jueves, 4 de septiembre de 2025

'MEMORIAS DE UN EXNAZI' de David Saavedra (reseña)

Acabo de leer el libro MEMORIAS DE UN EXNAZI. Veinte años en la extrema derecha.


   Escrito por el militar español David Saavedra (cuyo apellido es un pseudónimo, aunque el nombre sí sea real), nacido el 16 de julio de 1981 en Pontevedra, Galicia, España. Formado como administrador de sistemas informáticos y proyectos de obra civil, no obstante y tras dar unos cuantos tumbos por el mundo laboral, decidió hacerse militar en 2006, donde sigue ejerciendo a nivel profesional como sargento primero, si mal no estoy informado.


   Lo mas importante de la figura que representa David Saavedra reside en lo que afirma el subtítulo del libro: pasar 20 años de su vida militando en las filas del neonazismo patrio, siendo este hecho el que diferencia su vida de cualquier otra que no haya pasado por ahí y recorrido la trayectoria posterior. 

   Pero las cosas son todavía más fascinantes en este caso si cabe, pues el autor del magnífico e imprescindible libro aquí reseñado no se queda en la superficie de una ideología política radicalizada y más o menos marginal, como hacen otros tantos libros excelentes a mi juicio, destacando el ya citado en otro artículo reciente Diario de un skin, de Antonio Salas; los también citados del historiador español Xavier Casals i Meseguer, o tantos otros que hay, incluyendo el de personas que dan un testimonio similar al de David Saavedra, pero desde otro contexto, como, por ejemplo, ex miembros de sectas, entre otros casos y perfiles similares sobre los lugares hasta donde nos puede llevar el radicalismo, el fanatismo o el integrismo, independientemente de la ideología profesada.

   La pregunta ineludible es: ¿Por qué se produce una diferencia tan sustancial a mi parecer? Pues porque Saavedra no se queda en el testimonio de lo vivido, cual ejercicio terapéutico de comprensión y reconstrucción, así como autodescubrimiento partiendo de cero, sino que va mucho más lejos de quedarse simplemente en desentrañar la mecánica del neonazismo como ejemplo evidente de radicalización politizada en este caso (en otros casos es religiosa, filosófica, identitaria, etcétera), sino que lleva años yendo a las raíces, los orígenes, el trasfondo y la esencia profunda del problema de la radicalización. Para ello está desarrollando un modelo aproximativo al que suele catalogar como "teoría de la burbuja" que explica al detalle en varios vídeos de su canal de YouTube 'David Saavedra' y su trabajo personal con este asunto deriva en 2 acciones memorables a tener en cuenta, según servidor lo ve: desentrañar los procesos de radicalización al detalle por una parte y ayudar a evitar la radicalización por otra parte, destacando las presentaciones en colegios e institutos con adolescentes, o implementar procesos de desradicalización cuando el proceso radicalizador está activo.

   Mi ejemplar es una primera reimpresión (segunda edición) publicada en noviembre de 2023 por SINE QUA NON y Ediciones B, sellos editoriales de Penguin Random House Grupo Editorial (del que ya he hablado en otros artículos). La primera edición salió a la venta en mayo de 2021.


   El libro tiene 366 páginas repartidas en la introducción, 11 capítulos numerados y titulados, que se desarrollan en 45 subcapítulos (si mal no he contado), el epílogo y los agradecimientos.

   Se trata de una durísima y conmovedora autobiografía sincera, escrita desde el corazón y los dolorosos recuerdos que conforman la juventud y madurez interrumpida de un ser humano normal, con las mismas condiciones de la mayoría de la población española, en el que nos podemos ver identificados casi todos, especialmente los jóvenes que abandonan la adolescencia y se embarcan en la plena juventud.


   La introducción ya es toda una declaración de intenciones a varios niveles: "Igual de rápido que ascendí hasta la cima de la organización, me despeñé por un precipio que me situó a las puertas del terrorismo. Un día empecé a dudar. Inicié un proceso que me vació por dentro y por fuera. Me quedé sin amistades, sin bares a los que acudir, sin ideas en las que refugiarme. El cañón de una pistola metido en la boca fue la señal de que había tocado fondo. Poco a poco empecé a remontar. Aún sigo remontando, porque el proceso de desconexión es tan largo que, creo, nunca acabaré de completarlo" (páginas 15 y 16). 

   Esta es la contundente declaración donde se desnuda a nivel personal con la mayor intimidad. No me cabe mucha duda sobre la cantidad de horas de terapia que habrá necesitado el autor para compartir públicamente el texto citado, pero no se queda ahí tan solo, pues también declara sus intenciones a nivel político e ideológico: "Este no es un libro antifascista ni tampoco pretende ser una crítica radical y despiadada de la ultraderecha" (página 16). Luego sigue ampliando: "No he adoptado una postura contraria que sustituya a la inicial. Los procesos mentales que he superado me han permitido desarrollar una nueva personalidad sobre y no contra la anterior. La esencia de esta obra se acerca más a una radiografía de la extrema derecha española" (página 17). De esta manera el autor nos muestra toda una declaración de intenciones, con reflexiones a diferentes niveles en la amplia introducción (páginas 15 a 27).

