky Golden Harvest), que dominó las ventas de taquilla del cine hongkonés en las décadas de 1970 y 1980, siendo el encargado de lanzar el cine de artes marciales en el escenario internacional. Esta llamada para participar como protagonista en dos películas cambiaría definitivamente su breve vida y lo convertiría en el mito cinematográfico que acabaría siendo. La productiva y fructífera colaboración profesional se extendería únicamente durante los dos años que le quedaban de vida a Bruce Lee, rodando cuatro películas como protagonista, tres de ellas estrenadas todavía en vida y una estrenada apenas seis días después de fallecer prematuramente. La última película fue rodada solo a medias y luego completada con un doble que desentona del todo, pues apenas tiene un ligero parecido, estrenándose de manera póstuma un lustro después del fallecimiento. Su inesperada y misteriosa muerte súbita ha desencadenado todo tipo de hipótesis y (¿cómo no?) teorías conspirativas. El 10 de mayo de 1973, estando en los estudios de Golden Harvest, Bruce Lee se sintió mal y decidió ir al baño para refrescarse. Allí empezó a tener convulsiones y vómitos, sufriendo un colapso. Perdió el conocimiento. En el Hospital Bautista de Hong Kong le diagnosticaron edema cerebral y el neurocirujano Peter Woo pudo salvarle la vida gracias a la administración de manitol, pero no pudo determinar la causa de esa hinchazón cerebral. Dos meses y diez días después, el 20 de julio de 1973, Bruce Lee estaba en casa de la actriz china nacionalizada taiwanesa Betty Ting Pei ultimando el guion de una película donde ella aparecería, cuando empezó a experimentar un fuerte dolor de cabeza. Ella le ofreció un analgésico común y luego se acostó un rato en la cama. Entró en coma y falleció. Cuando Raymond Chow fue al apartamento de la actriz para intentar despertar a Bruce Lee, este ya había fallecido. La causa de la muerte fue un edema cerebral, lo mismo que le había sucedido casi dos meses y medio atrás. Las hipótesis desde entonces han orbitado alrededor de tres probables causas: reacción alérgica hipersensible al meprobamato (principio activo del fármaco analgésico ingerido); SUDEP o muerte súbita inesperada en personas con epilepsia (por sus siglas en inglés); hiponatremia debida a un consumo excesivo de agua. Lo curioso del asunto es que tras la primera crisis convulsiva epileptoide y el colapso con pérdida de la conciencia y edema cerebral como diagnóstico, Bruce Lee se quedó preocupado y tras volver a Estados Unidos decidió hacerse un chequeo médico completo en UCLA, cuyo resultado fue que su salud y cuerpo equivalía al de una persona de 18 años, sin encontrarle anomalía alguna.

   Vayamos con las reflexiones sobre Bruce Lee: en la actualidad el más icónico actor y artista marcial de toda la historia tendría casi 84 años de edad. Sinceramente... ¿Alguien es capaz de imaginarse a Bruce Lee con 84 años de edad? ¿Qué habría pasado con él y su trayectoria de haber vivido lo suficiente? Sin duda, Bruce Lee fue un producto manufacturado de su tiempo, pues el cine de acción basado en artes marciales fue un nicho de mercado muy comercial y exitoso pero perecedero, surgiendo en la década de 1970 y feneciendo en la década de 2000. ¿Qué ha sido de todos sus referentes, empezando por la vieja escuela a la que pertenecía Bruce Lee y acabando en las nuevas generaciones posteriores, los que podrían ser sus hijos herederos? ¿Qué ha sido de su amigo personal, también actor y gran artista marcial estadounidense Chuck Norris, coprotagonista villano en una de las emblemáticas películas protagonizadas por Bruce Lee? ¿Qué ha sido de otros grandes artistas marciales que también se codearon con Bruce Lee como actores secundarios o extras en sus películas, como Bolo Yeung o el más conocido Jackie Chan, cuya carrera cinematográfica posterior no tuvo nada que envidiar a la de Bruce Lee? ¿Qué ha sido de los míticos artistas marciales y actores de la siguiente generación, protagonistas de no menos míticas películas en las décadas de 1980 y 1990, como Jean-Claude Van Damme, Steven Seagal, Marc Dacascos o Jet Li? Enfermos algunos, retirados otros y con problemas de alcoholismo, drogadicción y/o trastornos mentales los últimos, todos, sin excepción, han quedado relegados a su dudosa participación en productos cinematográficos de serie entre B y Z e irrelevantes. ¿No fue, precisamente, la misteriosa, repentina e inesperada muerte súbita de Bruce Lee en el apogeo de su vida, forma física y carrera profesional lo que le ha salvado de tan poco legendario final, si su vida se hubiera alargado demasiado? ¿No habrá contribuido igual o más su muerte súbita prematura en la imagen y leyenda icónica inmortal que todos tenemos, que su vida y logros alcanzados? ¿Realmente es viable y creíble el presunto "misterio" de su muerte? ¿Hay tal misterio? Recuerdo a la perfección las truculentas y estrafalarias teorías conspirativas sonrojantes que ya planteaba Alex Ben Block en la primera (o una de las primeras) y popular biografía de Bruce Lee. ¿Es creíble, al menos en su caso, que lo asesinaran las Tríadas (organizaciones criminales con sede en Hong Kong) chinas? ¿Es creíble que lo envenenaran? O mejor todavía: ¿Es creíble que lo asesinaran con la técnica de la "palma vibrante" o "dim mak"? Que cada cual saque sus propias conclusiones.

   Y de regalo una reflexión estilo "What if...?" o "¿Qué pasaría si...?" imaginando escenarios alternativos a un acontecimiento histórico real. La noche del 8 al 9 de agosto de 1969 los criminales y asesinos convictos pertenecientes a la secta Familia Manson, Charles "Tex" Watson, Susan Atkins (1948-2009), Patricia Krenwinkel y la integrante de la misma secta, partícipe en el crimen pero no asesina ni convicta Linda Kasabian (1949-2023), asaltaron una casa de Beverly Hills, Los Ángeles, California, Estados Unidos y asesinaron a la actriz Sharon Tate (1943-1969), que vivía allí de alquiler con su marido, el cineasta Roman Polanski. También perecieron asesinadas sus amistades presentes en la casa esa noche: el estilista de celebridades Jay Sebring (1933-1969); el aspirante a escritor y guionista Wojciech Frykowski (1936-1969); y la heredera de la empresa Cafés Folger Abigail Folger (1943-1969). La pregunta, entonces, es: Ya... ¿Y qué tiene que ver Bruce Lee con todo esto que me cuentas? Bueno, para empezar Bruce Lee era amigo personal íntimo de Sharon Tate y Jay Sebring. Su primer trabajo como actor en la serie 'The Green Hornet' tuvo algo que ver con el apoyo y ayuda recibida por parte de Sebring. Incluso les dio varias veces clases personalizadas de artes marciales a ambos. Ayudó a Tate a consolidar uno de los personajes secundarios que interpretó en una película, donde tenía unas escenas de lucha con otra actriz. La noche del múltiple asesinato estaba invitado a la casa. En el último momento, parece ser, declinó la invitación. ¿Te imaginas? ¿Qué hubiera pasado si Bruce Lee llega a estar presente en Cielo Drive 10050 la noche de los asesinatos? ¿Lo hubieran matado junto al resto de masacrados despiadadamente a cuchilladas o hubiera empezado a repartir ostias a diestro y siniestro hasta quedarse más solo que la una? Recordemos que Tex Watson llevaba una pistola y las dos mujeres que entraron con él (Linda Kasabian se quedó fuera vigilando y por eso se libró de ser una asesina y pasar el resto de su vida encarcelada) llevaban cuchillos de monte, pero, no obstante y a pesar de la desventaja, Wojciech Frykowski consiguió desarmar momentáneamente a Susan Atkins, perdiendo esta su machete entre el sofá donde fue atacado. ¿Podría haber sucedido algo parecido a lo que inventó Quentin Tarantino en su magnífica última película hasta hoy 'Once Upon a Time in Hollywood' de 2019?

   Pero a pesar de lo fascinante que resulta la vida, los logros y la muerte de Bruce Lee, todo quedaría ahí, circunscrito a una cuestión personal sin mayor importancia, si no fuera por el mucho más (a mi juicio) interesante caso de su hijo mayor, donde, al menos, tenemos más juego para especular, chismorrear y deleitarnos reflexionando (o simplemente pasar un rato desconectados de nuestra realidad cotidiana para luego volver a nuestros respectivos quehaceres).

   En el otoño de 1962 Bruce Lee empezó a dar clases de artes marciales en un restaurante de Seattle, Washington, Estados Unidos. En una de esas clases conoció a una joven estudiante estadounidense llamada Linda Claire Emery, nacida el 21 de marzo de 1945 y todavía viva mientras escribo esto. Empezaron una relación sentimental y se casaron el 17 de agosto de 1964. A partir de entonces ella fue conocida como Linda Lee y tras su tercer matrimonio en 1991 con Bruce Cadwell, como Linda Lee Cadwell. El 1 de febrero de 1965 nació su primer hijo (primogénito varón) Brandon Bruce Lee, en Oakland, California, Estados Unidos. El 19 de abril de 1969 nació su hija Shannon Emery Lee, en Los Ángeles, California, Estados Unidos. Ha sido actriz, aunque básicamente ha participado en películas de bajo presupuesto y algún cameo. Actualmente es la presidenta de la Fundación Bruce Lee y se encarga principalmente de gestionar el legado de su padre. Pero lo que nos interesa aquí para especular sobre la hipotética "maldición" de la familia Lee es el caso de su hermano mayor.

