domingo, 13 de julio de 2025

'EL EVANGELIO NEGRO' de VV. AA. (reseña)

Acabo de leer el cómic EL EVANGELIO NEGRO.


   Triple colaboración andaluza sin parangón en talento, originalidad, creatividad y rareza literaria inusual, el guion corre a cargo del magnífico escritor y guionista de cómics español Manuel Amaro Parrado, nacido el 9 de enero de 1976 en Andújar, Jaen, Andalucía, España. Las impresionantes ilustraciones se dividen en 2 colaboraciones: el trabajo del emblemático ilustrador internacional español Miguel Ángel Cáceres Anillo, nacido en Málaga, Andalucía, España, en 1966 y el increíble médico otorrinolaringólogo, ilustrador y humorista gráfico español Dr. Zonum, pseudónimo literario de Francisco Muñoz del Castillo, nacido el 18 de diciembre de 1969 en Granada, Andalucía, España.


   El equipo compuesto por estos 3 indescriptibles artistas ya colaboró anteriormente, destacando la novela gráfica ANATOMÍA DEL CAOS (Apache Libros, Madrid, 2018). Coincidieron, al parecer, por primera vez, en la disruptiva revista de cómic Killer Toons, autoeditada anualmente por el colectivo andaluz (cordobés en particular) Ediciones Canallas entre 1995 y 2001 (con números especiales Killer Toons 2.0 a partir de 2009) al que han pertenecido los 3 genios como colaboradores; una de las mejores, mayores, singulares y únicas "anomalías" en las rarezas literarias del noveno arte, nada usual, corriente, ni fácil de encontrar en España.

   Mi ejemplar es una primera edición publicada en febrero de 2025 por Editorial Cazador de Ratas, abreviada como Editorial Cazador, una reciente y pequeña editorial independiente nacida en Cádiz, Andalucía, España hace poco más de una década. Aunque sus 2 tendencias principales son la novela negra y la novela gráfica, en realidad publican cualquier género, con un requisito indispensable: talento e ingenio. Lo más destacable a mi juicio es su fuerte apuesta por autores patrios. La evidencia más obvia de lo que es y representa en el mundo de la edición en España la intención de Editorial Cazador queda patente y elocuentemente plasmada en este trabajo sin parangón aquí reseñado.


   El cómic tiene 186 páginas repartidas en un prólogo, 4 libros (que funcionan como capítulos desordenados en discontinuidad) y los extras.

   Tiene una calidad máxima, impreso en papel satinado a color y encuadernado en tapas duras con sobrecubierta, cosido a hilo. El precio es de 25 ridículos euros (los cómics de estas características rara vez bajan de los 30 y por norma general suben a 35 e incluso 40).


   Se trata de un acontecimiento comiquero por una parte (los 3 primeros libros) pero también literario por otra parte (el cuarto y último libro). Aunque cualquier reseña seria que se precie en serlo debería empezar con una advertencia a mi parecer: esto no es cómic convencional al uso sino toda una experiencia literaria múltiple y visual mágica, evocadora, psiconáutica, absorbente, dedicada a estimular una serie de sensaciones, emociones y vivencias tanto intensas como profundas, abarcando diversos géneros e intenciones superpuestas por capas, donde podríamos encontrar muy en el trasfondo lo lúdico, el factor entretenimiento, pero en realidad no sería buena idea. Este cómic está en las antípodas de la diversión y es inadecuado si buscas desconexión para pasar un buen rato divertido.


   Personalmente como individuo interesado en la temática religiosa y esoterocultista declaro que estamos ante un verdadero y genuino acontecimiento tanto religioso como esoterocultista posmoderno (fenómeno ocultural importante), mostrado artísticamente como noveno arte, que habla a cada individuo lector de su contenido dependiendo, al igual que hace la religión y el esoterocultismo, del nivel de conocimiento y comprensión, además de capacidad interpretativa que cada cual tenga.