   Luego, capítulo a capítulo, nos iremos sumergiendo en la vida de un adolescente gallego cuya familia es totalmente funcional dentro de la normalidad social vigente en España, tras la Transición democrática. El autor no destacaba en nada ni por encima ni por debajo, siendo un adolescente más del montón, hasta que suceden 2 acontecimientos cruciales: ver un documental televisivo donde Adolf Hitler (1889-1945) hablaba a las multitudes en un atril y luego leer un libro histórico sobre un acorazado alemán nazi hundido en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. 

   Por algún motivo que el autor desconoce, pues en su familia no hay tradición militar ni ideologización política, la figura de Hitler, su idea sesgada y distorsionada de lo que él percibía como alemanes, así como la Segunda Guerra Mundial en especial, despertó una fascinación que, unida a la torpeza de su familia, le llevó a sumergirse en la "burbuja" del neonazismo patrio, aunque de entrada no tuviera ni idea de lo que fue el nazismo alemán (1933-1945): "En aquel momento tenía quince o dieciséis años. Vivía en Pontevedra, era un pésimo estudiante y odiaba intensamente el contacto con los libros, fueran de la temática que fuesen. Lo único que me interesaba en la vida eran los videojuegos. No tenía inquietudes ni sabía lo que haría en el futuro con mi vida en el terreno profesional. Por lo demás era un muchacho normal y corriente. No destacaba en nada, ni por arriba ni por abajo. Nunca había estado metido ni en política ni en cuestiones de grupos o tribus urbanas. En mi familia no había precedentes de comportamientos radicales, ni de un lado ni del otro. El ambiente en mi hogar siempre fue normal y, afortunadamente, nunca se vivió nada que marcase mi infancia ni mi adolescencia de un modo traumático" (página 32). Con solo 6 años de edad más que él y en la otra punta de la península, suscribo con exactitud lo mismo (exceptuando el detalle de los videojuegos) en mi caso y el de la aplastante mayoría de personas que he conocido a lo largo de mi medio siglo de vida. Esto nos debe hacer reflexionar algo ineludible: cualquiera es vulnerable al proceso de radicalización si se dan las circunstancias adecuadas.

   Un punto importante es entender a qué se refiere el autor cuando habla de la "burbuja": según yo lo entiendo, hace referencia a un proceso psicológico en bucle, donde se activan los sesgos cognitivos para filtrar la información hacia una dirección concreta que nos sume en una realidad subjetiva retroalimentada hasta quedar atrapados dentro, aislándonos selectivamente de cualquier información que disienta o nos aporte otra visión distinta, de ahí la idea de "burbuja". Aunque este concepto tiene varias definiciones que van desde un efecto físico ambiental y atmosférico hasta una definición económica, pasando por una aplicación terapéutica, en este caso nos acogemos a la acepción más figurada de la segunda definición: "Habitáculo hermético y aislado del exterior" (Real Academia Española). 

   "Entrar en la burbuja", entendida metafóricamente como proceso psicológico, es, de acuerdo con David Saavedra, el paso previo al proceso de radicalización, que vendrá inmediatamente después con mucha probabilidad, pues "entrar en la burbuja" nos vuelve muy vulnerables. Esto significa (y ahí reside la importancia del trabajo que realiza este singular militar español a mi juicio) que los procesos de radicalización empiezan con un comportamiento que a nivel cognitivo nos va aislando poco a poco, al elegir la información que dejamos entrar en nuestro campo perceptivo, con excesivos sesgos injustificados. Pero no menos importante es la insistencia del autor en su compromiso pedagógico por ver la irrelevancia del continente ideológico en el que se produzca, ya que es irrelevante, debiendo prestar atención en realidad al proceso radicalizador, para intentar evitarlo o intervenir desradicalizando si el proceso de radicalización ya ha arraigado.

   Aunque a lo largo del libro los postulados que fundamentan la teoría de la burbuja ya asoman, en realidad se trata de un ejercicio literario terapéutico por definición, la ópera prima de un autor nada convencional como otros en la misma onda, es decir, que escriben memorias autobiográficas para intentar "exorcizar" sus "demonios" pasados y "fantasmas" psicológicos, en forma de poderoso ejercicio psicoterapéutico de gran poder y utilidad, que les ayuda a comprenderse a sí mismos, que los demás los comprendamos y también explicarse. Y si no es un autor nada convencional es porque David Saavedra ha "buceado" hasta las profundidades de su ser, para traernos uno de los mayores regalos al resto de congéneres, aunque eso le haya costado carísimo, casi la vida literalmente, como veremos en la recta final del libro, capítulo 10, 'Ruptura' (páginas 305 a 332), en especial los 2 últimos subcapítulos: 'El hundimiento del castillo de naipes' (páginas 315 a 320) y 'Un largo camino hacia la luz' (páginas 326 a 332).