   Brandon Bruce Lee, más conocido como Brandon Lee a secas, fue un actor y artista marcial estadounidense. Una de sus grandes aficiones era el motociclismo y al parecer tenía una compleja personalidad, influenciado en gran parte por la prematura muerte de su padre cuando apenas tenía ocho años de edad y con la que se obsesionó un tanto, debido al estrecho vínculo que tenía con él, ya que le enseñó artes marciales desde la infancia y con cuatro años ya tenía cierta destreza con las patadas laterales. Tras la muerte de su padre la familia regresó a Estados Unidos y Brandon no fue buen estudiante, siendo, al parecer, algo problemático. Pasó por varios colegios hasta finalizar la secundaria y se especializó en teatro, en el Emerson College, de Boston, Massachusetts. Luego estudió clases de interpretación en el prestigioso Lee Strasberg Theatre and Film Institute de Nueva York, donde hizo amistad con el director de cine y guionista estadounidense John Lee Hancock. Retomó la práctica de las artes marciales tras haberla abandonado después de la muerte de su padre. Lo hizo con un alumno y amigo personal de su padre, Dan Inosanto, uno de los herederos legales del Jeet Kune Do. Simultáneamente hizo amistad con el actor, doble y coordinador de especialistas estadounidense Jeffrey "Jeff" Imada, gran artista marcial en varias disciplinas, destacando el Jeet Kune Do. Desde bien pronto quiso convertirse en un gran actor reconocido por su profesionalidad interpretativa y no por ser hijo de Bruce Lee, para lo cual dedicó todos sus esfuerzos y atención. También era un gran aficionado a la música. Le gustaba tocar la guitarra y dar paseos nocturnos con su motocicleta. Aunque empezó joven trabajando como modelo para varios anuncios televisivos, pronto se volcó en la interpretación cinematográfica. Aunque su primer trabajo tras dejar Nueva York al finalizar sus estudios y volver a Los Ángeles, fue como asistente de producción muy poco remunerado. Así fue como consiguió sus primeros papeles haciendo algún cameo o papel secundario. Con Inosanto se especializó en Jeet Kune Do, Muay Thai, Kali Eskrima y Silat. De esta manera mejoraron mucho sus dotes interpretativas en escenas de acción. En 1986, con 21 años de edad, consiguió su primer papel protagonista en una película hongkonesa dirigida por Ronny Yu. Fue la primera y única que interpretó en Hong Kong, a pesar de los ofrecimientos recibidos, pues no quería ser encasillado como un continuador de su padre. Esto le obsesionó el resto de su vida. Entre 1987 y 1990 hizo cameos y tuvo papeles secundarios, protagonizando una película de bajo presupuesto y poca calidad, junto al prolífico actor estadounidense Ernest Borgnine (1917-2012), en 1989. Su consagración llegaría en 1991 al coprotagonizar su primera película estadounidense junto al actor sueco nacionalizado estadounidense Dolph Lundgren. Su interpretación impresionó tanto a los productores que le ofrecieron un contrato para protagonizar tres películas de la 20th Century Fox. La primera, 'Rapid Fire', fue estrenada el 21 de agosto de 1992 y Brandon Lee llegó a ser aclamado por el público. Ese mismo año se funda la productora estadounidense Dimension  Films, filial de la tristemente célebre Miramax y luego The Weinstein Company, disuelta en 2018 tras los escándalos públicos debido a los injustos abusos sexuales reiterados durante varias décadas y el encarcelamiento posterior de uno de sus fundadores, Harvey Weinstein, que dio origen al movimiento feminista #MeToo a finales de 2017, tras un exhaustivo trabajo de investigación periodística por parte del periodista y escritor estadounidense Ronan Farrow. 

   Brandon se enteró del nuevo proyecto que tenía en mente filmar la nueva productora Dimension Films: la adaptación del cómic The Crow, creado por James O'Barr y publicado en 1989. Como la nueva productora le había ofrecido al actor un contrato para protagonizar tres películas, Brandon decidió hacerse con el papel protagonista, desplegando su formación y aptitudes dramáticas, subsumiéndose así de quedar encasillado en el cine de artes marciales, como su padre. Seguía con su obsesión principal activa y la vida le depararía la mayor sorpresa jamás esperada. Su insistencia obtuvo sus frutos y consiguió el papel, comenzando el rodaje de la película el 1 de febrero de 1993, es decir, exactamente el día de su 28 aniversario. Fue un rodaje extraño y difícil, muy acorde con la temática de la película. Primero, la dirigiría el peculiar director australiano Alexander "Alex" Proyas, que no mucho después rodaría películas míticas del cine neo-noir (nuevo cine negro) y la ciencia ficción, como 'Dark City'. Segundo, la película se rodaba solo de noche, hasta la madrugada, con bajas temperaturas y lluvia artificial, por lo tanto Brandon pasaba todo el tiempo de rodaje mojado y con ropa fina, durmiendo únicamente dos o tres horas por día. Entonces llegó el momento culminante del rodaje. El actor estadounidense Michael Massee (1952-2016), caracterizado por interpretar mayoritariamente papeles de villano, debía dispararle a Brandon Lee. El actor se había colocado una bolsa de tinte rojo en el abdomen, debajo de la ropa, que haría estallar él mismo cuando el revolver Smith & Wesson Modelo 629 del calibre 11 usado por Massee le disparara. La escena consistía en que el personaje interpretado por Brandon Lee entra en su apartamento y descubre que su prometida está siendo golpeada y violada por unos matones, que empiezan a dispararle a él. La primera prueba de rodaje de los disparos fue satisfactoria, pero Brandon se empeñó en repetirla. En la repetición, Massee le dispara al entrar en el apartamento, a una distancia de 3,6 a 4,5 metros de distancia. Brandon Lee cayó al suelo como debía caer según la interpretación escenificada, pero no se levantó. Al ver que sucedía algo anormal, el reparto y equipo de producción lo trasladaron al New Hanover Regional Medical Center de Wilmington, Carolina del Norte, Estados Unidos. Tras más de cinco horas de cirugía abdominal complicada, no pudieron hacer nada por salvar su vida. Una bala del cartucho .44 Remington Magnum diseñado para los revólveres Smith & Wesson, le perforó el abdomen (estómago en concreto) y varios órganos vitales, deteniéndose cerca de su espina dorsal. Brandon Bruce Lee falleció a las 13:03 del 31 de marzo de 1993. Está enterrado en el cementerio de Lake View, Capitol Hill, Seattle, Washington, Estados Unidos, junto a la tumba de su padre. Desde 1990 tenía una relación sentimental con Eliza Hutton. La boda estaba planeada para unos días después de su muerte accidental. A partir de este fatal accidente se tejió la especulación de la "maldición" de la familia Lee. 

    Reflexionemos: ¿Hubo tal "maldición"? La primera pregunta en torno a la muerte accidental de Brandon Lee suele ser de estupefacción; espera, espera: ¿En serio me estás contando que Proyas dice "¡acción!" y el tiro dirigido al protagonista es una bala de verdad, en lugar de ser un cartucho de fogueo, como siempre es en Hollywood? ¿Cuántas veces has oído o hay constancia de que haya pasado algo así? Sí, la verdad es que son preguntas muy lícitas. Yo también me quedé estupefacto desde el primer momento, pues hasta el caso de Brandon Lee nunca escuché ni tuve constancia de algo así, pero... ¿Es, por necesidad, un asesinato, una conspiración o producto de una presunta "maldición"? ¿Cómo pudo pasar algo así sin concluir por la conspiranoica vía "malditista" apresurada? Es un caso más sencillo de lo que parece a primera vista: se trata de un problema llamado falta de presupuesto. Los cartuchos inertes sin pólvora ni fulminante son más caros, por tanto, los expertos en armas de fuego decidieron desmontar ellos mismos las balas, quitando la pólvora, pero no el fulminante. Parece ser que una bala se quedó atrapada en el cañón del arma usada por Michael Massee. Al repetir la escena con un cartucho de fogueo (escena que ya estaba rodada satisfactoriamente) a petición del protagonista, parece ser que la pólvora impulsó la bala atrapada e hizo el mismo efecto que un cartucho real, matando a Brandon Lee. ¿Murió, por tanto, Brandon Lee, por exceso de celo perfeccionista? No obstante en anomalías accidentales inusuales de este tipo nuestra tendencia es querer ver lo que no suele haber, así que mucha gente querrá seguir creyendo en la "maldición" de la familia Lee o en cualquier teoría conspirativa. Eso es ya una elección muy personal e íntima de cada cual.

