viernes, 22 de agosto de 2025

'¿Por qué dividimos entre interno y externo?' Análisis subjetivo de las reflexiones krishnamurtianas

Dedicado a mi nuevo "krishnamigo"

Gracias por ser un lector habitual del blog y compartir conmigo la pasión por el singular orador hindú más genuino de la historia



Como ya dije en el artículo que hay un poco más abajo en este blog, dedicado a reseñar el que a mi juicio es el mejor libro del autor (en el caso citado con toda propiedad, pues el contenido fue escrito de su puño y letra), Jiddu Krishnamurti (1895-1986) ha sido el ser humano que, como pensador, más me ha influido a lo largo de mi vida. 

   Su radical pensamiento disruptivo con cualquier otra forma de pensamiento humano no es lo habitual en nuestra historia, por eso fue un pensador tan influyente a lo largo del siglo XX, surgiendo imitadores que se quedaron o muy cortos o en evidencia con rapidez, destacando el caso del más moderadamente exitoso que, por casualidad o no, se llamaba como él: Uppaluri Gopala Krishnamurti (1918-2007), más conocido como U. G. Krishnamurti. 

   Aunque el mensaje de fondo es parecido, en realidad no tenían parentesco ni familiar ni personal. También leí alguno de sus libros hace años (no es fácil de encontrar, pero la editorial Gulaab Ediciones, perteneciente al Grupo Gaia, publicó alguno de esos escasos libros) pero a mi parecer, U. G. intentó ser más radical e ir todavía más lejos que su tocayo, aunque simplemente se quedó en un "imitador" sin excesiva relevancia. Donde en Jiddu todo es fluido y natural, en U. G. todo suena forzado y sin naturalidad, como queriendo superar en radicalidad las reflexiones krishnamurtianas originales que, por descontado, también le influyeron a él sin duda. Si te apetece leer a este interesante personaje y hacerte una idea propia, sus libros más populares son: El coraje de estar solo (Gulaab Ediciones, Móstoles, 1998) y El pensamiento es tu enemigo (Gulaab Ediciones, Móstoles, 2002) o el más reciente y accesible La Mente es un Mito. Inquietantes conversaciones con un hombre llamado U.G. (Editorial Sirio, Málaga, 2012), que es una doble reedición publicada originalmente por Gulaab Ediciones, en cuya web se pueden descargar varios libros digitales y extractos de sus charlas: LIBROS DE U.G. KRISHNAMURTI EN CASTELLANO.

   Otro aspecto importante de Krishnamurti fue la inauguración involuntaria de una figura que, hasta su existencia y trayectoria prácticamente no existía en el mundo de la espiritualidad y a partir de entonces se ha vuelto ubicua y de moda: el fenómeno del "gurú antigurús", que se presenta en muchos formatos, el principal de los cuales son los libros de "autoayuda antiautoayuda".

   Aunque el pensamiento krishnamurtiano es inclasificable, no obstante el mundo editorial necesitaba una clasificación para poder vender sus libros, así que fue clasificado en la sección de espiritualidad, imagino que por sus orígenes y pasado juvenil, aunque a mi juicio sus aportaciones deberían estar en el mundo de la psicología, pues nadie ha comprendido la mente humana, así como el comportamiento, la conducta, los hábitos, las costumbres y el complejo pero inequívoco mundo de las creencias a nivel psicológico, como él, según servidor lo entiende, pero tenemos el problema de las titulaciones y acreditaciones académicas de las que Krishnamurti carecía, además de la falta de investigación científica, por tanto es comprensible que acabara clasificado o bien entre la espiritualidad o bien entre la autoayuda.

   Y ahora sí, vayamos al grano: la singularidad del libro MENTE EN SILENCIO (Editorial Kairós, Barcelona, 2022) es muy diferente al resto de libros publicados, pues, como ya expliqué en el anterior artículo de reseña, se trata de un libro compuesto por escritos amanuenses del propio autor, algo inusual y nada común en él, conferenciante que básicamente daba charlas y dialogaba con interlocutores, pero no solía escribía mucho, más allá de sus diarios personales. El libro citado está compuesto por 60 capítulos repartidos en 3 partes, que adoptan la forma de exploraciones sobre el vivir, el aprender y la meditación. 23 de esos capítulos son de la mayor rareza literaria y singularidad, pues están compuestos por reflexiones muy subjetivas, en forma de apreciaciones particulares que profundizan, con un autoanálisis forense, el pensamiento krishnamurtiano. Por ese motivo y debido al impulso motivador que me ha dado el que considero a partir de hoy mi "krishnamigo" (ese amigo de J. Antonio al que le gusta Krishnamurti, sí, tú, lector habitual del blog), he decidido homenajear al señor hindú que tanto me ha dado (nos ha dado) en la vida y al que le estoy eternamente agradecido, adelantándome más de una semana a la propuesta para septiembre que, al parecer, rondaba por el aire.


   La primera reflexión del libro se titula: '¿Por qué dividimos entre interno y externo?', encontrándose entre las páginas 37 y 40. El título ya es elocuente por sí mismo en continente y contenido, pues está planteado, por una parte, a la manera krishnamurtiana por definición, en forma de pregunta mayéutica que busca la autoindagación por parte del lector y no una respuesta cerrada, que es lo que dan las religiones, la política, la filosofía y los gurús o maestros espirituales (excepto la ciencia, cuyo "espíritu" y metodología es la indagación desprejuiciada para encontrar respuestas en los hechos, no en las creencias prefabricadas). Eso en lo referido al continente. Luego tenemos el contenido, uno de los temas que más veces y con mayor exhaustiva profundidad trató el genuino librepensador hindú: interrogar los motivos por los cuáles siempre dividimos entre el interior y lo exterior. Veamos hasta dónde puede llegar en apenas 4 páginas.

   Las 2 primeras páginas son una especie de introducción (37 y 38) centrada en los líderes políticos hindúes del momento en que escribió la reflexión, entre finales de la década de 1960 y principios de la década de 1970. Es lo que afirma el prólogo explicativo 'Exploraciones con Krishnamurti': "Aquí han sido compiladas sesenta conversaciones, que no habían sido publicadas previamente, recordadas y escritas por Krishnamurti a finales de los años 60 y principios de los 70" (página 9). El análisis interpretativo forense que hace de esos políticos es abrumador, brutal, lúcido y de un discernimiento desconcertante: "Hablaban de la no violencia hasta el cansancio, pero eran personas violentas. Creían que era necesario no ser mundanos, pero todas sus acciones eran mundanas, políticas y sociales. Se expresaban con gestos de humildad, pero eran arrogantes. Seguían a los exitosos porque en sus corazones eran fracasados. Tenían un sagrado temor al sexo y algunos habían hecho votos de castidad, y aun así se rodeaban de mujeres. Perseguían la paz y, sin embargo, eran seres extraordinariamente torturados. [...] Se identificaban con el pobre y eran allegados al poderoso" (páginas 37 y 38). 

   Luego continúa unas líneas más abajo con esta reflexión: "Son como personas de cualquier otra parte que se han comprometido con una causa particular con la esperanza de que esta los condujera al éxito al llegar al final. Con o sin éxito tienen las manos y el corazón vacíos. Están llenos del conocimiento de otras personas y tienen muy poco del propio" (página 38).

   Hasta aquí todo bien. Esto, a pesar de la lucidez intensa que emite debido al análisis de las contradicciones inherentes al comportamiento humano, desde una perspectiva forense al detalle, no tendría mayor importancia, pues cualquiera con una agudeza intelectual suficiente puede hacerlo (y de hecho lo hace) igual. La diferencia, que marca un punto de inflexión no tan habitual a mi parecer, reside en lo que viene a continuación, siendo la matización suprimida en la mayoría de casos lo que demuestra la grandeza de Krishnamurti según servidor lo ve: "Esto no es una exageración cruel. La imagen es triste para todos, porque de alguna manera u otra todos pertenecemos a ese grupo de seres humanos. [...] Nosotros somos iguales. Esto no es una crítica a un determinado grupo; a través de él vemos todos los grupos y, por medio de estas personas, nos vemos a nosotros mismos. La mayoría estamos perdidos, infelices, solos y amargados" (páginas 38 y 39). Touché, Krishnamurti. 

   Desde el primer momento que leí un libro de este señor, me sentí "tocado" como nadie me había "tocado", pues siempre hacía reversibles las críticas hacia uno mismo, por eso me fui acostumbrando a reflexionar desde dentro, incluyéndome en cualquier crítica a lo que estuviera viendo ahí fuera, al surgir automáticamente esta pregunta: ¿Por qué siempre tiendo a juzgar lo que veo de forma autoexcluyente, como si yo no fuera también parte de eso mismo y así a mi manera? 