   No sé si decidirá hacerlo o no, pues soy consciente del trabajo que implicaría y como muy bien él mismo ha comentado en alguna que otra entrevista internáutica de pódcast, le lleva unos 4 años escribir un libro, pero considero y estoy seguro (aunque podría equivocarme) de que sería muy útil escribir varios libros donde expusiera, en principio, todo lo que ha descubierto sobre la teoría de la burbuja y el proceso de radicalización, para continuar investigando, aprendiendo y evolucionando. Sí, David Saavedra es de esas personas, solo hay que ver la trayectoria seguida desde que salió de su "burbuja" y proceso de radicalización particular, el neonazismo, a través de la decisión tomada por él: exposición mediática e internáutica total.

   Durante 10 de los 11 capítulos asistiremos con él a su proceso de radicalización e inmersión en la burbuja neonazi española. Si bien con Antonio Salas estuvimos en tensión todo el tiempo por si lo descubrían o no (siendo ese el principal "macguffin" o motivo argumental que hace avanzar la trama, aunque no tenga gran relevancia en sí mismo, del libro Diario de un skin), lo cual nos impedía consumar la experiencia neonazi y skinhead en sí, pues en todo momento se superponían las reflexiones moralizantes del presunto periodista de investigación infiltrado con cámara oculta, en el caso de Saavedra no hay nada de esto, pues la inmersión es completa, a fondo y hasta las últimas consecuencias, mediante un compromiso absoluto, desglosando al detalle la experiencia de convertirse en un neonazi "purista" (como le gustaba autodefinirse a Saavedra y sus amigos más íntimos o compañeros de camino), sintiendo, pensando, razonando, hablando y actuando como un verdadero y genuino neonazi. 

   Claro, desde fuera es fácil juzgar con prejuicios e información de segunda mano, pero mientras no estamos ahí metidos no sabemos cómo funciona y opera ese mundo, cual "burbuja" aislada de la realidad y radicalizada mediante una serie de creencias políticas extremas, donde se usan las teorías de la conspiración cual doctrina argumental angular (algo inherente al propio régimen nazi alemán que dio origen y fundamento real a estos movimientos posteriores, aunque nunca pueden ser nazis por definición, pues el nazismo fue abolido en 1945 y Alemania también fue desnazificada al completo, siendo en realidad reinterpretaciones desvirtuadas donde se mezclan muchos aspectos, tanto políticos y sociales inevitables, debido al tiempo transcurrido, como de otro tipo). 

   El autor consigue que nos metamos, pero a diferencia de Salas, que lo mejor de su libro es lo literario según mi opinión, nos ayudará a entender los motivos y las razones que nos llevan hasta ahí, pues en el primer capítulo, 'El principio' (páginas 29 a 75), no dará comienzo ya radicalizado, sino antes de "entrar en la burbuja", detallando el primer paso muy común e identificable: la espuria, falsa y equívoca, pero empoderadora idea condicionante del "despertar", que nos hace sentir únicos, diferentes y elitistas, es decir, con la errónea sensación de que sabemos algo especial sobre el funcionamiento del mundo que el resto ignora. Y así se titula el subcapítulo que nos sumergirá, junto al autor, en su proceso de radicalización, 'El despertar' (páginas 33 a 39). Luego vendrá el hecho de 'Entrar en la burbuja' (páginas 39 a 47) a los 18 años de edad, a través del primitivo internet de la época (hablamos de 1999), básicamente chats y foros neonazis, donde la vivencia no puede ser más arquetípica: "La clandestinidad y el sentimiento de persecución que los rodeaba causaba en mí una honda impresión. Sentía que estaba accediendo a un conocimiento prohibido transmitido celosamente a una élite de escogidos" (páginas 40 y 41).