   Existen varias curiosidades que me parecen muy interesantes como solo la vida misma lo es, superando muchas veces a la ficción. La principal de todas a mi juicio es el peculiar argumento de la película y lo que pasó en la vida real: 'The Crow' trata de un crimen cometido la noche del 30 de octubre (conocida en la película como "Devil's Night" o "Noche del Diablo") cometido en Detroit. En la escena del crimen el sargento Albrecht encuentra a Shelly Webster golpeada y violada salvajemente. Su prometido, Eric Draven (interpretado por Brandon Lee), yace muerto en la calle tras haberle disparado, apuñalado y tirado por la ventana (Brandon Lee murió accidentalmente en la vida real por uno de los disparos, como vimos). La pareja tenía pensado casarse al día siguiente, en Halloween (Brandon Lee y Eliza Hutton, su prometida en la vida real, tenían ya todos los preparativos de la boda para casarse poco después de su muerte accidental). Un año después del crimen un cuervo toca la lápida de Eric Draven y este sale de la tumba. El resto de la película es una venganza por parte de un Eric Draven vuelto de la muerte, con una inquietante apariencia similar a un Joker neo-noir muy oscuro y dirigido por el cuervo, para vengarse de toda la pandilla que lo asesinó y violó a su novia. Otra curiosidad para cerrar este largo artículo son los paralelismos entre el padre actor Bruce y el hijo Brandon también actor. Bruce murió a los 32 años de edad el 20 de julio de 1973. Seis días después se estrenó la película 'Enter the dragon', que sería la que lo consolidaría póstumamente como actor, lanzándolo al estrellato. Brandon murió a los 28 años de edad el 31 de marzo de 1993, casi 20 años después que su padre. El 10 de mayo de 1994 se estrenaría la película 'The Crow', que sería la que lo consolidaría póstumamente como actor, lanzándolo al estrellato. Al fallecer durante el rodaje, tuvieron que terminar la película con un doble, lo mismo que sucedió con la película de su padre 'Game of Death', estrenada en 1978. Y la última curiosidad que más ríos de tinta y especulaciones ha hecho correr tras la presunta "maldición" de los Lee: ¿Qué pasó con el metraje donde el personaje interpretado por Michael Massee mata accidentalmente a Brandon Lee? ¿Se usó para la película y es lo que vemos cuando Funboy dispara a Eric Draven? Siento decepcionaros pero no. Tras ser usado como evidencia en la investigación policial, fue quemado por Alex Proyas. ¿Fue quemado de verdad o Proyas acabó usándolo para estrenar la primera verdadera "snuff movie" encubierta de la historia? ¿O tendrá guardado el metraje fatídico como oro en paño?

jueves, 19 de septiembre de 2024

'LEBAB' de Luis Amavisca y Juana Cortés (reseña)

Acabo de leer el libro LEBAB. EL EFECTO LUCIÉRNAGA.

   Escrito en una colaboración a cuatro manos entre el artista plástico y escritor español Luis Amavisca, nacido en 1976 en Santander, España, junto a la escritora también española Juana Cortés, nacida en 1966 en Hondarribia, País Vasco, España, mucho más consolidada como autora en la literatura de ficción (con varias novelas publicadas y algunas colecciones de relatos cortos).

   Mi ejemplar es una primera edición publicada en mayo de 2024 por Duomo ediciones, una editorial fundada en 2009 en Barcelona, España, aunque se trata de un sello editorial de Antonio Vallardi Editore, de Milán, Italia, que pertenece a su vez al Grupo Editoriale Mauri Spagnol. Está publicado en la colección LOS IMPERDIBLES, dedicado a la literatura de género (ciencia ficción, fantasía, terror). Conocí esta editorial española de origen italiano hace unos años, cuando leí la autobiografía del ex boxeador estadounidense Mike Tyson TODA LA VERDAD, publicado en la colección DUOMO NEFELIBATA en noviembre de 2015. Lo encontré en la Biblioteca Pública Fernando de Loazes.

   El libro tiene 458 páginas repartidas en una cronología, un prólogo, un epílogo, 5 partes, los agradecimientos de Luis Amavisca y los agradecimientos de Juana Cortés. Cada una de las 5 partes se desarrolla en capítulos cortos titulados según el nombre del protagonista principal (a veces son 2 o 3) en ese capítulo, la fecha, la hora y el lugar.

   Se trata de una interesante novela con cierto trasfondo de ciencia ficción ligera (blanda), encuadrada en el subgénero del futuro cercano. En realidad es más bien una trepidante novela "hollywoodiense" (por excesivamente cinematográfica) de suspense y acción. Aunque el argumento es muy apasionante, en realidad no ha conseguido llevarme más allá de un cliché muy manido y sobreexplotado. Me ha dejado una sensación de vacío, como si faltara algo o esperara algo más de un argumento tan prometedor.

   La verdad es que la novela está bien escrita. La lectura avanza con gran rapidez. Tal vez excesiva rapidez. Aunque los personajes están bien construidos, siendo una novela coral por la cantidad de personajes sin un protagonismo demasiado destacable en una única dirección, no deja de caer a nivel literario en los estereotipos convencionales, volviendo a sentir que, tal vez, al ser de ritmo tan trepidante, ese exceso de acción impide el desarrollo en profundidad de los personajes. 

   El principio es un poco atropellado, cuando, para explicarnos los autores la situación que fundamenta la premisa y el trasfondo argumental, en tan solo 4 páginas comprimen 2 años y medio: del 17 de octubre del 2030 al 27 de marzo del 2033 (con 14 fechas distintas donde nos ponen en la situación argumental). La primera fecha nos sitúa en un contexto de ciencia ficción encuadrado en el futuro cercano, jugando con el mismo argumento distópico (pero muy creíble) defendido por las teorías conspirativas más recientes, que se viene planteando desde hace un cuarto de siglo: la implantación de chips RFID por parte de los gobiernos para controlar a toda la población mundial. En este caso los autores se centran en Estados Unidos, donde acabará desarrollándose casi toda la novela. Lo implantado por obligación estatal es un dispositivo en el antebrazo, fabricado con nanotubos de carbono, silicona y titanio, conteniendo la información laboral y personal de cada individuo. La obligación de llevar instalado el dispositivo entra en vigor para los ciudadanos mayores de 15 años.

   Pero aquí no reside lo interesante de la novela, sino en la premisa también expuesta en estas primeras páginas: la demostración científica de la existencia del alma primero (de ahí el subtítulo EL EFECTO LUCIÉRNAGA) y de la reencarnación después, basada en la investigación de la transformación de la energía en el momento de la muerte del ser humano. Desde el principio esta premisa me fascinó, llamando mi atención. No me resonó a nada que haya leído en literatura de género, especialmente de ciencia ficción, sea dura o blanda. Y la construcción de la premisa me apasionó de verdad, pues me pareció desde el principio de mi entrada en contacto por primera vez con un ejemplar de la novela (en la librería del Corte Inglés de Alicante, aunque acabé comprando un ejemplar en la librería Atenea de Orihuela) algo totalmente creíble, cercano y bien ideado por ambos autores. Así llegamos al quid de la cuestión: se funda la organización Lebab que da título a la novela y al poco tiempo se prohíbe siendo ilegalizada como "secta peligrosa".

   El PRÓLOGO se desarrolla el 6 de abril de 2034 en Filadelfia, Estados Unidos y también es breve: 6 páginas. A partir de ahí da comienzo la novela desde la página 21 hasta la página 453. La primera parte se desarrollará entre el 19 y el 27 de febrero de 2039, siendo la presentación de todos los personajes con protagonismo coral, siguiendo los dos arquetipos literarios más manidos de toda la historia: los héroes-víctimas y los villanos-victimarios. Arquetipo, en este caso, muy resonante al estilo literario danbrowniano a mi juicio. Pero lo más curioso es que desde el principio la mayor resonancia que he sentido al leer esta novela ha sido con la última novela de Almudena Grandes (1960-2021) TODO VA A MEJORAR (Tusquets, Barcelona, 2022). Aunque la novela de Almudena Grandes es mucho mejor a todos los niveles, según mi opinión. El resto de partes y capítulos se desarrollan entre el 31 de marzo y el 10 de abril de 2039, donde termina el EPÍLOGO.

   En mi opinión se trata de una buena novela para desconectar de la rutina cotidiana y distraerse un rato, pero que me ha dejado una sensación rara, incompleta, como si hubiera un desfase insalvable entre una premisa fabulosa, imaginativa y con mucho potencial, que se queda a medias, incluyendo un final tan apresurado (e insatisfactorio) también como apresurada es la cronología del principio. Creo que el desfase podría estar en esa forma tan sincopada de tratar la cronología y la introducción, recorriendo casi 4 años (en apenas 12 páginas) para luego centrar toda la novela (más de 400 páginas) en solo dos meses. Pero principalmente le falta para mi gusto profundizar más en una premisa tan atractiva como la demostración científica de la existencia del alma y la reencarnación, en lugar de estancar la novela durante tantísimas páginas en una conspiración gubernamental excesivamente distópica y sobreexplotada.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

'SATÁN EN HOLLYWOOD' de Jesús Palacios (reseña)

Acabo de leer el libro SATÁN EN HOLLYWOOD. UNA HISTORIA MÁGICA DEL CINE.