   Lo que aprendí al observar los hechos con la mayor imparcialidad posible, como proponía que hiciéramos Krishnamurti, es que a mayor vehemencia y severidad en la crítica emitida, menos podíamos hablar nosotros, emisores de esa crítica, pues la contradicción que nos dejaba en evidencia se volvía demasiado obvia. Llevo viendo el cumplimiento de esto citado casi como un axioma matemático en nuestro comportamiento, pues cuando yo mismo peor estoy, de peor forma me comporto y al poner un poco de lucidez autoindagadora en el asunto, descubro que en realidad estoy proyectando mi malestar sobre el otro, pero el problema en realidad es mío y me incumbe a mí, no al otro. Incluso tras haber leído durante una década los libros de Krishnamurti y trabajar con ello a diario, sigo comportándome como cualquiera, cometiendo los mismos errores de siempre, imagino que por pertenecer a la especie humana y estar habituado a verlo y hacerlo inconscientemente.

   Uno de los fenómenos más antikrishnamurtianos por definición que caracteriza a esta interesante época y generación a mi juicio, es el "troleo" y la cultura internáutica del odio ("hate") o las personas cuya decisión vital (entre todo el amplio espectro de lo que se puede elegir) es ser "odiadores" cuasi profesionales ("haters"), dedicando parte de su vida a ello. También está el arquetípico asunto del ciberacoso, que proviene del uso incorrecto e inadecuado de la moralidad distorsionada, un peligroso efecto y fenómeno psicológico de conformidad con el grupo, así como obediencia a la autoridad (como ya analizaron los psicólogos sociales Solomon Asch [1907-1996] y su alumno Stanley Milgram [1933-1984] en la segunda mitad del siglo XX). Aquí entran las contradicciones humanas a fondo, dejando muy en evidencia la importancia de lo que nos aportó Krishnamurti, mucho más esencial en esta época, según servidor lo ve, que incluso en la suya.

   Bueno, tras superar el asunto evidente de las obvias contradicciones tan elocuentemente retratadas por Krishnamurti, para volverlas reversibles y que nos las apliquemos a nosotros mismos, llega el momento cumbre: "Uno nunca puede separar lo externo de lo interno. La violencia y el desorden que hay fuera es la violencia y el desorden que hay dentro: los dos son lo mismo indivisiblemente" (página 39). Aquí es donde radica, según mi subjetiva interpretación, la clave del comportamiento humano y la probable explicación a la mayoría de conflictos que experimentamos como especie. Solo cuando somos capaces de ver, sin análisis intelectuales, es decir, de manera directa ("insight" catalogaba en inglés Krishnamurti ese ver), la importancia de la reflexión krishnamurtiana, es cuando damos el primer paso hacia la desvinculación de los comportamientos que retroalimentan el estado de las cosas en las sociedades humanas. Mientras no seamos capaces de experimentar una percepción directa sobre ello, no podremos avanzar, quedándonos atascados en el lugar donde nos encontramos actualmente, el mismo a mi parecer desde que dieron comienzo las primeras civilizaciones y sus "conocimientos" organizados: la religión y sus credos; la política y sus legislaciones; la filosofía y sus presuntas respuestas especulativas.

   Después llega la reflexión que evidencia nuestro proceder convencional, explicando también el comportamiento actual de "troles", "odiadores" y "ciberacosadores", usando de nuevo a los señores con los que empezó la reflexión como ejemplo, aunque representan un ejemplo extrapolable al resto de la humanidad: "La no violencia de estos hombres era un eslogan, un instrumento político de la violencia interna. Estaban en ellos la compulsión, la estricta disciplina y la conformidad a un brutal patrón de lo que consideraban la moralidad. También obligaban a otros a seguir el patrón. Siempre los acompañaba ese cruel conflicto de ajustarse a lo que ellos consideraban la virtud más elevada, la cual era un invento propio" (página 39).

   "La no violencia de estos hombres era un eslogan, un instrumento político de la violencia interna". 

   ¿No es un análisis evidente cuando observamos la realidad a nuestro alrededor? 

   ¿Y si fuéramos capaces de observar en profundidad cada acto nuestro con ese discernimiento, en lugar de intentar autoconvencernos y convencer a los demás de que nuestros puntos de vista están acertados, sin tener en cuenta primero qué de eslogan contradictorio pueden tener esos subjetivos puntos de vista?

   "Estaban en ellos la compulsión, la estricta disciplina y la conformidad a un brutal patrón de lo que consideraban la moralidad".

   ¿No reside aquí la esencia del peligro que conlleva la moralidad? 

   ¿Qué es en realidad la moralidad sino una concepción inventada por seres humanos y aplicada con arbitrariedad, pero siempre a favor nuestro y en contra de lo que censuramos o desaprobamos?

   ¿Alguien será capaz de preguntarse a sí mismo, cuando intenta ejercer una posición moralizante, si primero es coherente con esa posición o solo se trata del famoso postureo moral tan del moda hoy en día?

   Pero lo más significativo de todo viene en la siguiente parte de la reflexión, ya que es el comportamiento reflejo inevitable y automatizado en total inconscienciación: "También obligaban a otros a seguir el patrón".

   ¿No es exactamente eso lo que ha pasado, sigue pasando y sin duda seguirá pasando mientras seamos incapaces de aplicar un poco del discernimiento krishnamurtiano sobre nosotros mismos?

   Lo verdaderamente importante de esta reflexión a mi juicio no es el hecho de que tengamos una conformidad compulsiva a un patrón de moralidad siempre subjetiva, sino que veamos lo peligroso, tóxico y perjudicial a nivel social que es obligar, de una forma más sutil o menos, a otros para que comulguen y sigan ese patrón. No, nunca más. Es importante entender de una vez por todas que si tú quieres ajustarte a un patrón de moralidad lo hagas, pero deja a los demás en paz. Y eso es evidente que no podemos ni debemos esperarlo de los demás, sino que es necesario dar el primer paso, ser conscientes nosotros mismos y tanto no hacerlo con los demás, como tampoco permitir que los demás lo hagan con nosotros, poniendo a cada cual en su sitio cuando sea necesario.

   En la recta final de la reflexión, Krishnamurti se pregunta y nos pregunta: "¿Por qué dividimos lo externo de lo interno? ¿Es porque no podemos controlar lo externo y esperamos poder controlar y cambiar lo interno? ¿Es parte de nuestro escape intelectual de lo que realmente somos?" (Páginas 39 y 40). 3 preguntas en una, de una relevancia y lucidez a tener en cuenta. La evidencia de los hechos lleva siglos y milenios indicándonos que nunca controlaremos lo externo intentando controlar y cambiar lo interno, pues hacer eso, efectivamente, es parte de nuestro escape intelectual de lo que realmente somos... Atención al asunto: nuestro escape intelectual de lo que realmente somos. Pero Krishnamurti no quiere conformidad ni asentimiento ante nada, pues él sabía que la conformidad y el asentimiento no conduce a nada bueno, todo lo contrario, por eso las cuestiones importantes fueron planteadas entre interrogantes, para que nos interrogáramos, aunque nunca para que interrogáramos a los demás, pues esa es otra facilona y muy popular forma de escape intelectual: nunca me responsabilizo de nada y para ello le traslado las presuntas culpas a los demás, intentando desviar la atención sobre mí. Aparentemente brillante pero ya no cuela. Y si cuela, entonces deberíamos preocuparnos y tomar cartas en el asunto; nuestro asunto.

   "Sin morir al pasado dentro de nosotros, seguiremos inevitablemente el camino de la tradición que ha construido tanto lo interno como lo externo. Ambos están entrelazados y se determinan uno al otro. Ambos cambian cuando se niega el pasado. Al negarlo en nuestros propios corazones, lo negamos también en nuestras acciones, que son lo externo. [...] Dese cuenta de esto en la acción, en el vivir y en todas sus relaciones" (página 40).

jueves, 21 de agosto de 2025

'CREEPSHOW' de VV. AA. (reseña)

Acabo de leer el cómic CREEPSHOW. ¡¡¡RELATOS DE SUSPENSE Y TERROR!!! (CREEPSHOW VOL. 1).


   Escrito, ilustrado y coloreado por una amplia cantidad de autores reconocidos dentro del mundo del noveno arte, destacando a Chris Burnham, Adriano Lucas, David Lapham, Maria Lapham, Francesco Francavilla, Steve Orlando o Clay McLeod Chapman entre otros.


