Acabo de leer (por enésima vez) el libro Piel de plata.
Escrito por el significativo traductor literario y escritor español Javier Calvo Perales, nacido en 1973 en Barcelona, Cataluña, España. Licenciado en periodismo, cursó estudios de literatura comparada. Ha vivido a medio camino entre España y Estados Unidos donde, al parecer, reside en la actualidad (está casado con la escritora y fotógrafa estadounidense Mara Faye Lethem). Aunque es un excelente escritor consolidado (su primera novela se publicó en 2001), no obstante se ha especializado en la traducción literaria. Desde hace años está considerado uno de los mejores traductores del inglés por méritos propios, traduciendo a una amplia cantidad de autores anglosajones, tanto conocidos como desconocidos, destacando a los contemporáneos. Ha trabajado para todo tipo de editoriales, desde los grandes grupos hasta las independientes más pequeñas. Siempre que veas un libro publicado originalmente en inglés y traducido por Javier Calvo, es garantía de la mayor calidad.
Personalmente conocí el trabajo de Calvo hace años gracias a Editorial La Felguera, aunque ya había leído algunos libros traducidos por él en Penguin Random House. Lo más sorprendente para mí fue descubrir que, además de un excelente traductor con solvencia y garantía de calidad para el lector, se trata de un importante experto y exégeta de figuras clave en el mundo de la magia ceremonial y el esoterocultismo, como los británicos Aleister Crowley (1875-1947) o Alan Moore. Todos los libros publicados por La Felguera, en la colección Zodiaco Negro, de ambos autores, han estado a cargo de Javier Calvo, tanto en la traducción como muchas veces también en la introducción. A partir de entonces decidí prestarle más atención a su faceta como escritor (que hasta el momento no conocía tanto) y me sorprendió lo polifacético que era, con novelas y relatos de todo tipo, pero también un par de interesantes ensayos. Hasta que, hace 6 años, llegó Piel de plata.
Descubrí el primer ejemplar que tuve, en las novedades de la librería Atenea (no recuerdo si ya era Atenea o todavía Nobel), poco después de ser publicado. Lo compré y no lo leí, más bien lo devoré en poco tiempo. Desde entonces se convirtió en mi novela favorita con diferencia de un autor español y uno de los mejores libros de ficción que he leído en mi extensa trayectoria de 3 décadas como lector empedernido. Nadie (al menos que ahora mismo recuerde) me ha hecho vivir todo lo que me hizo vivir en su momento Piel de plata, destacando a los autores patrios que, sobre todo cuando escriben literatura de género, se quedan muy cortos a mi parecer (en creatividad, imaginación, atmósfera, profundidad, desarrollo) comparados con los autores anglosajones. De ahí que cuando apuesto por la lectura de literatura de ficción, tenga cierta aprensión y tendencia a buscar más bien autores anglosajones que españoles. Exceptuando Piel de plata, mi verdadera excepción a la regla.
Mi ejemplar es una primera edición publicada en septiembre de 2019 por Seix Barral en la mítica colección Biblioteca Breve, una de las mejores editoriales españolas de largo recorrido, actualmente sello editorial del Grupo Planeta. Fundada originalmente en 1911 por Victoriano Seix, asociado con los hermanos Barral (Luis y Carlos) como empresa de artes gráficas, en principio fue dirigida por su hijo, el editor español Joan Seix Miralta (1903-1993), pero no sería hasta la llegada de su nieto, el también editor español Víctor Seix Perearnau (1923-1967), que se asoció con el poeta español y uno de los mejores editores patrios de toda nuestra historia, Carlos Barral Agesta (1928-1989), también descendiente de los Barral fundadores, en 1955, cuando la editorial se convertiría en una de las más importantes del panorama literario no solo patrio sino internacional. Desde 1982 pertenece al Grupo Planeta.
El libro tiene 318 páginas repartidas en 14 capítulos numerados con números romanos y titulados, un epílogo, las notas y agradecimientos.
Se trata de una brillante novela iniciática sincopada y disruptiva que se lee de un tirón, con un pulso narrativo acelerado e inusual por completo en los autores españoles y una amplia cantidad de referencias literarias y cultura popular, más propia de los autores anglosajones contraculturales que buscan remover al lector y provocar un impacto reflexivo en diversas direcciones, usando los mejores recursos de la literatura de género, especialmente la ciencia ficción de la Nueva Ola, para que nos cuestionemos la realidad y con ella, todos los lugares comunes a los que nos hemos acostumbrado por inercia inconscienciada. Por eso considero que esta es una de las mejores novelas iniciáticas que he leído.
El trasfondo de la novela está centrado en la temática del paso de la incombustible adolescencia inmadura, ingenua y repleta de experiencias idealizadas que buscan el encuentro de la propia identidad, a través de múltiples referentes, a la juventud aposentada y más tranquila, camino de una madurez reflexiva adulta que, no obstante, siempre arrastrará una nostalgia por lo vivido, pero con un discernimiento anteriormente ausente. Esa temática es tratada por Javier Calvo como rito de paso iniciático, de una manera brillante y difícil de encontrar en otros autores.
Pero no solo se queda ahí el asunto, pues también hay en ese trasfondo un tratamiento exhaustivo y muy reflexivo de la salud y los trastornos mentales, enfocado el asunto como parte de la trama e intención final, es decir, el rito de paso que va desde la inmadurez adolescente en busca de la identidad personal, a la madurez juvenil que se adapta a la vida cotidiana, haciéndonos pasar de un viaje sincopado por la locura, las drogas o el enamoramiento platónico idealizado, hasta la verdadera realidad aplastante de la vida cotidiana.
Con cierto aroma autobiográfico omnipresente a lo largo de toda la novela (única manera a mi parecer de escribir algo tan bueno como esta novela) desde el principio, el magnífico autor nos sumerge en una serie de influencias literarias y filosóficas significativas, que han sido indudablemente parte de su formación y crecimiento personal e intelectual, destacando al prolífico y maravilloso escritor británico de fantasía y ciencia ficción británico Michael Moorcock, uno de los fundadores y mayores representantes de la Nueva Ola, que en la novela de Calvo aparece ligeramente velado en el personaje ficticio de Cooper Crowe, la mayor influencia literaria del protagonista, un adolescente de 14 años llamado Pol, donde averiguamos parte importante de la vida, los pensamientos, las influencias y no pocas reflexiones de este magnífico autor y traductor sin parangón. Pero también destaca el poeta, mitólogo y crítico de arte español Juan Eduardo Cirlot Laporta (1916-1973) o el grupo musical británico de neofolk Death in June.
Esta breve novela de rápida lectura es un artefacto cultural comprimido que se desdobla en múltiples aspectos, desde una metáfora iniciática cual rito de paso, hasta un cuestionamiento filosófico de la realidad, pasando por el poder disruptivo de la literatura y las artes, el abordaje de la salud mental o la importancia de los referentes culturales que nos ayudan en el proceso de construcción de la identidad, con guiños literarios constantes que solo podremos apreciar en su maestría si previamente conocemos a los autores citados y sus obras, aunque también esta novela sirve como catálogo para descubrir a esos mismos autores citados, lo cual hará que las siguientes relecturas (como le pasó a servidor) sean diferentes y más enriquecedoras si cabe.


















