   Escrito por el magnífico e irrepetible crítico de cine y prolífico escritor español especializado en ocultismo, cine negro, cultura pop y crímenes Jesús Palacios Trigo, nacido en 1964 en Madrid, España. Relacionado estrechamente con el mundo del cine fantástico, es un prestigioso colaborador (y asesor) de diversos festivales cinematográficos de envergadura, pero también de revistas especializadas, donde sus artículos son muy valorados debido a la calidad que tiene su distintiva pluma, erudita pero sin exhibicionismos, cínica pero sin faltar al respeto y lo más importante: con ese humor inteligente para troncharse, siempre presente, pero nunca a costa de burlarse o ridiculizar a nadie.

   Aunque soy un cinéfilo relativo, en realidad jamás conocí el trabajo literario de Jesús Palacios debido a la cinefilia sino a la lectofilia. Si mal no estoy (o estaba) informado, hasta donde creo saber, Jesús Palacios es (o ha sido) el director de una mítica colección en la no menos mítica editorial española Valdemar: las Intempestivas, dedicada a publicar ensayos contraculturales y a contra corriente. Parece ser que sus comienzos literarios fueron junto a su padre, Joaquín Palacios, fundando ambos dos fanzines a mediados de la década de 1980, uno dedicado a los temas celtas y medievales, el otro dedicado al género fantástico y de terror, donde ha terminado convirtiéndose en todo un referente por derecho propio. Pero también, debido a sus intereses personales, es un experto en ocultismo y esoterismo, con una curiosa (e inusual) actitud a medio camino entre el creyente y el escéptico. En el PRÓLOGO DEL AUTOR se define así: "Frente al mundo de lo sobrenatural mi postura es la del más crédulo de los escépticos y la del más escéptico de los creyentes" (página 15).

   Mi ejemplar es una primera edición publicada en noviembre de 2023 por la ya citada Editorial Valdemar, de Madrid, fundada por los legendarios Rafael Díaz Santander y Juan Luis González Caballero en 1989 (aunque llevaban cierta actividad editorial desde aproximadamente un lustro antes). Se trata de una de las últimas editoriales independientes dedicada a un trabajo riguroso, artesanal, muy cuidado y de una calidad sin parangón en España y los países hispanoparlantes, con las mejores traducciones y unas ediciones a todo lujo e irrepetibles. En fin, una editorial que solo pueden apreciar los verdaderos bibliófilos. Aunque está especializada en la literatura de género, concretamente en el terror gótico (siendo la colección GÓTICA la más importante de su amplio catálogo), también tiene otras colecciones importantes que han sostenido la editorial en pie cuando no han alcanzado las ventas necesarias o simplemente han tenido algún fracaso editorial (siendo la colección clásicos la más representativa en los "rescates" comerciales, al tratarse de una inusual editorial no enfocada al rendimiento económico ni la publicación de novelas superventas de moda pero efímeras y de poca calidad literaria). También ha contribuido en el sostenimiento de la editorial durante 35 años de andadura la magnífica colección El Club Diógenes, la versión de libros de bolsillos que no tiene nada que ver con ninguna edición de bolsillo de ninguna otra editorial, especialmente los grandes grupos. Ejemplo único y referencial de cómo se pueden crear libros baratos sin sacrificar la máxima calidad y accesibilidad a todos los bolsillos (pues todos o casi todos los libros de la colección GÓTICA están disponibles en El Club Diógenes por la tercera parte de su precio).

   En realidad hablamos de una primera edición en la Colección Intempestivas de este increíble libro, pues el libro en sí ya fue publicado por la misma Valdemar en 1997, dentro de la colección El Club Diógenes, SERIE "AUTORES ESPAÑOLES". Nunca llegué a esa verdadera primera edición (en 1997 llevaba dos años inmerso tanto en la bibliofilia como en la lectofilia) y por eso fue una gran alegría descubrir esta reedición revisada y ampliada con un nuevo capítulo, como si fuera la primera vez que se publicaba, a principios de diciembre de 2023 en la Casa del Libro de Alicante. Estaba (¿cómo no?) en la sección de cine. Fue una enorme doble alegría: la primera, un nuevo (aunque también mayoritariamente viejo) libro publicado por la abandonada colección Intempestivas desde que en diciembre de 2018 saliera a la venta la primera edición (inédita en España) de LAS CONFESIONES DE ALEISTER CROWLEY. Era el volumen 30 de la colección y desde entonces solo han publicado reediciones de otros libros descatalogados en las mismas Intempestivas o en otras colecciones de Valdemar. La segunda, un nuevo (aunque también mayoritariamente viejo) libro de Jesús Palacios.

   El libro tiene 409 páginas en total, repartidas en un prólogo de Vicente Molina Foix, un prólogo del autor, una introducción a la nueva edición, 13 capítulos, un epílogo virtual, 3 apéndices, un capítulo final entre interrogantes, las fuentes bibliográficas, el índice onomástico y el índice de películas.

   Se trata de un polifacético ensayo cultural cinéfilo (pero mucho más "esoterocultista") que mezcla diversos géneros (la "chismografía", la historia de las ideas, la crónica negra, el periodismo literario o la crítica cinematográfica) y tiene varias influencias (Kenneth Anger, Camille Paglia, Truman Capote, Gore Vidal, John Waters, Louis Pauwels, Jacques Bergier, Peter Washington, Martin Gardner o Nick Cohn). A mi juicio jamás se ha escrito una obra maestra como esta.

   Compré mi primer ejemplar (como dije más arriba) al dar comienzo diciembre de 2023. Lo leí rápidamente y en dos sentadas, sorprendido por encontrar un deleite tan exquisito como este, pero mucho más por no haber descubierto la primera edición de 1997 antes. Supongo que me lo perdí entre la infinidad de lo que se publica (pero también porque Valdemar no entró en mi campo perceptivo hasta que dio comienzo la colección Intempestivas en 2001 y descubrí EL CONTINENTE PERDIDO Y OTROS ENSAYOS de Aleister Crowley). Es cierto que en 1997 mi interés se centraba casi exclusivamente en la espiritualidad, las religiones, el orientalismo y el "esoterocultismo". Por eso también me extraña no haberlo encontrado, pues, a pesar del equívoco título, el libro es un repaso del esoterismo y el ocultismo, de la espiritualidad nueva era y del sectarismo religioso (o pseudorreligioso) asociado a ambas perspectivas, centrado en Hollywood y sus estrellas cinematográficas interesadas en todos los temas citados (que no son pocas y muchas, tanto desconocidas por, como sorprendentes para el gran público consumidor de cine y familiarizado de una manera u otra con esas estrellas del celuloide o séptimo arte).

   Lo equívoco del título es que puede dar una falsa impresión de estar todo el libro centrado en el satanismo moderno (diferente a la versión fantaseada sin base ni fundamento real por el cristianismo, primero católico y luego protestante, entre la Edad Media y el Renacimiento) asociado a Hollywood y sus estrellas cinematográficas. Si bien es cierto que la parte central del libro contiene varios capítulos dedicados a esa perspectiva (de una manera directa o indirecta), no es menos cierto que el resto del libro está dedicado al resto de menesteres espirituales, esotéricos, sectarios y religiosos. Veámoslo al detalle.

   Los 3 primeros capítulos son una especie de aproximación al abordaje ensayístico que caracterizará la pluma del autor durante todo el ensayo; un ensayo que se lee como si fuera una novela de misterio y suspense (con un énfasis en la intriga, jugando a la perfección con aquello que más morbo despierta y atención del público genera: inmiscuirnos en las vidas ajenas, especialmente las de personajes muy populares y famosos, en este caso, estrellas cinematográficas, pero con guiños a estrellas del rock o de otras artes, como la pintura). En gran parte sigue un orden cronológico que da comienzo en la primera época dorada del cine hollywoodiense y sus primeras estrellas, allá por la década de 1920. El primer capítulo empieza en la página 33 y es el pistoletazo intencional de salida que marcará el tono de desarrollo. Antes de nada y en apenas una página y media el autor nos guía por una introducción a California y su historia, dando paso enseguida a su intención: California era un perfecto caldo de cultivo: "Puritanos ingleses, protestantes alemanes, católicos irlandeses y españoles, mejicanos, negros, chinos, indios y misioneros... Una avalancha imparable de aventureros, buscadores de oro y de fortuna, lejos de sus hogares, de sus iglesias y de sus guías religiosos, dispuestos inconscientemente a sufrir los cambios más radicales en sus costumbres y creencias. Era el lugar ideal para mezclas y sincretismos, para que la vieja fe se debilitara y se transformara en nuevas creencias y supersticiones... Para que proliferaran también embaucadores, santones, predicadores y falsos profetas" (página 34). 

   Los primeros personajes de esas nuevas creencias espirituales aparecen en torno a una creación, en mitad de Hollywood, a principios del siglo XX, no mucho antes de que empezaran a establecerse los estudios cinematográficos. Un abogado jubilado compró unos acres de tierra allí y estableció una especie de centro espiritual y esotérico para desarrollar actividades diversas, aunque de influencia oriental y teosófica. Llamó al lugar Krotona. 

   Enseguida nos habla de un singular personaje, la evangelista pentecostal canadiense Aimé Semple McPherson (1890-1944), más conocida como "hermana Aimé", que apareció por Los Ángeles en 1922. 