   Mi ejemplar es una primera edición publicada en febrero de 2025 por Moztros Producciones, una joven editorial española independiente, fundada en Barcelona en 2021 y especializada en noveno arte, "fusionando la pasión y la experiencia en la creación de novelas gráficas y manga de ediciones especiales" (MOZTROS). El formato es en rústica (tapas blandas) con papel satinado a todo color y cosido a hilo. Este es el formato estándar popular de los cómics baratos de precio, pero sin sacrificar un ápice de calidad. La edición original en inglés se publicó en 2022 y corrió a cargo de la empresa de entretenimiento multiplataforma Skybound Entertainment, filial de la significativa editorial estadounidense independiente Image Comics, especializada en noveno arte (la tercera en volumen de ventas en Estados Unidos).


   Por norma general, la edición de los cómics es muy diferente a la edición de los libros. En la aplastante mayoría de casos estamos ante una encuadernación de tapas duras y cosida a hilo, independientemente del papel usado, que casi siempre suele ser de la más alta calidad, tanto si es satinado como si no lo es. El efecto inmediato es doble, afectando primero al encarecimiento obvio de cada ejemplar, pero convirtiendo simultáneamente cada ejemplar en una obra de arte para coleccionistas. Aunque existe una alternativa cuando los editores quieren popularizar más un cómic e imagino, aumentar sus ventas y distribución: las tapas blandas (rústica) que no sacrifican ni la calidad del papel (muchas veces es mejor todavía si cabe) ni el encuadernado cosido a hilo, bajando el precio hasta una cantidad módica, casi más simbólica, pues la mayoría de veces es un precio estándar cerrado. Este último formato es la decisión tomada por MOZTROS para la traducción y edición española en castellano.

   El cómic tiene 128 páginas repartidas en un prólogo, una presentación y 10 fascinantes e ingeniosas historietas de terror, suspense y humor negro, pertenecientes al "fenómeno" Creepshow.


   Para entender este "fenómeno" disuelto, de manera confusa, en una amplia cantidad de productos audiovisuales y ahora cómics, que para un profano (alguien poco o nada versado, técnicamente hablando, en estas creaciones estadounidenses sin parangón, a pesar de la inequívoca influencia ejercida por ellas en la mayoría de la población desde la década de 1980) se mezcla con otros productos parecidos pero sin ninguna relación, creo necesario poner un poco de orden en este inmenso caos que, al menos partiendo de mi propia experiencia, nunca he sido capaz de entender correctamente a fondo hasta ayer. Por eso he decidido invertir un buen rato para investigar con la mayor exhaustividad aficionada posible el asunto, intentando poner un poco de orden a esta caótica cuestión que me persigue desde la adolescencia, cuando, imagino que de la misma forma que le habrá pasado a la gente de mi generación, llegaron estas invenciones, primero comiqueras y luego audiovisuales (cinematográficas y televisivas serializadas), que formaron parte influyente no solo del resto de nuestra vida, sino también de una o incluso 2 generaciones anteriores. Como es el caso de los 2 genios, uno literario y el otro cinematográfico, que se juntaron para crear el primer producto que daría comienzo al "fenómeno" Creepshow, una película de terror, suspense y humor negro que marcó un punto de inflexión en la historia de la cultura popular. Esos 2 genios a los que me refiero son el cineasta estadounidense nacionalizado canadiense George A. Romero (1940-2017) y el escritor estadounidense Stephen King (nacido el 21 de septiembre de 1947).

   Si bien es cierto que toda la historia del "fenómeno" Creepshow se remonta a la película 'Creepshow', escrita por Stephen King y rodada por George A. Romero, que se estrenó el 12 de noviembre de 1982 en Estados Unidos, no obstante, a partir de aquí es muy fácil perderse, debido a la cantidad de productos similares surgidos, tanto antes (en cómic) como después (en series televisivas) en torno a la estética audiovisual y temática que marcó un punto de inflexión en la historia cultural del terror, aunque al principio la película original que dio el pistoletazo de salida al "fenómeno" tuvo un éxito moderado, debido a la impactante rareza cinematográfica tan innovadora y diferente a lo que se había hecho hasta el momento. La propia película marcaría el primer punto de inflexión que, por unos medios artísticos o por otros, ya no nos ha abandonado a varias generaciones seguidas, "reencarnando" en uno u otro producto con cierta interrupción en la continuidad, aunque nunca siendo olvidado por la cultura popular, donde ha seguido sorprendiendo a propios y extraños, debido a varios motivos, los principales de los cuales son 3: el formato de historietas cortas muy ingeniosas, raras e impactantes; el estrambótico cadáver-personaje ficticio presentador de las historietas; la combinación entre terror, suspense y humor negro.

   La película 'Creepshow', base y fundamento de los cómics que recientemente han salido a la venta, fue en realidad una de las más memorables y perdurables creaciones del dúo Romero-King, que influyeron en la cultura popular como pocas creaciones artísticas hacen, aunque en realidad esa misma creación nunca procedió del mundo del séptimo arte en principio, sino del noveno, por eso estos cómics recientes son tan significativos para cualquier aficionado al "fenómeno" Creepshow, ya que cierran el "círculo". Evidentemente la historia que voy a contar la sabrá cualquier fan muy friki de la polifacética trayectoria literaria y vida, así como influencias personales del considerado maestro (rey, nunca mejor dicho) del terror y el suspense, Stephen King. Para el resto de no tan conocedores, ahí va: ¿Nunca te has preguntado por qué tanto el "fenómeno" Creepshow, como los productos audiovisuales derivados, asociados y/o influenciados por él, tienen cómics reales (aunque parecen ficticios) de base? La respuesta es la clave de todo para entender el origen del fenómeno.

   El asunto es una parte importante de la historia del noveno arte y se remonta al año 1944, cuando el editor de cómics estadounidense Maxwell Charles Gaines (1894-1947), más conocido como Max Gaines, fundó la editorial Educational Comics, abreviada como EC. En principio editó tiras de prensa, pero pronto se especializó en material propio, aunque solo basado en historietas de la 'Biblia' ilustradas y biografías de personajes importantes de la historia y la ciencia. Tras la prematura muerte del fundador en un accidente, se hizo inesperado cargo del negocio su hijo William Maxwell Gaines (1922-1992), más conocido como William M. Gaines quien, en realidad, había estudiado química para dedicarse profesionalmente a ella, abandonando su vocación de juventud. 3 años después, decidió dar un giro radical al negocio, reestructurando la editorial como Entertaining Comics, respetando así el acrónimo EC original de su padre. Durante la década de 1950 se especializó en cómics de terror, aunque también incursionó en la ficción científica, los crímenes y la guerra. Este cambio tan radical, inesperado y disruptivo supuso una novedad tan grande para la sociedad estadounidense inmersa en la llamada "guerra fría" y el macartismo (conocido como la "caza de brujas" estadounidense, fue un fenómeno político y social de acusaciones, difamación y represión que tuvo lugar en la década de 1950, tomando el nombre de su artífice, el político y senador estadounidense por Wisconsin Joseph McCarthy [1908-1957]), que acabó pasándole una inmensa factura a la editorial EC Comics, debido a una injustificada presión de la censura, especialmente en torno a las infundadas afirmaciones ridículas y pseudocientíficas del psiquiatra alemán nacionalizado estadounidense Fredric Wertham (1895-1981) a partir de un par de artículos escritos en 1948 y un nefasto libro publicado en 1954, sobre los presuntos efectos negativos que los cómics tendrían en el cerebro de los niños, aspecto totalmente refutado por las investigaciones científicas, pero que en aquella época tuvo consecuencias legales muy negativas para la industria del noveno arte, conduciendo a la creación de una comisión de investigación en el Congreso de los Estados Unidos contra esta industria.