   A partir de aquí el proceso de radicalización irá aumentado poco a poco, paso a paso, hasta verse inmerso de manera irreversible. Algo imposible de contar y destripar en la reseña, pues perdería toda la gracia y el interés, ya que el libro es un elaborado trabajo de memorias durísimas que no tiene desperdicio y le habrá costado infinidad de sufrimiento plasmar al autor sin duda. No obstante quisiera señalar una última cita, antes de pasar a mi conclusión valorativa, en referencia a su salida de la "burbuja" neonazi: "Fueron tiempos duros. No estaba perdiendo datos o ideas, estaba perdiendo certezas. Creo que muy poca gente sabe lo que implica perder una certeza, y menos lo que significa perderlas todas" (página 320). He aquí la clave a mi parecer, de la que deberíamos aprender todos los seres humanos, pues incluso hasta los que no estamos radicalizados, nuestro cerebro intenta jugárnosla a cada momento, por el simple hecho de que tolera muy mal la incertidumbre. Creo que todos deberíamos revisar nuestro sistema de creencias y ver qué puede estar convirtiéndose en una posible "certeza", para reciclarla y desecharla, buscando nuevas vías, interpretaciones y enfoques, especialmente si la sensación de "certeza" nos está llevando por un camino de bloqueo o perjuicio alguno, en concreto si ese perjuicio afecta a alguien más por nuestra inconsciencia u obcecación. No es fácil, pero libros como el de David Saavedra nos ayudan a tomar conciencia y hacerlo, al menos a mi parecer.

   Aunque opino que este libro es una lectura (varias) importante para cualquiera, no obstante creo que debería ser una lectura aconsejada (soy ajeno a lo "obligatorio") y trabajada en colegios e institutos, pues a pesar de la alta probabilidad de no tener efecto en muchos adolescentes, creo que en no pocos podría funcionar como funcionó el primer libro leído por David Saavedra y que marcó un punto de inflexión en su vida, pues a mí también me sucedió por otros motivos y con otro tema muy distinto, pero eso despertó la lectofilia en mí hasta hoy: "Por simple casualidad, mi primera lectura sobre la última gran guerra daba una visión más que positiva del ejército alemán. [...] Una lectura tiene la capacidad real de modificarnos profundamente y reescribirnos. Provoca una impresión imperecedera que sin duda se graba a fuego en la memoria y en la mente" (página 34). Doy fe y lo suscribo.

5 comentarios:

  1. Déjeme decirle que éste artículo es arriesgado pero importante, que está muy bien expresado y detallado. Usted es un ejemplo de tolerancia y este espacio es diversidad cultural plena.

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    1. Es una de las experiencias vitales más duras y alejadas de mi realidad personal que he leído en toda mi vida. Considero que las vivencias al límite de David Saavedra muestran el mayor peligro real sobre cómo se puede torcer nuestra vida en un momento dado y acabar muy mal, tanto para nosotros como, en especial, para los demás, que no tienen ninguna culpa, pero pagan las consecuencias de nuestra inconsciencia y falta de gestión emocional madura y adulta. El ejemplo serían personas como el terrorista y asesino en masa noruego Anders Behring Breivik o el también terrorista y asesino en masa australiano Brenton Harrison Tarrant, que empezaron como Saavedra pero llevaron su proceso de radicalización hasta el último extremo, donde Saavedra, por suerte, se detuvo a tiempo, aunque a punto estuvo de llegar al final. El problema es que este proceso va más allá de las ideologías y vemos casos en todo el espectro ideológico, sea político o religioso, cuyo comportamiento de las personas radicalizadas es un peligro no tanto para ellas (que también) sino para la sociedad, afectando a personas inocentes que ven su vida truncada por culpa de unos sesgos cognitivos y falta de correcta gestión emocional de nuestra vida (los psicópatas serían otro caso aparte). Le agradezco sus palabras siempre. Ojalá fuera un ejemplo de tolerancia, pues a veces también me cuesta gestionar mis emociones y necesito no poco tiempo. Eso sí, pretendo que este sitio sea un espacio de diversidad cultural, pues personalmente me interesan todos los temas, pero también opino que nada debe ocultarse ni obviarse, pues en las sombras y la indiferencia es donde las ideologías se hacen fuertes, aunque solo sea un punto subjetivo de vista.

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  2. Yo también abogó como usted por la variedad y las diferencias. Dar voz a todas las corrientes no implica estar de acuerdo, este espacio sólo recoge y expone diferentes posturas y géneros, para mi ahí radica su autenticidad, usted no es comercial ni busca lo que se espera. Usted es libre y hace uso de su libertad.

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    1. Espero sinceramente no estar siendo comercial de nada ni nadie, pues entonces sería el comercial más conveniente, no por hacer bien mi trabajo de ventas, sino porque lo hago gratis (y con mucho gusto). Sí, la verdad es que me siento libre y hago lo que me gusta de corazón, intentando acercarme a todo lo que hay para conocer con curiosidad sus motivos y razones, dando luego mi opinión al compartirlo; opinión que únicamente es eso: un punto de vista más entre tantos. Pero esto no es por querer hacer algo especial o diferente en el blog a propósito, es que llevo 30 años haciéndolo así en mi vida y el blog es un pequeño reflejo de esa vida.

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    2. Es usted una persona leída y culta, realmente me parece que hace un trabajo elogiable. Es un placer siempre recomendar su blog y mucho más seguirlo y disfrutar sus reseñas.

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