viernes, 26 de septiembre de 2025

El pedazo de libro que viene este otoño

Siempre he sido un gran amante de los libros de crimen real ("true crime" en inglés original) desde que leí el primero en mi vida. Es un tema y aspecto de la condición humana que a una aplastante mayoría de personas le fascina, incluyéndome yo entre ellas, sin duda.

   Entre todos los casos que existen, el de la familia Manson es mi "favorito" con diferencia a nivel internacional y el de Alcácer (Alcàsser en valenciano original) a nivel nacional. Digo que ambos crímenes y casos son mis "favoritos" (es decir, los que más captan mi atención) porque les he dedicado un tiempo mucho mayor que al resto, leyendo, investigando e indagando en todo lo que he podido, conocido y caído en mis manos.

   Creo sinceramente que el motivo por el cual el fenómeno, inherente a nuestra especie, del crimen real, nos fascina y atrapa tanto, es debido a la complejidad de factores, especialmente psicológicos, que lo rodean. Por una parte queremos entender, para podernos y poderle explicar a los demás esa parte oscura de la naturaleza humana, pero al final acabamos atrapados en una vorágine de sentimientos encontrados que nos suben a la "montaña rusa" emocional más rápida que existe y por tanto, somos incapaces de bajar cuando hemos subido, quedando atrapados en una especie de "rueda de hámster" emocional. Esto nos lleva a posicionarnos con la mayor intensidad y vehemencia ideológica creyente, comportándonos con irracionalidad, irrespetuosidad o dogmatismo fanático que siempre destila lo mismo: postureo moral. A menor conocimiento del crimen y caso sobre el que opinemos, mayor vehemencia de superioridad moral mostramos, siempre acorde, qué casualidad, con nuestro punto de vista, sin ser capaces muchas veces de ver las evidencias: sí, mal que nos pese, se trata solo de nuestro subjetivo punto de vista. Ni los propios expertos son capaces de desentrañar hasta el último detalle o motivo por el cual se produce este hecho humano, por tanto... ¿Creemos sinceramente que nosotros sí?

   Desde siempre me ha fascinado el crimen real, como humano que soy, por todos los motivos que incumben al resto de mis congéneres. Como lectófilo apasionado y curioso que busca, analiza y le despierta el mayor interés cualquier tema, he intentado abordar la difícil cuestión del crimen real igual que abordo todos los temas en mi vida: indagando en los planteamientos presentados cual explicación o abordaje de los crímenes y casos, pero sin posicionarme apresuradamente en una versión u otra hasta que he dilucidado todos (o casi todos) los pros y los contras de cualquier exposición.

   Después de pasar un cuarto de siglo leyendo crimen real, pero sin ser periodista especializado, psicólogo o psiquiatra forense, ni criminólogo, sino un lector aficionado, mi opinión (subjetiva y anecdótica) es que existen 2 abordajes: 1. Las conclusiones derivadas de una investigación real basada en datos, indicios, pruebas y hechos verificables; 2. Las especulaciones derivadas de una teoría conspirativa irreal, basada en conclusiones personales, la mayoría de veces con argumentos débiles, falaces, incongruentes y plagados de sesgos cognitivos para encajar todas las "piezas" de una argumentación (la gran debilidad de la argumentación conspiranoide, cuya pretensión parece ser cerrar el crimen y caso con un encaje cuasi perfecto de todas las "piezas" argumentales) que pretende "resolver" el crimen y caso imaginariamente, en quienes deciden acogerse a la conclusión conspirativa, pero que podrían (y suelen) tener otra explicación.

   El caso arquetípico cual ejemplo paradigmático sería argumentar que el libro de Juan Ignacio Blanco ¿QUÉ PASO EN ALCÁCER? Todas las claves de un triple asesinato que conmovió España (Son-Expresión, Madrid, 1998) fue prohibido y retirado de las librerías porque se quería acallar o censurar la versión "alternativa" debido a retorcidos y oscuros motivos conspiranoides sospechosos, pero si indagamos en los hechos un poco, descubriremos la realidad: fue prohibido porque la madre de una de las adolescentes asesinadas, Rosa Folch Romaguera, denunció las imágenes de su hija aparecidas en el libro sin su permiso y ganó el juicio, por eso el libro fue legislativa y judicialmente prohibido, retirándose, por consiguiente, los ejemplares expuestos a la venta.