   A partir de 1950 (en el peor momento histórico para la industria estadounidense del cómic) EC Comics, bajo la supervisión de Bill Gaines, publicó tres series de terror que tuvieron una gran acogida entre el público adolescente y juvenil, cambiando para siempre la forma en que se vive artísticamente el género del terror a nivel cultural: 'The Vault of Horror' (abril/mayo de 1950 a diciembre de 1954/enero de 1955), 'The Haunt of Fear' (mayo/junio de 1950 a noviembre/diciembre de 1954) y 'Tales from the Crypt' (octubre/noviembre de 1950 a febrero/marzo de 1955). Aunque las 3 series de historietas cortas ilustradas tuvieron un éxito sin precedentes, fue la última la que más destacó, traducida en España como 'Historias de la cripta', aportando principalmente al personaje más influyente de todos, el guardián de la cripta, así como el disruptivo estilo que marcaba un punto de inflexión en todas las producciones de terror anteriores, es decir, unir los géneros del terror y el suspense con un ácido, sarcástico y desacomplejado humor negro que se burlaba de todo y de todos, incluyendo metaficción autorreferencial que luego llegaría hasta extremos insospechados en la exitosa adaptación serializada televisiva por parte de la cadena de televisión por suscripción (es la pionera y primer canal de televisión por cable y satélite de la historia) estadounidense HBO (siglas de Home Box Office), fundada el 8 de noviembre de 1972, aunque sus actividades se remontan a 1965, 7 años antes de llamarse HBO, de título homónimo, 'Tales from the Crypt', la más longeva y con mayor cantidad de capítulos, de todos los productos televisivos serializados que se han llevado a efecto desde entonces, me refiero a la década de 1980. El primer episodio se emitió el 10 de febrero de 1989 y el último el 10 de julio de 1996, con 7 temporadas y un total de 93 capítulos. El producto más cercano en duración y capítulos fue 'Tales from the Darkside' producida por George A. Romero y emitida entre el 30 de septiembre de 1984 y el 24 de julio de 1988, con 4 temporadas y 89 capítulos en total (más el capítulo piloto aparte). 

   Evidentemente todos estos productos televisivos serializados y otros más de la misma época, incluyendo películas ambientadas en el mismo universo ("spin-offs"), derivaron en origen del "fenómeno" Creepshow, creado por el dúo Romero-King en forma de modesta película, con la intención de homenajear aquellas series de terror publicadas por EC Comics en el primer lustro de la década de 1950, cuyo más significativo guiño es apropiarse del guardián de la cripta, como ya vimos más arriba, que se extendió en una segunda parte de peor calidad aunque bastante mayor popularidad, en parte debido a la serie televisiva 'Tales from the Darkside', 'Creepshow 2', estrenada en 1987, así como una tercera parte desvinculada del dúo original y tan pésima que todos los fans la han olvidado, pasándola de largo, 'Creepshow 3', estrenada en 2006. Tras 13 años de aparente olvido y desaparición casi al completo de nuevos contenidos, el "fenómeno" Creepshow volvió a revivir el 26 de septiembre de 2019 en el servicio estadounidense de transmisión continua de contenido multimedia por internet ("streaming"), básicamente vídeos bajo demanda por suscripción, Shudder, especializado en terror y suspense. De momento lleva 4 temporadas, con capítulos dobles, es decir, 2 historietas por capítulo. La serie televisiva web antológica 'Creepshow' está creada por el reconocido productor, maquillador, creador de efectos especiales, actor y director de televisión estadounidense Gregory "Greg" Nicotero, siendo fiel al origen de la creación del dúo Romero-King.

   Y ahora llegan al mercado editorial los primeros cómics CREEPSHOW de toda la historia (exceptuando la adaptación que el historietista Bernie Wrightson [1948-2017] hizo en 1982 de la primera película original, el mismo año de su estreno), totalmente fieles a la creación del dúo Romero-King. Al parecer fueron publicados originalmente en inglés en 2022 por Skybound e Image, en colaboración directa y principal con Cartel Entertainment entonces (ahora Evoke Entertainment desde 2024), la empresa de gestión y producción de cine y televisión encargada de la creación de la serie 'Creepshow' para Shudder que, imagino, tendrá en la actualidad los derechos de autor para la explotación legal del nombre y los productos derivados. 

   Hasta el momento hay 3 volúmenes publicados, los cuales han salido a la venta en España de la mano de esa preciosa editorial en sus comienzos que es MOZTROS, en una buena edición y en muy pocos meses de diferencia, algo bastante inusual y raro en el mundo del noveno arte, pero muy gratificante.

CREEPSHOW (VOL. 2)

Mayo de 2025


CREEPSHOW (VOL. 3)

Julio de 2025


   Cada volumen es único en creatividad aunada, con los mejores guionistas, ilustradores y coloristas, respetando el mismo trasfondo: 10 historietas fieles a la esencia audiovisual cinematográfica y televisiva serializada a la que nos acostumbramos los fans (soy uno de ellos desde la adolescencia y juventud, como supongo que habré dejado caer en este artículo), con experiencias individuales que cambian por completo en cada historieta, especialmente en lo visual, aunque con esa esencia saboreable única que diferencia la calidad del "fenómeno" perdurable y cuasi eterno que es Creepshow. ¡Ojalá siga renovándose en cada generación!


P.D.

Por si no hubiera bastante contenido, todavía falta alguna que otra matización. De momento lo voy a dejar en 2 únicos detalles, esperando la comprensión de mi gente lectófila ante todos los matices que se me olvidan, pues el tema es muy amplio como para abarcarlo al completo en un artículo: no debemos confundir al guardián de la cripta, en ocasiones llamado "El Creep", con Creepy, pues a veces pasa. Uncle Creepy o "Tío Creepy" es el personaje presentador protagonista, con una función muy parecida al guardián de la cripta, aunque muy diferente, de una revista de terror llamada 'Creepy' (1964-1983), también basada en historietas cortas de cómic, influenciadas por las series de EC Comics, pero sin el genuino punto y toque de humor negro tan agudo. Esta revista, junto con otras 2, 'Eerie' (1966-1983) y 'Vampirella' (1969-1983) fueron creadas por la extinta editorial Warren Publishing, fundada en 1957 y clausurada en 1983. Tampoco hay que confundir al guardián de la cripta con "El Creeper", como a veces se le llama (especialmente en la introducción, por lo demás brillante y necesaria, de Mike Man [Miguel Mandacen], a la edición española del primer volumen del cómic CREEPSHOW aquí reseñado), pues "El Creeper" ("The Creeper" en inglés original) es un personaje cinematográfico de ficción, antagonista en la tetralogía de terror 'Jeepers Creepers' (Victor Salva, 2001).

miércoles, 20 de agosto de 2025

'SANGRE BÁRBARA' de El Torres & Joe Bocardo & Manoli Martínez (reseña)

Acabo de leer el cómic SANGRE BÁRBARA. EDICIÓN SALVAJE.

   Escrito por el reconocido guionista de historietas y escritor español Juan Antonio Torres García, nacido el 19 de julio de 1972 en Málaga, Andalucía, España. Es más conocido como El Torres. Ilustrado por Joe Bocardo, un fantástico ilustrador español nacido en 1980 en Cádiz, Andalucía, España. Ambos han colaborado juntos en algún que otro trabajo y de ahí su simbiosis perfecta a nivel artístico. Aunque en esta obra no ha podido participar, el dúo decidió que seguiría apareciendo en los créditos la artista visual y colorista española Manoli Martínez Laureano, nacida en 1973 en Barcelona, Cataluña, España.

   Mi ejemplar es una primera edición publicada en diciembre de 2023 por KARRAS COMICS, una muy interesante editorial española de Granada, dirigida por la editora Cristina Carrasco y especializada en cómics, que suele publicar cosas muy específicas y rarezas comiqueras para verdaderos amantes del noveno arte, definiéndose a sí misma, de manera escueta pero elocuente y evocadora (toda una declaración de principios), como: "Editorial de cómics sin complejos".

   El cómic tiene 136 páginas repartidas en un prólogo, 4 capítulos numerados con números romanos y 2 epílogos. Es una edición especial limitada a 1.500 ejemplares que, hasta donde sé, creo que todavía no se ha agotado. Ahora sería, por tanto, el momento de adquirir un ejemplar de esta singularidad irrepetible, un cómic de coleccionista y a todo lujo, con las tapas duras y cosido a hilo.

   Se trata de una rareza inusual y que sin duda deleitará a cualquier fan de la mejor creación a mi juicio del escritor estadounidense de principios del siglo XX Robert Ervin Howard (1906-1936): Conan de Cimmeria, también conocido como Conan el bárbaro. Para muchos, el mejor escritor pulp de la historia y no es de extrañar, pues fue el creador del fascinante subgénero de la fantasía épica conocido como espada y brujería. Para más información consultar este artículo del blog: 'CONAN de Cimmeria 1' de Robert E. Howard (reseña).

