viernes, 18 de julio de 2025

Érase una vez en... Alemania

Exactamente hoy, hace un siglo, las librerías de Alemania amanecieron ofreciendo una novedad editorial que sellaría el destino de todo el pueblo germano.

   No, esto no es una película de Tarantino, sino algo más real que la realidad misma. Agárrate como (y donde) puedas, pues empieza un alucinante viaje al fondo de la política, las ideas, las creencias, los sesgos cognitivos, las teorías conspirativas, el totalitarismo o la violencia extrema, desmedida y sin sentido, motivada por el nefasto hecho de que los sentimientos, las emociones y la desinformación predominen sobre el razonamiento, meditar pausadamente las cosas y la información veraz.

   ¿Quién dijo aquello de que la pluma es más poderosa que la espada?

   Bueno, aunque el periodista, escritor y político británico Edward Bulwer-Lytton (1803-1873), primer barón Lytton, se quería referir a algo más bien simbólico y metafórico (una metonimia en realidad, es decir, el cambio semántico por el cual se denomina un concepto con otro nombre, mediante un tipo de relación entre ambos), en alguna ocasión, como la citada aquí, algunas veces la palabra escrita moviliza a la gente de tal manera que acaba "traspasando" el negro sobre blanco para volverse peligrosamente real, pues, por norma general, toda utopía en lo ideal acaba convertida en una distopía en lo real. Y eso es exactamente lo que sucedió en este caso.

   El 18 de julio de 1925 los escaparates de las librerías alemanas ofrecían de venta al público un libro titulado Mein Kampf, que significa Mi Lucha en alemán (y así sería traducido al castellano años después hasta hoy, en todas las ediciones y reediciones, tanto completas como incompletas, que ha tenido).


   Aquel libro era en realidad la primera parte del manifiesto político dictado a su escriba por un ex militar austríaco de bajo rango (cabo) que había participado en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), combatiendo en el ejército alemán, país que acabaría siendo derrotado. Cuando se publicó el libro, ese irrelevante, oscuro, sombrío y fanático ex militar, con un pasado juvenil anterior a la Gran Guerra muy precario, bordeando casi la indigencia, hacía 6 años que se había reconvertido accidentalmente en político. Un político que empezó en la nada, pero en ese momento histórico crucial ya estaba destacando, al ganar con rapidez el favor, el apoyo, el voto y la conversión de no pocos alemanes, aunque las cosas en el momento de la publicación del primer volumen de Mein Kampf eran poco halagüeñas y más bien inciertas para este político, que apenas 2 décadas después se convertiría en el villano hollywoodiense, literario y real, a nivel mundial arquetípico, por derecho propio y (de)"méritos" sobrados  (aunque todavía y para no poca gente sigue siendo un "héroe", como es inevitable en el mundo humano).

   A estas alturas ya sabrás que estamos hablando, evidentemente, del político, dictador totalitario y genocida austríaco nacionalizado alemán Adolf Hitler (1889-1945), fundador del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, por sus siglas en alemán) y del nacionalsocialismo (régimen e ideología política dictatorial de característica totalitaria y valores ultraconservadores, aunque de tendencia revolucionaria, que gobernó Alemania desde el 30 de enero de 1933 hasta el 8 de mayo de 1945, tras la rendición incondicional de la Alemania nazi), abreviado nazismo, responsable de la Segunda Guerra Mundial y la Shoá u Holocausto judío (aunque también fueron exterminadas sistemáticamente diversas minorías étnicas y religiosas, así como enemigos políticos).

   Uno de los mayores errores equívocos perpetuado por todos los sitios es catalogar y/o equiparar al nazismo con el fascismo, para aplicar la ya banalizada y descontextualizada etiqueta de "fascismo" a cualquier posición política que percibamos como enemiga o contraria a nuestras propias creencias, perdiendo así el valor original riguroso, histórico y verdadero del asunto, que no es baladí.

   Históricamente hablando el fascismo es un régimen e ideología política exclusiva, dictatorial y ultraconservadora, pero también revolucionaria, como el nazismo, que surge en Italia, gobernándola entre 1922 y 1945. Fue fundado por el político, militar y dictador italiano Benito Mussolini (1883-1945), a través del Partido Nacional Fascista (1925-1943) y el Partido Fascista Republicano (1943-1945). Aunque ambas ideologías políticas totalitarias se aliaron, especialmente en la Segunda Guerra Mundial, la respuesta es no; el nazismo alemán no fue un tipo de fascismo, sino un régimen político propio e independiente, que a nivel ideológico compartió algunas ideas con el fascismo italiano, pero también divergió en otras de no poca importancia, como la ideología antisemita y racista, por poner un significativo ejemplo.

   ¿Y qué pasó con el libro Mein Kampf? Hagamos un análisis literario superficial (ahora no tengo un ejemplar a mano para leerlo y reseñarlo, aunque lo haya leído un par de veces en mi trayectoria lectobibliófila).

   Aunque fue desde el principio atribuido a Adolf Hitler, en realidad Hitler no lo escribió, sino que lo dictó. El verdadero escriba fue su secretario personal en ese momento, el militar y político alemán Rudolf Hess (1894-1987), uno de los principales miembros del NSDAP desde el principio. Fue dictado y escrito durante la reclusión penitenciaria de Hitler, Hess y otros miembros del partido nazi, entre el 1 de abril y el 20 de diciembre de 1924, tras un golpe de estado fallido que tuvo lugar en los días 8 y 9 de noviembre de 1923 en Múnich, Baviera, Alemania.