   Siempre indagué en ambas explicaciones argumentales y por el tiempo aprendí que el abordaje conspiranoide genera la misma sensación que una religión o un partido político: es perfecta para personas que buscan seguridad, certeza y la sensación de haber descubierto una verdad oculta al resto de congéneres. De ahí que me parezca personalmente, como opinión subjetiva, una equivocación intentar convencerlas de lo contrario, pues estamos obviando el factor psicológico de las necesidades individuales. 

   Servidor, en cambio, tiene otras necesidades y son acogerse a los datos, los hechos y las evidencias, aunque siempre queden "cabos sueltos", como sucede en el mundo humano y la vida per se, por tanto, las argumentaciones conspiranoides no resuenan conmigo, aunque eso jamás implica que no lleve un cuarto de siglo analizando al detalle y prestando atención a su modus operandi, por eso sé que no son resonantes conmigo, ya que creo conocerlas de sobra. El problema a mi parecer reside en que casi nunca resisten ni el primer análisis basado en datos, hechos y evidencias, como sucede con la religión (o crees o no crees), la política o las pseudociencias. De ahí que, a mi juicio, no exista la "versión oficial", pues esa idea implica que hay una "versión alternativa", lo cual no es cierto, pues ambas "versiones" nunca están en igualdad de condiciones. Lo que hay, según yo lo veo, es una investigación exhaustiva de los hechos, basándose en datos, indicios, pruebas y evidencias, así como hipótesis especulativas infundadas por carecer de todo lo citado, que pretenden dar una versión "alternativa" fundamentada en conclusiones subjetivas que o crees o no crees, lo cual significa que no es una "versión" objetivamente plausible, sino una simple creencia que suscribes o rechazas.

   Uno de los motivos principales por el cual tanto el crimen (el infame hecho delictivo y criminal) como el caso (el fenómeno social derivado de ese infame y desproporcionado crimen) Alcácer me atrapa, llama tanto la atención y absorbe, a pesar de haber leído casi todo lo escrito y visto casi todo lo rodado que ha caído en mis manos hasta hoy (desde Oleaque hasta Blanco, pasando por Pérez Abellán e interpretaciones peculiares, como la de Nerea Barjola) es la teoría conspirativa que inventó originalmente la colaboración entre Fernando García Mediano, el padre de Miriam García Iborra (1978-1992), una de las 3 adolescentes asesinadas, y Juan Ignacio Blanco Durán (1956-2019), periodista español especializado en crónica negra. Aunque ambos fueron el tándem protagonista, a nivel público y mediático, de la versión más difícil, controvertida y polémica del caso Alcácer, hubo un "tercero en discordia", llamado Paco Emilio, siempre en la sombra, pero formando parte de la investigación y la construcción de la teoría conspirativa citada; una estrambótica teoría conspirativa sin mucho fundamento, más cercana a la ópera prima cinematográfica de Alejandro Amenábar (presuntas élites sociales secuestrando, violando, maltratando y asesinando a adolescentes para grabar películas "snuff") que a la realidad, aunque, eso sí, dualizó, polarizó y dividió con una furibunda vehemencia a la opinión pública española hasta hoy, donde las cosas siguen, por internet y las redes sociales, de una manera parecida o peor si cabe.

   Y resulta que, por fin, tras 3 décadas publicándose y rodándose todo tipo de versiones, estudios, investigaciones e interpretaciones más fundamentadas o menos, Paco Emilio, que decidió bajarse de la teoría conspirativa principal, al poco tiempo de haber ayudado a su construcción, creación y difusión, ha decidido, tras un largo y arduo proceso de meditación, reflexión y sopesar los pros y los contras, gracias también al impulso que recibió por parte del youtuber español especializado en crimen real Manu Giménez, publicar un fascinante libro donde explica y cuenta su experiencia con el tándem García-Blanco. Este libro es una rareza literaria inusual en todo el "canon" literario de ficción y no ficción sobre el caso Alcácer, pues no trata del caso en sí, lo cual indica que no es un libro más añadido a toda la producción bibliográfica.


   Como anunció en primicia el pasado viernes, 18 de julio de 2025, el mismo Paco Emilio, a Manu Giménez, en su canal de YouTube, 'El Rincón del Disidente', leyendo partes de su futuro libro en directo, saldrá a la venta en otoño, es decir, que la publicación debe estar al caer.