   Recordar que Conan de Cimmeria, también llamado Conan el bárbaro, es uno de los principales personajes de ficción creados por Robert E. Howard en 1932 y que en principio tuvo un breve recorrido, pues su brillante y magnífico autor original falleció 4 años después de aparecer publicado el primer relato protagonizado por el que acabaría convirtiéndose en uno de los más memorables, legendarios y recordados personajes de la fantasía heroica, a mi juicio mucho más interesante que las creaciones de Tolkien o de cualquier otro autor emblemático de fantasía épica, en la mítica revista pulp estadounidense 'Weird Tales' (algo así como "cuentos raros", lo cual nos indica que el famoso Conan fue creado como una genuina rareza literaria), al suicidarse en la parte delantera de su vehículo disparándose un tiro en la cabeza, a los 30 años de edad. Una gran pena, la verdad, pero viendo objetivamente luego el recorrido que seguiría el popular e icónico personaje inmortal, de la mano de los autores que intentaron continuar extendiendo sus aventuras, básicamente por amor y devoción incondicional a esa fascinante creación de la más genuina rareza literaria, me parece que tal vez la temprana muerte voluntaria de Howard hizo que precisamente Conan de Cimmeria acabara siendo la inmortal creación que no solo trascendió a su creador, sino que ha "reencarnado" infinidad de veces (con mejor o peor fortuna) desde entonces, independizado de su creador, aunque, a decir verdad, a mi juicio, absolutamente ninguna de ellas se ha ni aproximado al peor relato de la creación original, a pesar de haber alguna que otra excepción (sí, como habrás podido imaginar, estás ahora mismo leyendo una reseña sobre una de esas poquísimas excepciones).

   Veamos un poco más en detalle el asunto: cuando hablamos de Conan de Cimmeria o Conan el bárbaro, podríamos hablar simultáneamente de 4 productos diferentes. 

   El primero y único importante fue la serie de relatos y novelas cortas que su creador original, Robert E. Howard, escribió entre 1932 y 1936. La mayoría fueron publicadas en la revista pulp 'Weird Tales', pero otras no, publicándose años (incluso décadas) después en otros medios. Solo en 2002 una colaboración entre exégetas especializados en la obra de Howard y Conan en particular, consiguieron rescatar todos sus relatos y novelas cortas originales para crear, durante los siguientes años, una edición exhaustiva y definitiva en 3 volúmenes. 

   El segundo y nada importante fue toda la cantidad de autores enamorados del personaje y sus aventuras, que intentaron continuar, o bien terminando los relatos que Howard dejó a medias (con resultados desastrosos), o bien escribiendo relatos y novelas totalmente nuevas, ambientadas en la Era Hiboria, el ficticio tiempo y mundo salvaje, bárbaro y violento habitado por Conan. El problema es que esos trabajos acabaron convertidos en pastiches. Pastiche: "Imitación o plagio que consiste en tomar determinados elementos característicos de la obra de un artista y combinarlos, de forma que den la impresión de ser una creación independiente" (Real Academia Española). Pero no solo fueron pastiches, sino pastiches horribles en la mayoría de casos. 

   El tercero y que marcó un punto de inflexión en la cultura popular fue la adaptación que las 2 grandes editoriales estadounidenses del noveno arte (Marvel y DC) hicieron del personaje al mundo de la historieta, inaugurando colecciones específicas, con Conan de Cimmeria como protagonista, que dieron comienzo en 1970 y aunque en 2000 alcanzaron la cumbre definitiva (Marvel), todavía se siguen publicando, más bien recopilatorios y nuevas reediciones que historietas nuevas, dando una amplitud de tomos difíciles de coleccionar. El problema, al igual que sucedió con los pastiches literarios iniciales tras la prematura muerte del creador, es que no tienen nada (o tienen poco) que ver con el verdadero Conan de Cimmeria, cuya característica principal inequívoca es tener solo verdadera vida en manos de Howard, exceptuando, tal vez, las adaptaciones al noveno arte de muchos de los relatos originales. 

   El cuarto pero no último son las adaptaciones cinematográficas, a destacar las dos primeras, en la década de 1980, interpretadas por el actor que le pondría inequívoco rostro y comportamiento audiovisual a Conan de Cimmeria, el culturista profesional austríaco nacionalizado estadounidense Arnold Schwarzenegger, uno de los mayores iconos del cine de acción en las décadas de 1980 y 1990: 'Conan el Bárbaro' (John Milius, 1982) y 'Conan el Destructor' (Richard Fleischer, 1984). Ambas no se basan en el personaje original de Howard, sino en la distorsión incorrecta que proyectaron los cómics, dándole la equívoca y definitivamente errónea visión social que tiene el personaje en la cultura popular. 

   Pero... ¿Y qué sucede con SANGRE BÁRBARA?

   Bueno, el cómic SANGRE BÁRBARA es una historia muy diferente que, sin duda (o con pocas dudas), han sabido apreciar todos (o casi todos) los verdaderos fanáticos de Conan, tanto los puristas (como servidor) que solo aman de verdad la creación howardiana original, como los que vienen (la aplastante mayoría por motivos editoriales obvios) de los cómics 'Conan el Bárbaro', 'La espada salvaje de Conan', o 'Conan Rey', por citar las 3 creaciones populares de Marvel Worldwide, Inc., más conocida como Marvel Comics. A mi juicio de total reticencia ante la adaptación howardiana al noveno arte, considero que, si bien Marvel se apartó por completo de la creación original para inventar un Conan muy diferente y descontextualizado (un Conan de pastiche literario nefasto a mi parecer), no obstante DC Comics intentó acercarse más a ese Conan howardiano original a partir de 2003, cuando se unió a las adaptaciones de la saga Conan según la interpretación del noveno arte, siendo infinidad de veces más fiel al original, aunque el dúo formado por el historietista y editor estadounidense de Marvel Roy Thomas, junto con el ilustrador británico Barry Windsor-Smith primero, sustituido después por el historietista estadounidense John Buscema (1927-2002), fueran los artífices de la verdadera popularidad distorsionada que alcanzaría su interpretación de Conan y la Era Hiboria, extendiéndose hasta las primeras adaptaciones cinematográficas, siendo el resto de los intentos un rotundo fracaso rechazado por crítica y público, incluso hasta cuando intentaron ser más fieles también a la creación howardiana original.

   SANGRE BÁRBARA es una magnífica, maravillosa, inusual e irrepetible creación breve publicada originalmente por KARRAS COMICS en julio de 2021, donde se aplica ese refrán que afirma "lo bueno, si breve, 2 veces bueno". Nos dejó estupefactos a todos los auténticos amantes genuinos y fanáticos de Conan de Cimmeria, especialmente a los puristas howardianos más frikis, aunque yo, por desgracia, no llegué a las 3 primeras ediciones que, hasta donde sé, tuvo, pues, al parecer, se agotaron con rapidez. Esa edición original citada estaba escrita por El Torres, ilustrada por Joe Bocardo y coloreada por Manoli Martínez. El resultado de este pedazo trío de artistas colaborando fue una verdadera obra maestra que, bebiendo inequívocamente del dúo Thomas-Buscema y las creaciones comiqueras de Marvel, no se alejó un ápice de Robert E. Howard. 

   ¿Cómo pudo suceder esto, la mayor rareza comiquera de la más alta singularidad? Pues porque El Torres es un auténtico fan friki absoluto de "Bob Dos Pistolas" (apodo que le puso su gracioso y divertido amigo H. P. Lovecraft a Robert E. Howard) y llevaba años y años rondándole por la cabeza crear algo de lo que su propio maestro y mentor estuviera orgulloso. A mi juicio me caben pocas dudas sobre que Howard no solo hubiera aprobado SANGRE BÁRBARA, sino que habría hecho suya y reivindicado esta historieta que contiene todos los elementos esenciales de la Era Hiboria, pero permeados por esos 89 años transcurridos desde que Robert E. Howard se marchara con Crom al otro lado de las gélidas montañas de su querida Cimmeria, para dejarnos aquí en plena soledad, aunque bien acompañados por su inmortal creación, con ese conflicto anidado en el corazón de todo ser humano desde que dio comienzo la historia y que, sin duda, recorre implícita y explícitamente esta breve historieta fascinante de Conan, más allá incluso de Conan: la dicotomía entre civilización versus barbarie. Esa es una de las grandes sorpresas que El Torres repite obsesivamente a lo largo del impresionante guion que... ¿Podría ser de otra forma?; con una rotunda y enérgica respuesta directa: no, no y no, pues la confrontación entre civilización versus barbarie fue la mayor obsesión en la corta vida de Howard, tomando siempre partido el genial, creativo e imaginativo autor tejano por la barbarie, sin pie a la duda, aunque nunca fue (y eso es lo más significativo) una concepción bárbara romantizada ni idealizada, como tal vez transmitieron los cómics de Marvel y las adaptaciones cinematográficas posteriores influenciadas por esas previas adaptaciones literarias al noveno arte, olvidando todos los temas esenciales de Howard.

   ¿Y cómo es capaz de llevar El Torres esa dicotomía a efecto, como ni siquiera el autor tejano original fue capaz de hacer en su momento?