   Luego llega el ingeniero de minas Guy Warren Ballard (1878-1939) que, junto con su esposa Edna, fundó el I Am Activity o Movimiento Yo Soy, muy popular en la década de 1930 en California, cuando presuntamente Ballard tuvo un encuentro en el monte Shasta con el Conde de Saint Germain que se le apareció como "maestro ascendido". Se trataba de una mezcla entre teosofía y ocultismo, que popularizó la idea luego copiada y calcada por otras sectas ocultistas de "maestros ascendidos". Aunque su versión originaba en las ideas de la Sociedad Teosófica, luego el matrimonio Ballard se encargó de crear una influyente versión propia que en la segunda mitad del siglo XX se apropiaron otros movimientos sectarios como la metafísica espiritual o la Iglesia Universal y Triunfante. 

   A continuación nos habla de la Comunidad Teosófica de Point Loma, inaugurada en 1899 en San Diego y nos presenta a sus dos líderes: el abogado estadounidense William Quan Judge (1851-1896) y la trabajadora social Katherine Tingley (1847-1929), prototipo de líder sectaria narcisista y megalómana que luego sería una pauta mucho más masculina que femenina, pero no por ello dejarían de haber mujeres con esos rasgos. 

   Por último, tras esta amplia introducción al mundo de las espiritualidades alternativas californianas, el autor entra en la materia que pautará las dobles relaciones entre el mundo del ocultismo y el cine, al contarnos brevemente la historia de la ciencia cristiana, un sistema de creencias religiosas y/o espirituales desarrollado a finales del siglo XIX por la escritora y activista religiosa estadounidense Mary Baker Eddy (1821-1910), fundadora de la Iglesia de Cristo, Científico, en 1879. En este peligroso sistema sectario de creencias se afirma (derivando sus ideas del Nuevo Pensamiento fundado por el mentalista, curandero y mesmerista estadounidense Phineas Parkhurst Quimby [1802-1866]) que la enfermedad no existe en realidad y solo se trata de una ilusión mental proveniente de creencias erróneas derivadas del "pecado original" y que deben cambiarse. De ahí que la "curación" sea mediante la fe y la oración. Curioso sistema en el que la gente sigue creyendo a pesar de que su fundadora murió de neumonía (algo normal en una persona con 89 años a principios del siglo XX, pero no según los dogmas de fe de la ciencia cristiana, donde la neumonía es una creencia errónea proveniente de una mente distorsionada por el pecado). La relación con el mundo del cine y la ciencia cristiana viene de la mano del primer arquetipo de diosa-diva hollywoodiense, prototipo de las rubias platino convertidas en fetiches sexuales, la estrella cinematográfica Harlean Harlow Carpenter (1911-1937) más conocida como Jean Harlow, fallecida prematuramente a los 26 años de edad, debido a una infección de riñón poco grave y con fácil cura, por su negativa a tratarse derivada de sus creencias religiosas en la ciencia cristiana.

   Así concluye el primer y apasionante capítulo. En el segundo nos embarcaremos en la vida y el caso peculiar de Jiddu Krishnamurti (1895-1986), la parafernalia montada en torno a él desde adolescente por la Sociedad Teosófica y su renuncia a todo ello para ir por libre, así como su estrecha relación con ciertas personalidades de Hollywood (escritores ilustres, actrices y guionistas de cine, filósofos de renombre). Pero lo más interesante para mí ha sido algo que desconocía por completo: Krishnamurti estuvo a punto de convertirse en una estrella cinematográfica en la década de 1920 interpretando una película biográfica (biopic) sobre Buda, aunque en el último momento rechazó la suculenta oferta.

   El tercer capítulo habla de la efímera e improbable amistad entre la actriz estadounidense Maila Nurmi (1922-2008), más conocida por ser la creadora del personaje Vampira en la década de 1950, y el mítico actor estadounidense James Dean (1931-1955).

   Y es a partir del cuarto capítulo y hasta el séptimo (páginas 87 a 147) cuando el ensayo coge forma, con cuatro partes tituladas como el mismo libro: SATÁN EN HOLLYWOOD (pero con cuatro subtítulos distintos). La primera parte habla del ocultista, músico y escritor estadounidense Howard Stanton Levey (1930-1997), más conocido como Anton Szandor LaVey. Fue el fundador de la Iglesia de Satán y también de la concepción del satanismo moderno, entendido como una lícita filosofía de vida. El capítulo trata su relación con la actriz estadounidense Jayne Mansfield (1933-1967) y su truculenta y cinematográfica muerte en un accidente de tráfico. La segunda parte habla del polémico director de cine franco-polaco Roman Polanski y su mayor obra maestra cinematográfica, estrenada en 1968: Rosemary's Baby, traducida en España como La semilla del diablo, centrándose en las creencias espirituales de la actriz protagonista, Mia Farrow y personajes como el líder sectario hindú Maharishi Mahesh Yogi (1918-2008). La tercera parte habla de los brutales asesinatos sangrientos Tate-LaBianca, cometidos por un adepto y varias adeptas a un grupo sectario desorganizado y creado por el criminal, músico aficionado y líder sectario estadounidense Charles Milles Manson (1934-2017) en 1969. Sharon Tate (1943-1969) era una prometedora actriz estadounidense casada con el anteriormente citado director de cine Roman Polanski, embarazada de ocho meses. Pereció en un absurdo asesinato junto con dos amigos y una amiga en la vivienda alquilada donde residía con su reciente marido. Manson fue el instigador de los asesinatos. La cuarta y última parte nos habla de un oscuro y siniestro personaje relacionado con Manson y su secta, el asesino convicto y músico estadounidense Robert "Bobby" Beausoleil, que asesinó al profesor de música Gary Hinman, acompañado por alguna que otra adepta mansoniana poco antes de los asesinatos Tate-LaBianca. Acabó convertido en uno de los líderes carcelarios de la Hermandad Aria (Arian Brotherhood), un sindicato del crimen organizado y pandilla de prisión estadounidense de ideología neonazi y supremacista blanca. Jesús Palacios trata la turbulenta relación de Beausoleil con el cineasta de culto y escritor estadounidense Kenneth Anger (1927-2023).

   En el resto de capítulos pasaremos por la vida y las creencias del actor y comediante británico Peter Sellers (1925-1980), así como su amistad íntima con Mia Farrow. Aparecerá el cantante y actor británico David Bowie (1947-2016); la cantante, compositora y actriz suiza de origen estadounidense Tina Turner (1939-2023); el artista plástico y actor estadounidense Andy Warhol (1928-1987); el escritor y líder sectario estadounidense L. Ron Hubbard (1911-1986), fundador de la controvertida Iglesia de la Cienciología; la actriz, escritora, cantante y bailarina estadounidense Shirley MacLaine, junto con un repaso final a la espiritualidad nueva era. Todo ello junto a una amplia cantidad de personajes relacionados con todos los mencionados.

   Aunque los 3 apéndices son de gran interés (destacando el segundo, titulado CROWLEY SUPERSTAR), no obstante, lo más interesante y destacable a mi juicio es el presunto último capítulo, añadido entre interrogantes como: ¿CAPÍTULO FINAL? y cuyo título no solo es muy sugerente, sino toda una declaración de intenciones: LILITH EN HOLLYWOOD. Se trata de un extenso capítulo de 51 páginas (de la 315 a la 366) escrito 26 años después de la primera edición original del libro, donde el autor hace un exhaustivo trabajo de análisis para ver todos los cambios que se han producido desde entonces en la industria cinematográfica y su relación con el ocultismo y la espiritualidad, desde el trasfondo satánico. En relación con todos los cambios acaecidos desde entonces destaca la popularidad del feminismo y movimientos internáuticos como el #MeToo. De ahí que Jesús Palacios, con su característico estilo literario, cinismo respetuoso, escepticismo crítico y un afinado sentido muy inteligente del humor, afirme que en esta época Satán ha decidido retirarse a un segundo plano, para dejar paso a la diabólica Lilith. Todo un guiño para entendidos en estos menesteres, aunque con su toque final como eminente y certera conclusión. 

   Toda una obra maestra de culto y sin parangón, que he leído como mínimo 3 veces al completo desde que compré no hace todavía ni un año el primer ejemplar, siendo esta lectura para la reseña presente, la primera del segundo ejemplar, comprado hace un par de semanas a lo sumo y que ahora sí, voy a guardar como se merece, es decir, como si fuera oro en paño.

viernes, 13 de septiembre de 2024

Reflexiones "transurferas" sobre los péndulos

Si bien el MODELO DE LAS VARIANTES que propone como explicación metafísica de la realidad el autor ruso Vadim Zeland en el primer capítulo del primer volumen de la pentalogía Reality Transurfing me pareció interesante para investigar y poner a prueba, el segundo capítulo sí lo considero directamente la clave más importante para entender cómo funciona el ser humano a nivel individual y especialmente cómo se constituyen y funcionan las sociedades compuestas por los humanos asociados colectivamente en grupos. Me refiero (¿cómo no?) a los PÉNDULOS.

   En la concepción "transurfera" de la realidad un PÉNDULO es el impulso energético mental de los pensamientos, que empieza a moverse y oscilar por primera vez con fuerza de verdad cuando varias personas se unen compartiendo una serie de intereses comunes, especialmente a través de afinidades ideológicas.

