domingo, 21 de julio de 2024

Da comienzo una nueva aventura bibliófila (introducción y declaración de intenciones)



Hace 29 años se despertó en este Anónimo Sin Nombre la pasión por la lectura. Desde entonces ya no he parado de comprar y leer libros casi a diario. 

   Mi vida personal en el maravilloso (e incomparable) anonimato sin nombre cotidiano ha terminado teniendo un sentido y significado único, construido gracias a la lectura de libros.

   No creo que la vida tenga sentido ni significado per se. Somos nosotros (los humanos) quienes nos dedicamos (entre otras cosas) a dárselo. Pero solo es un punto subjetivo de vista. 

   Desde hace muchos años no concibo la vida sin la lectura. Por descontado que me refiero a la lectura de libros impresos en papel. A mi juicio nada ha superado a Gutenberg en estos menesteres. No concibo la lectura de libros electrónicos ni formatos digitales aunque lo he intentado varias veces en la última década. Aunque también lo he intentado en varias ocasiones, tampoco me gusta coger libros prestados en las bibliotecas públicas municipales. Supongo que se trata de las manías particulares (sí, esas que, dicen, no curan los médicos) de un bibliófilo. Pero tampoco tengo un apego por los libros, pues me gusta ir ligero de equipaje a todos los sitios (puesto que soy un nómada errante sin domicilio fijo).

   Aclarando las cosas sobre mi proceder, comentar que soy un apasionado incondicional de las primeras ediciones; me fascinan sobremanera los libros nuevos; soy muy obsesivo con el estado perfecto de los libros que compro; aunque un libro pueda absorberme y atraparme hasta casi devorarlo, difícilmente lo lea una segunda vez (a menos que pase tiempo y me haya dejado un buen recuerdo); soy alérgico a la acumulación excesiva: prefiero deshacerme de un libro y volver a comprarlo más adelante, a menos que lo considere una obra maestra; mi escueta biblioteca personal se renueva cada cierto tiempo y va pautada por etapas vitales; nunca suelo despreciar ningún tema en particular, pero mis lecturas dependen de las apetencias y necesidades que tenga en cada etapa vital; la literatura de ficción no es mi fuerte, así que, a pesar de leer novelas y relatos, me decanto mucho más por la literatura de no ficción, ensayos en particular; amo lo raro, lo extravagante, lo diferente y siempre busco libros que me aporten ideas, pensamientos o reflexiones originales (bajo mi criterio); odio por completo el mundo editorial y su funcionamiento interno y comercial, pero simultáneamente lo amo porque me proporciona la base fundamental que necesito para dar sentido y significado a mi vida (es una historia clásica de amor-odio); mi mayor placer es leer caminando (algo que sorprende a todo el mundo) pero también me gusta leer acostado en la cama; suelo empezar la lectura de varios libros a la vez y los voy alternando según la conexión o desconexión que tenga a nivel personal en ese momento con lo leído; siempre leo un libro hasta la página 100, si a partir de ahí sigue interesándome la lectura del contenido continúo adelante hasta el final (la mayoría de las veces termino pero otras muchas me quedo a la mitad); nunca pierdo la curiosidad por descubrir nuevos autores (o autores desconocidos para mí), editoriales independientes, temas sobre los que todavía no he leído, etcétera; odio profundamente las ediciones baratas de bolsillo (con alguna excepción); jamás me rijo por los criterios profesionales de la crítica literaria especializada (aunque los tengo en cuenta sin condicionarme): o bien un autor y su libro me conecta a diversos niveles de intensidad o bien no lo hace a nivel alguno y por tanto mis valoraciones siempre son personales y subjetivas, basadas en lo que me ha hecho sentir y vivir tanto el libro como su autor.

   Como Anónimo Sin Nombre soy nada y nadie: no tengo estudios de tipo alguno. Mi trayectoria académica se detuvo hace 32 años tras obtener a duras penas el graduado escolar. No tengo trabajo remunerado, ni oficio ni beneficio. Mi dedicación a tiempo completo es la lectura. Por tanto no soy un crítico literario ni un periodista especializado. Lo compartido aquí solo son opiniones personales de un bibliófilo que dedica su vida a leer libros y escribir esas opiniones.

  Me declaro salvaje y sin identidad. En todo caso podría ser perfectamente (tal vez) el vagabundo ilustrado.

   Así da comienzo esta aventura literaria, donde tengo la intención de compartir mis dos mayores aficiones a las que dedico una existencia en plenitud: leer y escribir.


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