   Pues creando una de las interpretaciones surgidas especialmente tras la muerte de Howard y las reinterpretaciones que se han hecho del Conan de Cimmeria poshowardiano: un hijo, llamado como él, Conan, pero totalmente diferente a él, Conan el bárbaro, para así representar la escenificación más clara y obvia, que casi seguro, repito por segunda vez, "Bob Dos Pistolas" hubiera aprobado, regocijándose en ella (seguro que está feliz junto a Crom en lo alto de su montaña, riendo y aplaudiendo por esta excelente idea), entre civilización, Conan hijo, el príncipe Conan de Aquilonia y barbarie, Conan padre, el envejecido y cansado pero todavía poderoso, fuerte, así como "genio y figura" rey Conan de Cimmeria, que desea renunciar a su trono de Aquilonia.

   Pero todavía es mejor si cabe el asunto, pues no solo se escenifica una breve (como lo mejor de este cómic, que es absolutamente todo según yo lo veo) pero intensa, evocadora y simbólica lucha legendaria al final, cual escenificación arquetípica elocuente del mayor asunto que ocupó la también breve pero intensa vida de Howard, la dicotomía civilización versus barbarie, deleitando a cualquier fan de la mejor creación howardiana en un enfrentamiento inesperado pero regocijante, tanto por su intensidad como por su resolución final, sino que esa misma dicotomía encarna en 2 personajes diferentes y estratégicamente enfrentados a muerte, uno masculino, protagonista, el otro femenino, secundario, aunque fieles ambos a las creaciones howardianas detalle a detalle, sin decantarse El Torres, como tampoco se decantó Howard, por el manido cliché de héroes superheroicos impolutos y defensores del mayor bien, ni villanos ultramalvados y retorcidos partidarios deliberados del peor mal, cuya mejor representación literaria en la fantasía épica está encarnada por las creaciones tolkienianas. Sin olvidar en ningún momento que El Torres nada hubiera conseguido si no llega a tener esa simbiosis con Joe Bocardo y su capacidad para trasladar su visión a la dimensión visual, la gran diferencia abismal entre la literatura y el noveno arte.

   Desde el principio hasta el final (es importante y muy esencial el prólogo escrito por el emblemático escritor español de literatura de género Rodolfo Martínez) acudimos a una declaración de amor friki por parte de El Torres hacia su maestro y mentor Robert E. Howard, repitiendo el popular comienzo de la cita de las crónicas nemedias con la que, a su vez, da comienzo el primer relato que protagonizó Conan de Cimmeria en 1932, para terminar desviándose hacia una novedad. A mi juicio este primer acto es de una maestría aplastante, pues representa la perfecta unión armoniosa entre la creación howardiana literaria, los también literarios pastiches intermedios alejados y la creación comiquera posterior totalmente ajena.

   Nada más finalizar la perfecta historieta definitiva a mi parecer (pues tiene la unión coherente de todos los elementos howardianos y comiqueros desvinculados, que nadie antes ni después ha sabido crear), de una manera inesperada y que traspasa la ficción para permear la realidad en el guiño definitivo a Howard y sus creaciones, mediante una conexión sorprendente en la última página, que está insinuada ya en la primera, tropezamos con el primer epílogo de un grande entre los grandes del noveno arte en España, el maravilloso Paco Hernández, escritor e historietista español, que no deja pie a la duda. Y por último, el segundo epílogo, de El Torres, donde entenderemos los motivos e importancia de esta edición especial en blanco y negro que, si te gusta lo más mínimo el tema aquí tratado, deberías agenciarte cuanto antes, pues es muy probable que llegues tarde si esperas, aunque solo sea un poco más.

martes, 19 de agosto de 2025

El misterio de la nota (un breve relato basado en hechos reales)

Estaba en la cama, leyendo la última página del próximo cómic que reseñaré en breve para mañana (¿Imaginas cuál será? ¿Sí? ¿No? Sorpresa, sorpresa... otro misterio añadido al misterio de la nota), cuando, hace unos minutos, me ha llamado mi mujer para que fuera al comedor adyacente a verla.

   Cuando llego me cuenta la siguiente historia: 

   "He llamado a mamá para preguntarle por un aparato de música y al descolgar el teléfono he sentido poner un toque de magia y misterio a nuestro día, pues ya sabes que a ella le encanta la magia y el misterio, por tanto le he preguntado, con una voz tenue pero confidente, si podía guardarme un secreto, a lo que no ha tardado en responderme que por supuesto, recalcándole la importancia de mantener esto en total privacidad. Como es evidente, enseguida se ha mostrado interesada, al sentirse, de repente y sin esperarlo, protagonista de una de esas novelas que tanto le gusta devorar; la prota del libro de misterio y suspense que ahora está leyendo. Captada toda su atención, le he dicho que en la habitación de Cristi (mi hermana menor), dentro del armario viejo de varios estantes, había unas camisetas bien dobladas, pero no le podía decir si eran de mi hermana o de nuestro sobrino (el hijo mayor de mi hermana mayor), que también duerme ocasionalmente en esa habitación. Ella afirma todo lo que le voy indicando, sumergiéndose inconscientemente y de manera progresiva, en la historia narrada. Entonces le digo que, debajo de esas camisetas, en el fondo del armario, bien guardada y oculta, hay una bolsa de color azul eléctrico; un azul muy llamativo"

   "Mamá, dentro de la bolsa encontrarás una cajita con un lazo"

   "¿Una cajita, hija? Pero... ¿Qué es lo que ocultas en ella? ¡Estoy intrigadísima!

   "Mamá, espera que te siga contando, no tenemos mucho tiempo"

   "Sí, sí, hija"

   "Pues dentro de la cajita encontrarás una lupa"

   "¿Una lupa, hija? ¡Esto es alucinante!"

   "Junto a ella hay un pequeño papel escrito y unos números... ¿Tú sabes latín, mamá?"

   "Siiii, los números en latín, claro; el 1, el 2... me responde ya algo nerviosa y desesperada"

   "Aguantando la risa como puedo le digo: bueno, hay un escrito que debes memorizar"

   "Vale, hija"

   "Repite conmigo: Te están..."

   "Ella repite: Le están..."

   "Y yo: noooooo mamá, atenta, por favor"

   "Vale, hija"

   "Te están..."

   "Ah, sí; Te están..."

   "Tomando..."

   "Entonces termina ella la frase preguntando: ¿el pelo, hija?"

   "Jajajajajajajajajajajajajaja, rompo a reír con gusto. Ella se queda un momento callada y empieza: la madre que te hizo, que a gusto me quedé cuando te parí, esta me la pagas, yo toda enganchada a la historia, pensaba que iba a descubrir un tesoro, es que me la has liado, te colgaba ahora mismo... No, no, de hecho te voy a colgar. Entre risas se hace el silencio y la vuelvo a llamar a ver si se digna a decirme donde está el aparato musical"

Fin.

P.D.

Sí, tras partirme la caja de la risa incontrolada que me ha poseído, poco después de levantarme de dormir y leer un cómic, llevo una hora intentando escribir este relato para ver si "exorcizo" el "troleo" de mi mujer a su madre, pues todavía me ronda por la cabeza y no puedo desconectar. Y es que mi mujer tiene un sentido del humor radical, cuya característica radica en conseguir "trolearte" sin que te enteres hasta que ya es tarde. Por ejemplo, muchas veces se pone en otra habitación a hablar por teléfono con su hermana y de repente empiezan a discutir. Evidentemente sabe que estoy escuchando, atento. Cuando llego a esa habitación y preocupado por la situación tan tensa, intento averiguar con gestos qué sucede, me hace señas enfadada para que la deje en paz, hasta que me doy cuenta de que el teléfono por el que habla es un plátano (esa ya no me la cuela tanto) o últimamente el mando de la televisión (esa todavía me la cuela).

Por otra parte mi suegra, Mercedes, su madre, es la ruptura con cualquier estereotipo de suegra que pueda surgir en la mente humana (estereotipos y chistes de los que nos reímos juntos a mandíbula batiente cada vez que nos juntamos, pues son absolutamente ridículos y de verdadero chiste malísimo en nuestro caso para ambos, pues nos queremos de todo corazón como pocas veces verás a una suegra y un yerno quererse). Empedernida lectófila amante de las novelas de misterio, suspense y fantasía, cuando me compro un libro suelo echar un vistazo a las novedades editoriales de todo lo que le gusta, para ver si le llevo algo. A menudo le regalo un librico y la aplastante mayoría de veces acierto, siendo la envidia de sus 2 hermanas, también lectófilas, cada vez que van a visitarla.

domingo, 17 de agosto de 2025

'MENTE EN SILENCIO' de Jiddu Krishnamurti (reseña)

Acabo de leer (por enésima vez) el libro MENTE EN SILENCIO.