   Pero antes aclaremos conceptos para entendernos mejor.

   Probablemente uno de los conceptos que más arbitrariamente usamos (sobre todo en la espitualidad nueva era, el orientalismo y la autoayuda) hasta haberlo convertido en un significante vacío, es "energía". Cuando use el concepto "energía" no me referiré a la idea espiritual proveniente de Asia, donde se entiende como una especie de fuerza vital mística (chi, ki, prana) que lo imbuye todo y circula por el espacio. Me parece una concepción demasiado abstracta y especulativa sin fundamento. Usaré el concepto "energía" para referirme a su definición etimológica y lo que quiere expresar en verdad: procede del griego 'enérgeia' y significa: 'actividad, operación'. Pero también proviene del griego 'energós' y significa: 'fuerza de acción, fuerza de trabajo'. Se relaciona con la idea de una capacidad para obrar, surgir, transformar o poner en movimiento. Y es precisamente esta última acepción donde centraré mi interés: cuando hable de "energía mental" o "estructura mental energética", por ejemplo, no me referiré a un poder místico emanado por la mente, sino a la capacidad humana para manejar los pensamientos y organizar ideas, que se conviertan en ideales y generen ideologías, cuya finalidad sea influir en los demás y poner en marcha algo, lo que sea: un proyecto inmaterial o una creación material.

   Según el modelo del Transurfing, cuando dos o más personas se juntan con pensamientos orientados en la misma dirección, surgen los grupos y estos son la semilla de una estructura de información energética (información dinámica, en movimiento y con una orientación intencionada, es decir, destinada a la obtención de ciertas finales). 

   Esas estructuras de información energética son los PÉNDULOS, en terminología "transurfera".

   Entender correctamente el término primero para luego implementarlo en nuestra vida considero que es de la mayor importancia, arreglo a mi experiencia vital. Probablemente sea la mayor aportación útil de Vadim Zeland. Es la parte más "krishnamurtiana" del Transurfing a mi juicio. Además, tras haberlo estudiado al detalle durante los últimos tres días, puedo corroborar su efectividad si lo aplicamos (no por esos tres días de estudio sino por la década que pasé implementando las reflexiones mayéuticas de Krishnamurti). Pero el autor ruso ha llevado mucho más lejos el asunto de nuestra naturaleza mental condicionada (así como la "inconscienciación automatizada", término de cosecha propia) con la idea de los PÉNDULOS, de lo que Krishnamurti jamás llegó ni a soñar.

   Lo más significativo a mi parecer (siendo aquí donde entramos en un resbaladizo terreno metafísico y tal vez incluso "esotérico" a investigar) es cuando Zeland afirma que, si bien al principio los PÉNDULOS son creados por la actividad mental humana de los pensamientos asociados, no obstante luego esas estructuras pendulares de información empiezan a desarrollarse independientemente por su cuenta, es decir, se vuelven independientes de los seres humanos que las han creado. Hasta aquí puede llegar una mayoría, pero a partir de entrar en un terreno reificador solo se quedan los que manejan (se manejan con) el pensamiento mágico. Personalmente estoy seguro (aunque no sé cómo sucede) de que es así como sucede, pero con muchos matices, pues a pesar de parecer una reificación (darle vida ilusoria a objetos o ideas inanimadas para intentar percibir una animación inexistente) no es una verdadera reificación al uso, ya que estas estructuras pendulares de información solo se sostienen si la suficiente cantidad de gente sigue sosteniéndolas. Pero eso viene a continuación.

   Lo importante del asunto según yo lo veo es entender la explicación zelandiana de la mecánica funcional que tiene toda estructura pendular de información: cuando estas estructuras empiezan a desarrollarse independientemente de la voluntad de cada individuo que las compone (entregando su actividad mental y emocional a la estructura), "somete" a todos los componentes a una subestructura legislativa. Sí, lo más destacable de los PÉNDULOS es que todos tienen una serie de leyes o normas o principios que los definen y le dan sentido, por tanto deben cumplirse. Esa subestructura legislativa está por encima de todo y cada individuo que forma parte de la estructura pendular debe acatar esas leyes. Cuando no sucede así, entonces el PÉNDULO tiene dos opciones: o expulsa o destruye. Dependerá de lo destructivo que sea el PÉNDULO (aunque todos lo son en mayor o menor medida). Y también dependerá (y aquí está el quid de la cuestión) de lo consciente o inconsciente que sea cada individuo en relación a su conocimiento o desconocimiento de la mecánica pendular y tanto de la actitud que tenga después, como de los modelos mentales que maneje a nivel personal.

   El mundo humano funciona gracias a los PÉNDULOS, por tanto es inevitable estar en relación continua y constante a diario con ellos. Sin PÉNDULOS no existiría la sociedad y todo colapsaría, de ahí la importancia tan grande que tiene (como afirmaba al comienzo de esta reflexión) el asunto. Todo lo que nos rodea desde que nacemos hasta que morimos y desde que nos levantamos hasta que nos acostamos mientras estamos vivos, está permeado por estructuras energéticas pendulares de información. Por eso es necesario entender cómo funcionan y de qué maneras podemos relacionarnos con ellos desde la mayor eficiencia y menor pérdida de energía. Ya que la finalidad de todo PÉNDULO es "robarnos" la mayor cantidad de atención e intenciones para poder continuar oscilando sin parar. Será nuestra responsabilidad (pues nadie podrá hacerlo por nosotros) conocer cómo sucede esto y lidiar de tal manera con ello, que acabemos aprovechándonos nosotros de la energía pendular en la consecución de nuestros propósitos, entregando la menor energía posible a los PÉNDULOS que nos rodean y evitando, especialmente, que nos absorban por completo en la inconscienciación automatizada.

   Los más evidentes ejemplos de PÉNDULO a nivel histórico son: la religión, la filosofía, la política, las artes y la ciencia. Toda forma de conocimiento organizado y compartido se convierte en un PÉNDULO. La familia es el mayor PÉNDULO no elegido, pero más condicionante en la vida de la aplastante mayoría de personas. Aunque el mayor PÉNDULO en la actualidad y con diferencia es internet y sus residuales productos adheridos, destacando las redes sociales. Presta atención al funcionamiento internáutico, infórmate de lo que sucede allí, observa el comportamiento humano en lo virtual y entonces tendrás una cartografía exacta de qué son los PÉNDULOS y cómo funcionan. Por descontado que el Transurfing también lo es (por eso aprovecha lo que necesites de él y desecha el resto).

   Por último, afirma el autor ruso, hay dos maneras de tratar eficientemente con los PÉNDULOS: el hundimiento y la extinción. Tratar esa cuestión aquí ya excede mis competencias.

   Las preguntas, por tanto, son estas: 

   ¿Puede tener algún valor la idea "transurfera" de los PÉNDULOS? 

   ¿Qué pasará si la implementamos en nuestra vida cotidiana? 

   ¿Podrá el Transurfing ayudarnos de algún modo o acabará convirtiéndose en un PÉNDULO más?

martes, 10 de septiembre de 2024

Reflexiones "transurferas" sobre el modelo de las variantes

Según expone el autor ruso Vadim Zeland en la breve introducción a su primer volumen de la colección Reality Transurfing, "Existen muchos libros que enseñan cómo conseguir el éxito, ser rico, ser feliz. Es una perspectiva muy seductora, ¿quién no desea todo eso? Pero cuando uno abre las páginas de esos libros, lo único que ve son ejercicios, técnicas de meditación, trabajo sobre uno mismo, que te quitan las ganas de hacer cualquier cosa" (página 7).

   Desde el principio este peculiar y curioso autor ruso esquivo afirma algo que me resuena del todo y a mi juicio es de la mayor importancia: la idea de cambiarte a ti mismo está equivocada y te llevará a realizar esfuerzos inútiles y condenados al fracaso. Durante tres décadas he estado metido en los "mundillos" de la espiritualidad y temas afines donde precisamente se afirma lo que Zeland desmiente. Y hoy creo estar en condiciones de ver la cuestión con suficiente perspectiva. ¿De verdad la autoindagación y el autoconocimiento llevan al autoperfeccionamiento? ¿Existe algo así como el autoperfeccionamiento?

   Como afirma Zeland, "Es posible que no estés del todo satisfecho contigo mismo, pero en el fondo de tu alma no tienes ningunas ganas de cambiar. Y haces bien. No has de creer a nadie que te diga que eres imperfecto. ¿Quién sabe cómo deberías ser? No hay que transformarse. La salida no está donde la buscas" (página 8).

   Podría ser, podría no ser... ¿Quién sabe? Un servidor no lo sabe. No tengo ni idea de si esto es así o no, pero la experiencia vital probando, analizando y contrastando me indica que, tal vez, el autor ruso está diciendo algo, como mínimo, interesante y a tener en cuenta para reflexionar y poner a prueba. ¿Lo has hecho?