   Cuando salga a la venta (de momento no he podido averiguar la fecha) lo haré público por aquí para mi gente lectófila. Por descontado que compraré el libro, lo leeré y reseñaré sin duda.

   Personalmente tengo mi opinión subjetiva sobre Paco Emilio, como pasa con cualquiera. No lo conozco en persona, por tanto solo puedo hablar de mis impresiones subjetivas superficiales. A mi juicio, de momento y hasta donde he visto, me parece sincero, sensato, genuino y auténtico. Pienso que su testimonio es importante, pero debido a la implicación que tuvo con la versión más polémica del caso Alcácer, así como sus opiniones y posicionamiento personal, al acabar enemistado con el tándem García-Blanco, recibe, como suele pasar con todas las personas que se dedican al crimen real, reacciones extremas y encontradas. Como no estoy de acuerdo con el odio por el odio, los insultos gratuitos, la falta de respeto y la difamación, siendo este un espacio para la libre expresión favorable o contraria, pero fundamentada, justificada y mejor o peor argumentada, aunque con respeto, elegancia, educación y sensatez, que es lo que lleva demostrando la comunidad de mi gente lectófila durante un año, serás bienvenido siempre y cuando muestres el respeto y la educación que Paco Emilio y su libro merecen, tanto si estás de acuerdo, como si estás en desacuerdo con su testimonio. Si tu intención es insultar, faltar al respeto o difamar a Paco Emilio y su libro, no pierdas el tiempo, te equivocaste de lugar. Ya tienes el resto de internet y todas las redes sociales para hacerlo. 

   Gracias de antemano por vuestra comprensión.

4 comentarios:

  1. Que pedazo de cabrón que al final me metes de lleno en esa historia, imposible de escapar después de ver el vídeo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Bro, lo siento pero al final o lo subía y me lo quitaba de encima o reventaba. He intentado ponerme en contacto con el autor para concretar todo lo que he dicho, buscando ser lo más objetivo posible, especialmente la fecha de publicación y poder dar datos concretos y fiables, pero ha sido imposible, así que, bueno, iré comprobando en las librerías e internet hasta que salga a la venta y lo compraré. No tengo idea de nada en referencia al contenido del libro, pero al menos es un testimonio diferente y un documento significativo sobre cómo se construye una teoría de la conspiración que cala en la sociedad.

      Eliminar
  2. Conozco el caso y es muy atrapante. Yo era 30 o 35 años más joven así que imagínese, fue muy conocido. Espero no ser muy repetitivo para usted pero realmente me parece destacable la variedad de su contenido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y precisamente si fue tan conocido se debió al trabajo mediático intensísimo desarrollado por el padre de Miriam, Fernando García, el que poco a poco iría sumiéndose en la elaboración de una de las teorías conspirativas más extravagantes que se han inventado jamás, arrastrando a las 3 familias en principio, hasta que Rosa Folch recuperó la sensatez y se dio cuenta de la locura que estaba pasando, pues tanto Fernando García como Juan Ignacio Blanco llegaron a acusar públicamente a personalidades de la política o el cine sin ningún fundamento, lo cual generó, como era evidente, querellas contra ambos personajes y el programa televisivo que les dio voz, generando también un daño objetivo a las familias, al mostrar imágenes en público para las que no tenían permiso, robando el sumario del caso a su propio abogado. ¿Por qué deberíamos confiar en personajes así y simultáneamente desconfiar de las instituciones sociales? Imagínese un libro que habla del proceso de creación de una teoría conspirativa de ese calibre, desde dentro, cuando el autor era partícipe de una especulación que puede calmar ansiedades y dar la sensación de seguridad a unas personas que creen en ello, pero también generan un daño irreparable a otras muchas personas, que son difamadas injustamente o tienen que exponerse a cosas desagradables contra su propia voluntad, como ocurrió con Rosa Folch, también madre de una de las víctimas y por tanto, igual de víctima que Fernando García de un crimen impresentable y deleznable que ya había sucedido y por tanto era inevitable, pero también de un caso que era prescindible y generó un daño innecesario pero irreversible por nuestra desconfianza obsesiva en las instituciones y la justicia.

      Eliminar