   Escrito por el conferenciante y pensador hindú Jiddu Krishnamurti, nacido el 11 de mayo de 1895 en Madanapalle, Andhra Pradesh, India y fallecido el 17 de febrero de 1986 en Ojai, California, Estados Unidos debido a un cáncer de páncreas.

   La trayectoria y el pensamiento de este iconoclasta y disruptivo personaje no tiene equivalencias de tipo alguno (atención a la afirmación) en toda la historia de la humanidad a mi parecer. Según lo ve servidor Krishnamurti fue el ser humano que mejor y con mayor lucidez y discernimiento ha entendido la cuestión humana a nivel global e integral, aunque destacando sus certeros análisis sobre el comportamiento, la conducta, el pensamiento, la mente y sobre todo el funcionamiento de las ideologías (religiosas, filosóficas, políticas) o la subjetividad creyente que nos caracteriza como especie. A mi juicio no es posible entender la condición humana y el funcionamiento de la sociedad sin haber entendido previamente, de manera correcta y amplia, el pensamiento krishnamurtiano, aunque más bien diría las reflexiones mayéuticas que propuso este señor en infinidad de conferencias y diálogos con todo tipo de interlocutores, a lo largo de 57 años.

   Su particularidad más singular fue no ser nada ni nadie a nivel alguno, lo cual es de gran elocuencia según yo lo veo: ¿Quién, si no, podría haber entendido la verdadera y genuina estructura del condicionamiento mental subyacente, que alguien poco o nada condicionado por una sociedad que presuntamente "educa" a sus individuos desde la infancia, aunque mejor diríamos que adoctrina a sus individuos para que sean productivos y reproduzcan una cantidad de tradiciones y creencias, determinadas por cierta serie de estándares cuando menos dudosos?

   La vida de Krishnamurti fue apasionante y difícil de creer si no hubiera sido real, pues, al menos hasta donde sé, no he conocido otro caso igual, claro ejemplo de que la realidad muchas veces supera con creces a la ficción. Nacido en el seno de una familia hindú de brahmanes (la casta sacerdotal y única valorada muy por encima de sus posibilidades en la clasista radical sociedad hindú) venidos a menos, en decadencia, pasó su infancia bordeando la pobreza. La condición personal de niño absorto en su mundo interior y sin dotes intelectuales de tipo alguno le llevó a ser considerado por el entorno como un "retrasado" mental (en términos de la época). Pero hay un detalle en su mejor, exhaustiva y más amplia biografía de todas las que se escribieron, KRISHNAMURTI. BIOGRAFÍA (Editorial Sirio, Málaga, 1990), de la escritora, activista cultural hindú y amiga personal de Krishnamurti Pupul Jayakar (1915-1997), que da que pensar: su madre, Jiddu Sanjeevamma, que murió cuando él tenía apenas 10 años de edad, decidió parir a su enésimo hijo en el recinto de la vivienda, donde, de acuerdo con las creencias religiosas hinduistas de las que eran muy devotos ambos progenitores, no se podía dar a luz por ser un recinto sagrado dedicado a la adoración de la divinidad o las divinidades elegidas (ya que la India es un mundo aparte y muy complejo a nivel religioso, bastante difícil de entender para la monolítica mentalidad occidental en lo religioso). No obstante aquella mujer insistió tanto que el marido y la familia acabó accediendo. De hecho, el nombre que le puso (pues fue elección de la madre), significa algo así como "encarnación de Krishna", teniendo en cuenta que Krishna es uno de los personajes heroicos mitológicos y divinidad muy importante en la India, algo parecido a Jesucristo para los cristianos (avatar o encarnación del dios Vishnu). Ella creía con seguridad y firmeza que su hijo había nacido con una "misión" espiritual importante. Los estudios biográficos, destacando el citado más arriba, indican que existía una creencia generalizada en la hipotética capacidad "mediúmnica" de Sanjeevamma, que, al parecer, también se creía que había "heredado" el hijo protagonista de esta reseña.

   Cuando Krishnamurti estaba a punto de cumplir los 14 años de edad, en abril de 1909, fue descubierto en una playa privada de Adyar, Chennai, Tamil Nadu, India, junto a su hermano Nitya, por uno de los más influyentes miembros de la sede principal que tenía la Sociedad Teosófica allí. 

   La Sociedad Teosófica es una organización espiritual de tipo esoterocultista, fundada el 17 de noviembre de 1875 en Nueva York, Estados Unidos, por la polémica escritora y ocultista ucraniana Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891), el coronel estadounidense Henry Steel Olcott (1832-1907) y el abogado irlandés William Quan Judge (1851-1896). Es más conocida como teosofía. A pesar de su nombre y catalogación no tiene relación alguna con la verdadera teosofía, hoy catalogada como teosofía cristiana para distinguirla de la Sociedad Teosófica, originada en los siglos XVII y XVIII en el seno del cristianismo protestante alemán, como alternativa a la reforma luterana, siendo su figura más destacada el zapatero y místico alemán Jakob Böhme (1575-1624). 

   La verdadera teosofía original era una postura cristiana protestante centrada en el conocimiento directo de la naturaleza de la divinidad, así como del origen y el propósito de la creación, siendo fiel a la etimología de la palabra en griego. En cambio la Sociedad Teosófica simplemente se apropió del concepto para reinterpretarlo de una manera errónea, siendo un batiburrillo sincrético de doctrinas, escuelas u orientaciones filosóficas, espirituales y esoterocultistas descontextualizadas, para acabar dando prioridad a una interpretación occidentalizada del hinduismo y sobre todo del budismo, a la que se llamó "budismo esotérico", aunque no tenía nada que ver con el verdadero budismo. Durante la segunda mitad del siglo XX varias organizaciones y/o sectas de corte esoterocultista siguieron el mismo camino, influenciadas por la Sociedad Teosófica, a destacar el Movimiento Gnóstico Cristiano Universal del colombiano Víctor Manuel Gómez Rodríguez (1917-1977), que operaba bajo el pseudónimo Samael Aun Weor, o la Nueva Acrópolis del argentino Jorge Ángel Livraga Rizzi (1930-1991).

   Bueno, pues Krishnamurti fue descubierto por el escritor y muy influyente, aunque polémico (debido a su presunta pedofilia) miembro teosófico británico Charles Webster Leadbeater (1854-1934), mano derecha de la mayor líder de esta organización antes de caer prácticamente en el olvido, la escritora y activista por los derechos de la mujer Annie Besant (1847-1933). Y... ¿Cómo pudo ser descubierto Krishnamurti por Leadbeater en una playa privada que pertenecía a la sede hindú principal de la Sociedad Teosófica? Porque el padre, Jiddu Narayaniah, funcionario público de profesión, se convirtió, a pesar de su hinduismo ortodoxo, en miembro de la Sociedad Teosófica desde 1906, consiguiendo un empleo en la citada sede, donde se trasladó a vivir, junto a sus hijos, en 1907.

   Leadbeater afirmaba que tenía capacidades "mediúmnicas". Su más extravagante, pero popular en esos mundillos, afirmación, era que podía ver el "aura" que presuntamente, de acuerdo con ciertas creencias espirituales y esoterocultistas, rodea a los seres vivos. Tras encontrarse con Krishnamurti en aquella playa privada, dijo que jamás había visto nada igual, pues el alma de aquel muchacho adolescente estaba "libre de todo egoísmo", según sus propias afirmaciones. Parece ser que en realidad, debido a su inequívoco comportamiento, sentía atracción pedófila por los chicos adolescentes. Informó de inmediato a Besant, la líder, pues según su relato (¿podría tener algo de cierto, viendo la trayectoria posterior del personaje protagonista de esta reseña?) ese muchacho pobre, sucio y considerado "retrasado" mental, había venido a cumplir una "misión" espiritual de gran trascendencia. Como una de las creencias principales de la cofundadora y líder teosófica Madame Blavatsky, así como luego de los herederos de la Sociedad Teosófica, era que existía una hipotética "jerarquía" de "Maestros Ascendidos" (el término correcto en aquella época era "Mahatmas"), esperaban la llegada de un instructor mundial de rango espiritual muy elevado (cuasi la encarnación de una divinidad) y por eso, debido a la gran influencia de Leadbeater sobre Besant, se decidió proclamar al adolescente Krishnamurti como el "vehículo" del "Maestro del Mundo", una creencia mesiánica presente en religiones como el hinduismo (Kalki Avatar) y el budismo (Maitreya). Para ello se creó una suborganización teosófica llamada la Orden de la Estrella de Oriente en 1911, con la intención de difundir el presunto "mensaje" de Krishnamurti que, en realidad, escribía Leadbeater y otros miembros. 