   Una de las cosas más curiosas cuando empecé a leer libros de orientalismo, de esoterismo, de ocultismo... en la segunda mitad de 1995 y empecé a practicar relajación, visualización, meditación, proyección astral, yoga, chi kung, etcétera, fue esa idea del autoperfeccionamiento siempre presente en el trasfondo. Se suponía que había algo mal en nosotros y era necesario cambiarlo. Pero el choque desincronizado con la realidad empezó a mostrar sus evidencias cuando me di cuenta de que absolutamente nadie cambiaba a ningún nivel, empezando por mí el primero. Podían cambiar ideas, actitudes, creencias, enfoques, conductas... Cambiaba, sin duda, el cuerpo por el tiempo, hasta llegar a ser bastante irreconocible, pero en el trasfondo siempre permanecía una especie de "núcleo central" de personalidad (o lo que sea) particular que nunca cambiaba. ¿Se trata de aquello que manifiesta una singularidad vital concretada específicamente durante un tiempo de vida?

   Luego continúa Zeland en la recta final de la introducción detallando que: "No haremos ejercicios, ni meditaciones ni autoanálisis. El Transurfing no es una nueva metodología de autoperfeccionamiento. Es un modo muy distinto de pensar y actuar a fin de poder recibir lo deseado. No se trata de conseguir o de lograr, sino precisamente de recibir. Y no se trata de cambiarse a uno mismo, sino de volver hacia sí mismo" (página 8).

   Nada puede ser más importante para mí que lo expuesto más arriba cuando investigo un método nuevo o desconocido, pues tras casi tres décadas practicando la diversidad de métodos psicológicos, espirituales o de autoayuda que existen (tanto científicos como pseudocientíficos) no he sacado nada en claro. Pero nada de nada. De ahí mis dudas iniciales cuando llegó el primer volumen del Transurfing a mi vida el 8 de julio de 2024 (lo compré en una librería París-Valencia de Valencia, España), dejándolo "aparcado" hasta el reciente 3 de septiembre de 2024, cuando presentí con mucha fuerza que había llegado el momento de abordarlo. Esas dudas provienen de haber leído el libro TAFTI LA SACERDOTISA a principios de 2021 y haber puesto en práctica la metodología propuesta. Al final se convirtió en lo mismo que cualquier otra metodología religiosa, espiritual o psicológica: no me sirvió para nada. ¿Tienen alguna utilidad real y objetiva las metodologías? ¿Es posible obtener algún cambio o transformación con la práctica de métodos? ¿Llevan a algún sitio esos métodos y prácticas o todo es una mera quimera ilusoria y subjetiva?

   Por eso fue una gran alegría para mí que el autor ruso afirmara desde la breve introducción de 2 páginas que en el Transurfing no habrá ejercicios, meditaciones ni autoanálisis. De momento es cierto en lo que atañe al primer volumen, pero... ¿Seguirá siendo cierto en los 4 restantes o acabará Zeland sucumbiendo a las necesidades de sus lectores y fieles seguidores? Porque me da la impresión de que los autores que inventan métodos de autoayuda añaden partes prácticas básicamente para satisfacer a sus potenciales clientes y velar por el negocio, ya que hacer algo práctico da la sensación de mayor seguridad creyente sesgada en el cambio y la transformación. No hay más que ver la defensa apologética que cualquier creyente de cualquier ideología religiosa, espiritual, psicológica o de autoayuda hace, poniendo siempre el énfasis en la vivencia práctica de un método o de unas enseñanzas. ¿Crees sinceramente que alguien es capaz de cambiar, transformar o mejorar algo, en sí mismo y/o en el mundo, tras pasar 50 años practicando horas de meditación a diario, por ejemplo? 

   Siempre he tenido la sensación subjetiva de que una verdadera transformación interior implica una comprensión disruptiva repentina e independiente de cualquier esfuerzo personal metodologizado que hagamos, lo cual acaba siendo contraproducente. Mis dudas escépticas ante cualquier método o práctica es que, según lo que he podido comprobar personalmente, su implementación en el día a día implica una desensibilización neuronal adaptativa ante la exposición continuada y por tanto, una automatización mecanizada. Me parece que cuantos más años llevemos de práctica comprometida, mayor inconscienciación automatizada generaremos.¿No será que, a lo mejor, los métodos y las prácticas derivadas de cualquier sistema de creencias lo único que hacen es inconscienciar y volver mucho más automatizado y mecánico lo que en principio queríamos desautomatizar para volvernos conscientes? ¿No será, tal vez, otro el camino?

   Una cosa de lo más interesante a mi juicio ha sido la explicación (cierta o falsa) que Vadim Zeland le da al descubrimiento del Transurfing, mediante un curioso sueño con un parque natural maravilloso y cierto guarda barbudo del parque que le explicó el presunto "secreto" de la vida: todo es cuestión de elección. La clave es tomar una elección a cada momento, pero, según le explica el guarda, no sabemos lo que significa la idea "tomar una elección". Enfatiza luego Zeland que elegir no es lo mismo que desear. De ahí que los sueños no se cumplan a su juicio. El deseo no es equivalente a tomar una elección. Interesante el asunto. Parece ser que tras despertarse del extravagante sueño y transcurridos unos días, le vino a la cabeza el concepto Transurfing y ciertas explicaciones que le dio el guarda del parque en el sueño pero él no recordaba tras despertar.

   La idea en el trasfondo es algo que me resuena y mucho tras haber pasado años estudiando y revisitando la concepción del taoísmo filosófico que, al aplicarla (cuando he podido aplicarla al estar lúcido y consciente) con discernimiento y como actitud vital, siempre me ha dado resultados inequívocos: conseguir lo que deseamos sin esforzarnos ni luchar por obtenerlo, sino pidiéndolo y olvidándonos de ello. Esa fascinante idea me ha conectado y gustado desde el principio. ¿Es posible algo así o solo se trata de una quimera más?

   Desde la página 17 hasta la página 38 (final del primer capítulo) el libro se centra en un apartado titulado Adivinanza del guarda. La adivinanza está expuesta una página antes así: "Cualquier ser humano puede obtener la libertad de elegir todo lo que desea. [...] ¿cómo hallar esta libertad? Si lo adivinas, tus manzanas caerán al cielo" (página 16). A partir de ahí el autor ruso especula un instante con la idea de que las manzanas caigan al cielo, no del cielo, como algo imposible. ¿Cómo puede ser? Entonces se mete en el quid de la cuestión durante las siguientes 22 páginas.

   Primero se centra en explicar las diferentes versiones del destino como enfoques parciales que tomamos en forma de modelos explicativos. ¿El destino está predeterminado y da igual lo que hagamos o hay libre albedrío y debemos luchar por lo que es nuestro? ¿Será cuestión de karma y malas o buenas acciones en las vidas pasadas que tienen su castigo o recompensa en esta vida? El perspicaz autor ruso le da una respuesta curiosa y muy interesante a mi parecer: cada enfoque o modelo es solo una explicación subjetiva que está tanto acertada como equivocada. Depende de la elección que hagamos y decisión que tomemos. Pero todas las explicaciones tienen derecho a existir. Así, para quien todo está determinado como para quien todo debe ser producto del esfuerzo y la conquista, acaba siendo lo que ha decidido, al obrar en consecuencia a su enfoque o modelo elegido, consciente o inconscientemente. Arreglo a mi experiencia tengo la sospecha subjetiva de que podría suceder así el asunto, si no en todo lo que nos pasa, sí al menos en parte de lo que nos pasa, pero también podría equivocarme. He realizado suficientes pruebas sobre la actitud que adoptamos y lo que sucede alrededor, tanto a favor (en positivo) como en contra (en negativo). ¿Se trata solo de anécdotas personales o podría ser algo más objetivo si la mayoría hiciera el experimento?

   Lo que más me gusta de Vadim Zeland y su propuesta "transurfera" es desmentir esa idea de que somos imperfectos como somos o de que estamos incompletos y debemos completarnos puliendo o perfeccionando nuestros errores, fallos, imperfecciones, equivocaciones, o como lo dice él, "defectos y vicios". Llevo años preguntándome: ¿De dónde sale esta peculiar idea de las imperfecciones a cambiar, superar o mejorar? ¿Es cierta o simplemente es otra especulación humana sin fundamento? ¿No será un invento ideológico destinado a vender algo o a convencer a sus potenciales creyentes? ¿Es verdaderamente posible cambiar, transformar, mejorar, perfeccionar algo en nosotros y en el mundo o más bien se trata de quimeras ilusorias que nos mueven y mantienen la sociedad en marcha? ¿Qué serían, entonces, esas imperfecciones; quién define, entonces, esas imperfecciones y, sobre todo, en base a qué principios o postulados deberíamos perfeccionarlas, o qué validez objetiva tendrían esos principios o postulados?

   Entonces vienen los postulados o principios del modelo teórico que representa el Transurfing. El primero y más importante como fundamento del MODELO DE LAS VARIANTES es este: "La realidad posee una infinita variedad de las formas de manifestación" (página 23). "La multiplicidad de las variantes es la principal y fundamental propiedad de nuestro universo" (página 23). Para llegar ahí antes explica que: "cualquier teoría representa únicamente un aspecto de la manifestación de la realidad polifacética" (página 21). Pero también nos insta a prestar atención a lo que está ocurriendo: "tu elección siempre se realiza. Lo que eliges es lo que obtienes" (página 21). "Obtenemos lo que elegimos" (página 22). 

