Escrito por el prolífico escritor de literatura pulp y muy polémico fundador de la Iglesia de la Cienciología (Scientology en inglés original) Lafayette Ronald Hubbard. Nacido el 13 de marzo de 1911 en Tilden, Nebraska, Estados Unidos y fallecido el 24 de enero de 1986 en Creston, California, Estados Unidos debido a un accidente cerebrovascular (aunque sufría diversas dolencias y achaques de salud desde hacía varios años). Aunque la organización sectaria (reconocida como religión en Estados Unidos) muy popular por su combativo espíritu litigante contra sus críticos (lo cual deja más en evidencia su intolerante actitud sectaria) que fundó, lo alaba y encumbra deificándolo, de manera poco realista, en todo lo que emprendió, para intentar hacer creer que fue un genio, en realidad no fue más que un mediocre escritor de género y un absoluto fracaso en casi todo lo que emprendió. Su primera creación en el terreno psicológico intrusista, Dianética, no pasa de ser una burda pseudociencia más y su producto estrella, Cienciología, no es más que una historieta de ciencia ficción vendida como religión verdadera. Pero, bueno, solo se trata de mi opinión personal subjetiva. Si quieres saber más, busca información, contrástala y saca tus propias conclusiones.
Mi ejemplar es una edición (no indica cuál) publicada en 1991 por Editorial Nueva Era Dinámica. Aunque técnicamente hablando es una editorial, en realidad se trata de uno de los conglomerados empresariales fundados por la Iglesia de la Cienciología para autopublicar las obras escritas por su fundador y líder, es decir, L. Ron Hubbard. Por tanto no estamos ante una editorial de verdad, sino ante una empresa lucrativa cuyo cometido es difundir las ideas y creencias de la Iglesia de la Cienciología.
El libro tiene 201 páginas repartidas en una nota del autor, el índice de las ilustraciones, el prólogo, 8 capítulos precedidos por una ilustración y un pequeño extracto del capítulo venidero, una reseña biográfica sobre el autor y una reseña biográfica sobre el dibujante.
Leí esta novela por primera vez a finales de 1996 aproximadamente. Corría la Feria de Todos los Santos en Cocentaina, Alicante, Comunidad Valenciana, España y en una de las casetas de venta ambulante, la filial española de la Iglesia de la Cienciología tenía un apartado dedicado a vender sus libros a grandes rasgos. Compré MIEDO y me fui a pasear por los alrededores montañosos de Alcoy, a lo largo de una vía verde asilvestrada que recorría el extrarradio de la pequeña ciudad alicantina. Fue una experiencia asombrosa que nunca había tenido jamás en el año que llevaba leyendo libros a diario en ese momento. Por descontado, devoré el libro de una sentada y regresé a casa de noche, afectado por la lectura y suspicaz. Nunca antes me había pasado nada igual hasta ese momento.
Se trata de una breve novela de terror solipsista y surrealista que, a pesar de su simplicidad literaria (o a lo mejor gracias a ella), consigue enganchar en su lectura hasta el final, sin poder parar, pues necesitas saber qué sucede al final (un final apresurado y muy precipitado, que se resuelve en apenas un par de páginas).
Hubbard supo hilar de manera muy fina, angustiante y adictiva, una sencilla y simplista historia de intriga y suspense psicológico, para darle un giro hacia el terror más lovecraftiano (de hecho, encontramos no pocas reminiscencias al maestro de Providence, bien porque Hubbard se inspiró en él, algo lógico por otra parte; bien porque Hubbard fue básicamente, a nivel literario, un escritor pulp, subgénero donde Lovecraft fue el mayor referente).
Toda la breve novela solo puede apreciarla en su justa medida el lector aficionado que conozca las creaciones principales del autor, a destacar Cienciología, pues muchas de sus ideas seminales ya están latentes en esta excelente novela, no por el estilo ni las formas literarias claramente salidas de la pluma de un autor principiante que no domina ni de lejos aspectos tan esenciales como la creación de personajes complejos y realistas (se publicó originalmente en la fallida revista pulp Unknown, en julio de 1940, cuando Hubbard tenía 29 años), sino por el impacto psicológico perturbador que provoca, las atmósferas creadas, la singularidad de la historia, el suspense, la intriga y la capacidad para trasladar una verdadera sensación de terror creíble, que atrapa al lector de principio a fin y suple todas las imperfecciones literarias que la caracterizan.
Querido lector, si por algún motivo te gusta la literatura de terror (especialmente si eres un fan) y todavía no has leído MIEDO, busca un ejemplar cuanto antes. No te puedes perder más tiempo este clásico imprescindible.
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