   El fascinante Manuel Amaro ha desplegado su más intensa creatividad para desarrollar una evocadora mitología religiosa mistérica que, partiendo de la mitología judeocristiana original (la cual no es más que una reinterpretación renombrada de viejas mitologías anteriores), le da la vuelta reversible por completo, superando todas las convenciones creyentes implantadas desde hace 2 milenios en Occidente, para sumergirnos en la otra cara de la realidad, donde se ofrece una necesaria perspectiva invertida de lo que interpretamos como luz y oscuridad.


   En este caso (nunca había visto nada igual con anterioridad) Amaro reinterpreta la angelología judeocristiana (que fue la forma de reinterpretar las mitologías politeístas anteriores para adaptarlas, sometiéndolas a un contexto henoteísta-monoteísta de cuño propio y por tanto mostrado como superior [la única "verdad"] a sus potenciales creyentes conversos) con esa creatividad coherente y creíble que solo suele tener un verdadero genio, centrándose no en el escalafón más bajo de la jerarquía angelical (ángeles, arcángeles), sino en el más alto (querubines, serafines).


   Pero, evidentemente, no sigue las reglas teológicas inventadas por el cristianismo en particular (donde la angelología tomó cuerpo propio para la cultura occidental a partir de la obra, las aportaciones e invenciones del teólogo y místico bizantino Pseudo Dionisio Areopagita, cuya vida se estima que acaeció entre los siglos V y VI de la Era Común), sino la reinterpretación sui géneris, evocadora y fascinante del irrepetible Manuel Amaro, todo un fetiche friki y joya literaria patria cuya creatividad y genialidad le ha permitido una creación ocultural posmoderna digna del satanismo, el luciferismo, la tradición draconiana, la magia del caos y por descontado de la metamakgia.


   La estructura narrativa de los 4 libros se divide en otra creación amaroana esencial que también parte de una reinterpretación judeocristiana de los mundos visible (Tierra) e invisibles (Cielo e Infierno), que, como no podía ser de otra forma (la creatividad judeocristiana no llegó muy lejos ni fue más allá de un pseudohistórico infantilismo chabacano si tenemos en cuenta las religiones politeístas anteriores y sus creaciones), procedía de una burda simplificación de la compleja y amplia mitología griega (no por casualidad el cristianismo origina en Roma como religión organizada predominante e Iglesia católica finalmente, pues Roma no aportó en religión mucho más allá de una burda copia de la mitología griega, destacando como aportación principal el cambio latinizado de los nombres y algún cambio superficial en el contenido enriquecido de cada mito).


   Por orden de creación asistiremos al Cielo (primer libro), al Infierno (segundo libro) y a la Tierra (tercer libro), según la particular y genuina concepción amaroana, aunque lo más destacable será con diferencia, para sumergirnos en esas mitológicas regiones (pues la Tierra no es el equivalente al planeta tierra donde habitamos en la realidad), las creaciones ilustradas de Miguel Ángel Cáceres (Cielo y Tierra) o el destacable y apabullante trabajo ilustrado del Dr. Zonum, con un realismo extremo y psicodélico, atento con devoción hasta el último detalle del Infierno, desarrollado cual iniciación mistérica y campbelliano "viaje del héroe" que se recorre a través de 12 salas, para transformar la experiencia catedralicia católica del arte de las vidrieras en una absorción transformadora de la conciencia desde la liberadora perspectiva luciferina invertida, donde la liberación de cualquier creencia de sometimiento (el fundamento de toda religión organizada, destacando las 3 religiones abrahámicas del libro) es la pauta, la meta y la finalidad que escenifica el contenido de esta obra maestra, cuya intención va mucho más allá, como ya dije antes, de un mero producto comiquero para el entretenimiento y pasar un rato divertido.


   Hay 3 personajes protagonistas, 2 de los cuales (uno femenino, el otro masculino) también forman parte de la bíblica y mitológica historia judeocristiana (probablemente los 2 personajes más fascinantes de toda la aburrida, moralista y anacrónica literatura veterotestamentaria, pero también neotestamentaria, aunque residuales), siendo el otro una recreación de un personaje ficticio perteneciente a la mitología griega, cuyas historias (la griega original y la reinterpretación amaroana) van bastante acordes en el contenido de lo vivido y/o escenificado por ese personaje.