   Aquí entramos en un resbaladizo terreno que se asemeja a las gratuitas afirmaciones del Nuevo Pensamiento y su reinterpretación más reciente: la llamada "ley de la atracción". Pero cuidado, no caigamos en el error, pues aunque lo que el autor ruso expone puede parecer similar en un juicio apresurado y superficial, en realidad es muy diferente, usando, incluso, explicaciones semejantes sobre el funcionamiento "materializador" de los pensamientos. Esta explicación de Zeland y lo que pone de relieve es certera a mi juicio, ya que: "En sus intentos de alcanzar la verdad, el hombre siempre ha aspirado a comprender la naturaleza del universo, examinando sus aspectos aislados" (página 22). Sí, ahí es donde siempre me ha chirriado cualquier explicación filosófica sobre la realidad, sea materialista (la materia crea la conciencia), sea idealista (la conciencia crea la materia). ¿Y si ambas explicaciones tuvieran razón a cierto nivel, o mejor todavía, si ninguna explicación tuviera razón a ningún nivel?

   El énfasis para mí se encuentra en la idea de intentar "comprender la naturaleza del universo examinando sus aspectos aislados". Pues... ¿Cómo podemos comprender una totalidad sin examinar esa totalidad en sí (bien porque no somos capaces debido a nuestras limitaciones inherentes, bien porque el enfoque o modelo usado es limitado en sus planteamientos) sino solo desde una perspectiva reducida y aislada? ¿No será que entonces se nos está escapando algo?

   Cualquier manifestación perteneciente a la pluralidad de las manifestaciones (incluso la misma pluralidad) es tratada por el autor ruso como punto de referencia de los diferentes sectores del conocimiento que, no obstante, obvian esa pluralidad poliédrica para quedarse con manifestaciones aisladas como si fuera toda la verdad, lo cual limita los conocimientos y reduce la información disponible. "La pluralidad de las variantes sirve como punto de referencia, así como el cero en la escala de coordenadas" (página 23). Así llegamos a las formas de manifestación de la realidad, aceptando que deben tener un origen. "El origen se revela como el movimiento de la materia en el espacio-tiempo. Este movimiento se somete a determinadas leyes. Como bien sabes, los puntos se sitúan en el gráfico de las funciones según una fórmula matemática determinada" (página 24). Pero las leyes y las fórmulas, como reconoce Zeland a continuación, no son más que inventos humanos para facilitar la comprensión. Es muy improbable que existan en la realidad objetiva, o como él dice: "Es muy poco probable que la naturaleza las guarde en alguna parte" (página 24). Pero la posición de los puntos en el gráfico también se puede fijar "[...] como una grandiosa e infinita cantidad de las coordenadas de todos los puntos [...] Si dividimos una línea de funciones en los puntos mínimos infinitos, a cada punto se le puede considerar como causa y al que le sigue, como consecuencia. Como resultado, cualquier movimiento de un punto material en el espacio y tiempo se puede imaginar como una larga e incesante cadena de causas y consecuencias infinitamente mínimas" (página 24).

   Ello nos lleva al entendimiento final del MODELO DE LAS VARIANTES, donde "[...] los datos de todos los puntos de movimiento posibles de la materia se guardan en algún campo de información al que llamaremos espacio de las variantes" (página 24). "El espacio de las variantes es una estructura de información absolutamente material" (página 24), convirtiéndose en "[...] un campo de información infinito que contiene todas las variantes posibles de cualquier acontecimiento que pueda producirse" (página 24). Este modelo zelandiano es de lo más fascinante, peculiar y curioso (aunque solo sea un modelo más de tantos), pues cuando empezamos a trabajar con él genera una serie de sensaciones inequívocas a nivel mental. ¿Son únicamente subjetivas esas sensaciones o pueden tener algo de objetividad útil para ciertos propósitos? Eso mismo me propongo investigar (y en ello estoy) desde el 3 de septiembre de 2024.

   "El espacio de las variantes sirve de patrón, de sistema de coordenadas de cualquier movimiento de la materia en el espacio-tiempo" (página 25). Luego, el autor ruso usa una metáfora muy interesante a nivel práctico, con la cual ya trabajé en cierta versión, al estudiar las doctrinas hinduistas del Vedanta Advaita hace tres lustros y que luego usé en un proyecto vital desarrollado para indagar sobre la actitud y sus efectos en la vida cotidiana: "Para facilitar la comprensión, diremos que una variante está compuesta del escenario y los decorados. Los decorados son la imagen exterior o la forma de manifestación; y el escenario, el camino por el que se mueve la materia. Para más comodidad, podemos dividir el espacio de las variantes en sectores, cada uno de los cuales tiene su escenario y sus decorados" (página 25). Mi metáfora hacía referencia al "teatro" y nunca fue tan buena ni completa como la de Zeland. Pero enseguida viene otra idea significativa, la de las líneas de la vida donde los sectores del destino se enfilan. "Los escenarios y los decorados de los sectores en esa línea son más o menos similares" (página 25). Pero a continuación viene lo verdaderamente interesante del modelo teórico propuesto por el Transurfing zelandiano: nuestra vida transcurre en una dirección, hasta que sucede algún acontecimiento que cambia el escenario y los decorados. Entonces pasamos a otra línea de la vida y el destino cambia (según la explicación del modelo "transurfero").

   "La realidad se revela en toda su diversidad precisamente por eso: porque la cantidad de las variantes es infinita" (página 26). Esto explicaría, según el autor ruso, que la realidad se desarrolla arreglo a la línea de la vida que hemos elegido como punto inicial. Por tanto toda la idea que cimenta el Transurfing es la posibilidad de cambiar la elección cuando así lo decidamos, pues se supone que cada uno obtiene lo que elige. Se trata de una perspectiva como mínimo seductora, independientemente de que sea cierta o una simple quimera ilusoria. ¿Podría tener razón Vadim Zeland y el modelo del Transurfing? Me parece que la única manera de averiguarlo es poniendo en práctica el modelo y valorando los resultados obtenidos. ¿Da resultados? ¿Son objetivables esos resultados, en caso de darlos, o solo se trata de efectos subjetivos? Y de ser solo efectos subjetivos... ¿Qué nivel de satisfacción personal hay entre lo elegido en lo ideal y lo conseguido u obtenido en lo real?

   La frase clave del Transurfing es: hacer la elección.

   "La emisión de energía mental materializa la variante potencial" (página 29). Para este modelo estudiado aquí resulta que los pensamientos tienen gran influencia sobre nuestro destino (aunque Zeland nunca llega a las afirmaciones de "la ley de la atracción"). Que la actitud adoptada tiene efectos visibles es algo incuestionable para mí, pues llevo tres lustros poniéndolo en práctica a diario (unas veces conscientemente y otras muchas veces de manera inconsciente, arrastrado por las circunstancias de lo que estoy viviendo, siendo en este último caso donde se ve con objetividad el efecto visible). "Las personas están acostumbradas a que su actitud conlleve efectos visibles y de explicación bastante fácil. La influencia de los pensamientos se revela de modo invisible, por lo cual es inexplicable e impredecible. [...] Cada hombre camina por su línea de la vida. Al mismo tiempo todas las personas viven en el mismo mundo. El mundo material es uno para todos, pero la realización particular es propia de cada uno" (página 30). 

   "Para nuestro objetivo será suficiente aceptar que la energía de los pensamientos humanos es completamente material. La energía de los pensamientos no gira de modo cerrado en la cabeza de un hombre, sino que se propaga en el espacio y actúa de forma recíproca con el campo de energía circundante" (página 31). Según el modelo materialista esto es imposible, pues la "energía" en este contexto solo es un concepto místico inverificable y del cual nunca se ha podido demostrar su existencia. De todas formas, según afirman los divulgadores científicos, la posible "energía" mental es de tan baja frecuencia que no puede hacer nada ni afectar a nivel alguno a la material. Mucho menos "materializar" nada. ¿Puede o no puede? ¿Es posible que algún modelo acierte y el resto se equivoquen? ¿Quién sabe a ciencia cierta cómo funciona el mundo y la realidad, si ni siquiera existe un acuerdo general sobre qué es la mente o incluso si existe?

   Pero todavía nos esperan sorpresas antes de terminar con el MODELO DE LAS VARIANTES: "Mantente concentrado en tus problemas... y estos estarán presentes siempre en tu vida. Esto sucede porque diriges tus actividades hacia el cambio de la situación en la línea corriente, pero no puedes cambiar el escenario en el espacio de las variantes. Lo único de lo que eres capaz es de elegir otro escenario. Al tratar de cambiar los momentos indeseables en el escenario, estás pensando precisamente en lo que no te gusta. De este modo tu elección se realiza con éxito y obtienes lo que no quieres (página 33). ¿Tiene alguna lógica y sentido lo afirmado aquí? ¿No será la única manera de saberlo poniéndolo a prueba?

   "Del destino no se huye. En cierto modo esto es verdad, pues resulta imposible cambiar el escenario de la variante. Luchar contra el mundo circundante para cambiar el propio destino es una labor difícil y poco agradecida. No vale la pena tratar de cambiar el escenario; simplemente puedes elegir la variante que más te guste" (página 34).

   "Puedes elegir tu propia felicidad, en vez de luchar por ella" (página 37). ¿Puedes elegir tu propia felicidad, en vez de luchar por ella?