   El libro es claramente un arduo, burdo, farragoso y mal escrito manifiesto político propagandístico que cuesta no poco de leer (teniendo en cuenta los 2 volúmenes es un libro de casi 800 páginas), por eso la mayoría de ediciones están incompletas, al menos las traducidas al castellano, donde Hitler plasma su programa político, así como las ideas que sustentaban gran parte de lo que luego terminaría siendo el nazismo, destacando su opinión prejuiciada, sesgada y conspiranoide de los judíos y el comunismo, tras su ascenso al poder como canciller de Alemania 8 años más adelante, después de pasar una turbulenta etapa donde el NSDAP ascendía en las elecciones, para luego descender, oscilando así hasta llegar al gobierno, tras el aprovechamiento de la situación crispada, polarizada y de crisis a todos los niveles. 

   Pero lo más destacable del libro (o del recuerdo que me ha dejado el libro) a mi juicio es la subjetiva presentación cuasi heroica que hace Hitler de su lucha política, cual justificación del título, intentando usar una retórica tradicionalista de corte épico, como imitación de las grandes gestas literarias medievales que, podría haber quedado incluso bien de contratar a un gran escritor, pero que con el mediocre oficinista lacayo Hess a la máquina de escribir, quedó un bodrio infumable y que, por descontado, poca gente leyó al completo, pues literariamente dejaba mucho que desear.

   No obstante, aunque la primera edición del libro se vendió con mucha lentitud (obviamente, ya que era un truño de ensayo que combinaba la teoría política con la autobiografía, en forma de vehemente y furibunda diatriba subjetivista radical), tras acceder Hitler al poder a principios de 1933 las ventas se dispararon, vendiendo un millón de ejemplares aproximadamente y de manera estable, hasta la caída de la Alemania nazi en 1945, aunque no fue por motivos literarios, como ya vimos, sino por el estado de excepción política y militar que representó el nazismo (por ejemplo, se regalaba un ejemplar a las parejas que se casaban), ya que el libro se convirtió en la "biblia" del nazismo. Se estima que fueron editados unos 12.400.000 ejemplares del Mein Kampf, lo cual supone ser el mayor libro superventas de toda la Alemania nazi después de la 'Biblia'. Esto implica que el Mein Kampf fue una de las principales fuentes de ingresos, reportándole a Hitler unos 12 millones de marcos de la época aproximadamente.

   El libro fue publicado originalmente por Franz Eher Nachfolger GmbH, más conocida como Eher Verlag, la editorial principal del NSDAP, dedicada a la publicación de libros y periódicos. Aunque fue fundada por el editor Franz Eher (1851-1918) el 2 de diciembre de 1901, tras su muerte fue adquirida por el NSDAP el 17 de diciembre de 1920. Al principio Hitler quería titularlo algo así como Cuatro años y medio de lucha contra las mentiras, la estupidez y la cobardía, pero el militar y político alemán Max Amann (1891-1957), uno de los fundadores del NSDAP y director de Eher Verlag en ese momento, propuso, al parecer, Mi Lucha.

   El primer volumen del Mein Kampf tenía 400 páginas y valía 12 reichsmark cuando salió a la venta el 18 de julio de 1925. El segundo volumen no saldría a la venta hasta el 11 de diciembre de 1926. 4 años después se publicó la primera edición barata y completa, con los dos volúmenes.

   La primera traducción al castellano corrió a cargo de la Editorial Araluce de Barcelona, que sacó a la venta una edición reducida e incompleta de 355 páginas, pero autorizada por Eher Verlag, en 1935.

   Tras la Segunda Guerra Mundial el libro fue incautado y prohibido en Alemania y se destruyeron la mayoría de los 12 millones casi y medio de ejemplares impresos, quedando solo unos pocos cientos de miles. Desde entonces el libro ha oscilado entre la prohibición y la permisividad, según el país, siempre y cuando sean ediciones comentadas para matizar, pero de todas formas, como es comprensible, desata todo tipo de reacciones encontradas. En España es posible encontrar ediciones con facilidad, a pesar de que el Código Penal prohíbe este tipo de contenidos por considerarse incitación al y delito de odio. De hecho personalmente he tenido al menos 3 ejemplares de ediciones diferentes, siempre marginales, siempre residuales, la aplastante mayoría de veces con el libro incompleto y/o mal editado. La única manera de asegurar una buena edición es a través de editoriales neonazis y eso ya no es tan fácil de conseguir, pues son marginales y suelen operar en una semiclandestinidad para evitar problemas legales.

   La primera edición original en alemán que vi en mi vida del Mein Kampf fue en una pequeña pero popular librería de viejo en Alcoy, Alicante, Comunidad Valenciana, España. De esto hace 30 años. Era una edición especial en alemán de 1933, encuadernado el ejemplar en tapas duras. Llevaba el sello del NSDAP en cada página. Valía 25.000 pesetas (unos 150 euros). Evidentemente jamás lo compré, pues en aquella época estaba lejos de la disposición de ese dinero, pero entendí y viví por primera vez en mi vida la fascinación de la bibliofilia.

   Hoy la primera edición del primer tomo difícilmente baja de los 4.000 euros, siendo uno de los libros más raros, complicados y caros de conseguir, solo a la altura de un verdadero bibliófilo o un devoto neonazi dispuesto a invertir ese dinero.

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