   El primer y el segundo libro son los únicos que cuentan una historia con la coherente continuidad narrativa lineal en el argumento, el personaje protagonista y la trama desarrollada. Aunque se produce una apasionante transformación ilustrada discontinua entre ese primer libro (escenificado en el Cielo gobernado por los Serafines, cuya creación, naturaleza y esencia musical parece beber de un trasfondo tolkieniano) y el segundo libro (escenificado en el Infierno gobernado por El Carcelero y repleto de almas condenadas y seres fascinantes que nos atrapan). Si bien las ilustraciones de Cáceres se adaptan al contexto tradicional de las viñetas o el arte secuencial y son evocadoras en el primer libro, las del Dr. Zonum en el segundo libro nos desbordan y por descontado desbordan ese contexto tradicional de las viñetas, convirtiéndose en una ilustración discontinua que te sumerge del todo sin límites ni demarcaciones, convirtiéndose en un absorbente todo del que no puedes más que seguir adelante, apabullado, desorientado y sumergido en la psiconáutica aventura mistérica hasta final, prestando la máxima atención a cada detalle.


   En el tercer libro aparece un nuevo personaje protagonista y otro personaje antagonista que acaparan toda la atención y el desarrollo, por tanto se rompe la continuidad del relato, aunque no de la historia, lo cual vuelve a desorientarnos con un propósito e intención, como nos indica correctamente Alberto Alcaide en el escueto prólogo de 2 páginas, que solo descubriremos e hilaremos en el cuarto y último libro. Las ilustraciones vuelven a correr a cargo de Miguel Ángel Cáceres.


   Entonces llegamos al más apasionante y creativo cuarto y último libro, donde Manuel Amaro adopta la posición religiosa definitiva que justifica del todo el título de esta obra maestra y "artefacto" ocultural sin rival hasta el momento, escribiendo un libro de 7 capítulos con sus correspondientes versículos y adoptando un estilo tipográfico medieval, para imitar la literatura religiosa evangélica neotestamentaria del cristianismo, pero totalmente invertida en el contenido doctrinal narrado, lo cual le da un ámbito deleitable y sumamente regocijante, mostrándonos cómo la literatura religiosa presentada en forma de "textos sagrados" no tiene ni sentido ni exclusividad, excepto por el que decida darle cada creyente, al asumir que ese contenido es válido para calmar sus miedos, terrores y ansiedades, que es básicamente y a grandes rasgos lo que aporta cualquier religión.


   Pero no solo se queda ahí el asunto, sino que a medida que avanzamos en la lectura del evangélico cuarto libro (con las pertinentes ilustraciones de Cáceres en cada página adyacente al texto), todas las historias narradas y los personajes creados van contextualizándose en una continuidad explicativa que lo aclara todo, adquiriendo el discernimiento final del entendimiento esclarecedor, para simular los brillantes autores y la atrevida editorial una especie de "iniciación mistérica", donde nos embarcamos desde la ignorancia y el desconocimiento, para atravesar Cielo, Infierno y Tierra desorientados, sin encontrarle un sentido ni un significado a todo lo que estábamos experimentando y cuya intención final es que recibamos la "revelación" (develación en realidad), cerrada con un apoteósico y muy regocijante final, que en realidad es el comienzo de todo en esa fascinante creación de 3 bestiales artistas, un excelente escritor de los que ya no quedan y 2 ilustradores que merecen estar por derecho propio en lo más alto de las cumbres del noveno arte.

2 comentarios:

  1. Ha sido de las reseñas que más impactado me han dejado por como hablas del cómic, has conseguido que me llame la atención.

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    1. Sí, yo también me quedé de piedra al descubrirlo hace poco en el Ateneo de Alicante inesperadamente. No sabía nada de la editorial, de los autores, ni de esa rareza tan inusual. De verdad que no solo es impactante sino que te absorbe de una manera que ya me contarás.

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