A veces esas coincidencias van acordes a ciertas fechas socializadas, pero la mayoría de veces no es así.
Aunque el verano es otro asunto distinto, ya que nuestras vacaciones tienen un componente casi "ritual", buscando una intensa desconexión de lo habitual con el propósito de romper ciertos hábitos y costumbres, volviendo "reiniciados".
Y aprovechando cualquier salida vacacional, como no podía ser de otra forma en un lectobibliófilo empedernido, hago descubrimientos de nuevas librerías.
Arreglo a mi experiencia las grandes empresas franquiciadas (como Fnac o Casa del Libro) tienen una mayor cantidad obvia de ofertas, pero más comunes, previsibles y comerciales, enfocadas a un gran público (¿Acaso podía ser de otra forma?). Se les cuela alguna que otra rareza pero no es lo habitual. Y aunque también ofertan libros con algunos años a cuestas desde la publicación, no obstante su apuesta principal es por las novedades editoriales. Pero las librerías pequeñas y tradicionales son otro asunto totalmente distinto donde, a grandes rasgos y por norma general, sucede lo contrario. Debido a ese motivo, siempre que tengo la oportunidad descubro nuevas librerías desconocidas, destacando poblaciones pequeñas o medianas, donde no confluyan excesivas aglomeraciones masificadas de gente (cosa que odio).
Hace un lustro que mi mujer y un servidor estamos explorando la provincia de Valencia, en España. A pesar de no ser una zona peninsular desconocida para mí por cercanía de nacimiento, hace más de una década que estoy muy cercano a la región de Murcia, donde el carácter y la idiosincrasia cambia por completo, al menos según mi percepción, a pesar de que geográficamente no estén tan alejadas ambas comunidades autónomas.
Esta vez nos estamos quedando en Onteniente (Ontinyent) principalmente, un municipio valenciano con 36.430 habitantes. Mañana regresamos a la cotidianidad. Pero al llegar ayer por el mediodía y tras buscar el alojamiento o comprar comida provisional, descubrí que a pocos metros del hotel céntrico donde nos alojamos hay una librería. Así que por la tarde, poco después de abrir, me acerqué dando un breve paseo hasta la calle del músico Martínez Valls, donde se ubica la citada librería.
Descubrir una nueva librería desconocida siempre es una alegría y una marabunta de emociones oscilantes. En este caso y de entrada me gustó mucho el local y la presentación externa.
Una cosa a destacar es que abren sábados y domingos hasta mediodía, algo nada habitual, especialmente en las librerías pequeñas (sábado sí, pero... ¿Domingo?).
Entrar fue darme de bruces con todas las sensaciones visuales y especialmente olfativas inequívocas de una librería. Local pequeño y estrecho, en forma de pasillo alargado, pero bien ordenado y accesible, tanto en las paredes como en el centro, destacando una gran cantidad de libros con la portada visible nada más entrar a la izquierda.
Al preguntar, la dependienta, llamada Estefanía, me atendió con amabilidad, explicándome la peculiar ordenación de los libros desde una punta a la otra de la librería. He aquí otra característica destacable: si bien las grandes superficies franquiciadas suelen tener una ordenación muy similar, las pequeñas librerías evidencian rasgos de singularidad muy personalizada.
Durante los 30 años de experiencia lectobibliófila que llevo acumulada todavía no he tropezado con 2 librerías pequeñas similares ni por asomo. Cada una tiene su propia personalidad, donde pueden (y suelen) coincidir las novedades más comerciales, pero también (siendo esto lo interesante a efectos del blog) rarezas literarias y libros descatalogados o al menos difíciles de encontrar. Aunque lo más significativo a mi juicio es descubrir editoriales independientes diminutas, con muy poca distribución y en el margen, entrando a partir de entonces en nuestro campo perceptivo.
Otro aspecto significativo fue la amplia sección dedicada a la prensa y las revistas.
A pesar de cumplirse ayer, jueves, 10 de julio de 2025, todos los requisitos citados más arriba, no obstante el presupuesto disponible esta vez fue absorbido por 4 libros, 2 de los cuales no solo son de mis favoritos, sino que como mínimo he tenido 3 ejemplares de cada uno a lo largo del tiempo.
El primero, nada más entrar y bien visible.
El segundo, a mitad de la librería y muy poco visible.
El tercero y el cuarto, en la misma estantería, separados únicamente por unos libros entre medias.
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