   Pero a medida que nuestro protagonista dejaba atrás la adolescencia y culminaba su juventud, empezó a dudar de todo, dándose cuenta de que era una fabulación ilusoria creyente que, en no pocos casos, especialmente con la cofundadora y primera líder, rozaba el engaño y un flagrante fraude. A partir de 1922 vivió una especie de "despertar" espiritual similar a la creencia hindú en el ascenso de la kundalini (un tipo de "energía" espiritual que recorre la columna vertebral, de acuerdo con esa creencia). Sus dudas aumentaron en los siguientes 7 años, hasta que el 3 de agosto de 1929, mientras tenía lugar uno de los campamentos de verano en Ommen, Overijssel, Países Bajos, donde la Sociedad Teosófica tenía una fuerte presencia, especialmente la Orden de la Estrella de Oriente, Krishnamurti dio una magistral charla legendaria titulada 'La verdad es una tierra sin caminos', donde decidió disolver la suborganización y rechazar tanto su rol "mesiánico" como su pertenencia a la Sociedad Teosófica. Todo el mundo se quedó estupefacto. Nadie supo asimilar muy bien lo que había sucedido, en especial Annie Besant, ya anciana y un tanto senil, que falleció 4 años después sin entender nada.

   A partir de ese momento, Krishnamurti se dedicó el resto de su longeva vida a dar conferencias y tener diálogos con todo tipo de interlocutores (personalidades públicas variopintas del mundo de las artes, la filosofía, la religión, la política y las ciencias, así como personas anónimas de todo el mundo), donde la característica principal era algo parecido al método socrático o mayéutica, es decir, la indagación mediante preguntas que eluden una respuesta cerrada, para que cada interlocutor u oyente encuentre la respuesta por sí mismo, en estado de autoexploración interna. Las reflexiones que proponía eran muy críticas con las creencias, los hábitos, las tradiciones y las costumbres. Sus análisis de la realidad individual y social se caracterizaron por una lucidez metacognitiva inusual que jamás he visto en ningún otro ser humano, pues todos solemos hablar desde una posición ideológica concreta que nunca (o rara vez) se cuestiona a sí misma en lo esencial. Por descontado que, al menos hasta donde conozco, tampoco nadie ha hecho lo que él hizo, sino todo lo contrario: ¿Renunciar a un rol de autoridad máxima, especialmente en el contexto religioso?

   Durante una década, entre la segunda mitad de 1995 y la primera mitad de 2005, Krishnamurti fue mi lectura principal recurrente. Sin duda ha sido la mayor influencia personal a todos los niveles con diferencia. Pero él no era escritor, sino conferenciante. Por tanto la aplastante mayoría de sus libros son transcripciones de las charlas y los diálogos, exceptuando los 2 diarios. La mejor edición a mi juicio es: Diario I. Edición renovada (Kairós, Barcelona, 1999) y Diario II. El último diario (Kairós, Barcelona, 1999).

   Mi ejemplar es una primera edición publicada en abril de 2022 por Editorial Kairós, una de las editoriales españolas independientes, longevas, así como más importantes y significativas en la publicación de libros especializados en espiritualidad seria y sobre todo orientalismo, fundada en 1964 en Barcelona por el ingeniero, filósofo y escritor español Salvador Pániker Alemany (1927-2017). En la actualidad está dirigida por su hijo Agustín Pániker, editor y escritor español especializado en la cultura hindú. Aunque también publica cosas bastante dudosas y cuestionables (como los libros del polémico líder sectario hindú Osho [1931-1990]), no obstante se trata de una editorial con seriedad, rigurosidad y de la mayor confianza si te interesa la espiritualidad o el orientalismo, alejada de los libros nueva era sin criterio, como los que publica Ediciones Obelisco, Editorial Sirio o Ediciones Ishtar Luna-Sol (lo cual no significa que no publiquen cosas muy interesantes y serias), con todo tipo de pseudociencias infundadas y teorías conspirativas infumables. Por encima, en nivel de seriedad rigurosa a mi juicio, estaría Editorial Trotta (en orientalismo y religiones) o Ediciones Atalanta (en espiritualidad), pero pocas más. Por debajo estaría el Grupo Gaia, que incluye los sellos Gaia Ediciones, Arkano Books, Dojo, Neo Person y Rigden, a medio camino entre Kairós y Obelisco o Sirio. La edición original en inglés fue publicada en 2019, lo cual significa que estos escritos permanecieron 33 años guardados tras la muerte del autor.

   El libro tiene 366 páginas repartidas en un prólogo explicativo, un prefacio, 3 partes con 60 capítulos en total y una mención a las fundaciones Krishnamurti.

   Se trata de la mayor rareza literaria genuina y única en la producción bibliográfica relacionada con Jiddu Krishnamurti, pues a diferencia de la aplastante mayoría de libros publicados bajo su autoría, está compuesto por 60 capítulos que salen de los escasos escritos que el protagonista de esta reseña escribió de su puño y letra, aunque fueran diálogos. Esto es una anomalía inusual en el "canon" krishnamurtiano, pues casi todos sus libros (exceptuando los dos diarios que ya mencioné y poco más) son transcripciones de las grabaciones en audio de sus intervenciones, tanto en charlas y debates surgidos en el contexto de esas charlas, como en diálogos con interlocutores. El mayor valor a mi juicio, como experto lector de la mayoría de libros que se han traducido al castellano (los mejores según mi experiencia son los de Editorial Kairós), reside en las reflexiones personales de su puño y letra, subrayando los capítulos con marcador amarillo (aunque parezca verde claro) como se ve en las fotografías que hay más arriba. Ahí es donde te puedes acercar al pensamiento krishnamurtiano y ver por ti mismo la singularidad, lucidez y discernimiento de este ser humano sin parangón, lo mejor que ha dado la especie humana a mi parecer.

viernes, 15 de agosto de 2025

Thomas M. Disch (1940-2008)

Cuando hablamos literariamente de ficción científica o ciencia ficción para la mayoría, pocos acontecimientos son tan relevantes a nivel histórico como la llamada Nueva Ola (New Wave en inglés original). 

   Esta corriente literaria sin la que no es posible entender correctamente la ficción científica surgió a mediados de la década de 1960 en el Reino Unido y se extendió durante toda la década de 1970 en Estados Unidos, aunque las fechas principales abarcan de 1965 a 1972. Se considera el periodo de mayor experimentación literaria dentro de la historia del género, de ahí su importancia.

   El origen de la disruptiva Nueva Ola tuvo lugar en el contexto de la revista británica 'New Worlds', una de las mejores publicaciones del género entre 1946 y 1971. Obtuvo el Premio Hugo a la mejor revista profesional (el más importante en la literatura de género) en 1957, tras 6 nominaciones. Esta emblemática creación literaria tuvo 2 fases de edición, la primera dirigida por el editor británico especializado en ficción científica John Carnell (1912-1972), entre 1946 y 1963. La segunda fase, que es la fundamental para entender la Nueva Ola, fue dirigida por el significativo escritor de ficción científica y fantasía británico Michael Moorcock (nacido el 18 de diciembre de 1939 y todavía vivo), entre 1963 y 1971. Además de un magnífico escritor considerado el renovador de la literatura fantástica (y uno de sus mejores autores) es también editor, periodista, crítico literario, compositor y músico. A partir de 1976 intentó retomar la publicación de la emblemática revista, tras su desaparición un lustro atrás, extendiéndose hasta 1996. Y fue precisamente en el seno de esta revista, gracias al trabajo e impulso editorial de Moorcock, donde se generó el mayor momento álgido de experimentación creativa en la ficción científica.

   La característica principal de la Nueva Ola fue una disrupción de los temas que habían caracterizado y encorsetado la ficción científica en las 2 "edades" anteriores (Edad de Oro [1938-1950] y Edad de Plata [1951-1965]), que le dieron sus características esenciales al género, a destacar las óperas espaciales, basadas en la navegación interestelar, los imperios galácticos, las confrontaciones bélicas a escala cósmica y una primera aproximación a la inteligencia artificial humanoide en forma de robots (término acuñado por el pintor, escritor y poeta checo Josef Čapek [1887-1945], pero popularizado por su hermano, el también escritor checo Karel Čapek [1890-1938]). Otra de las obsesiones que marcaron las 2 "edades" (aunque más la de Plata) fueron las invasiones alienígenas extraterrestres de la tierra.

   La Nueva Ola se apartó de estos clichés por completo para dedicarse a la plena exploración de la subjetividad humana, incluyendo la naturaleza de la consciencia y la realidad, los estados mentales, el solipsismo filosófico (postura subjetivista extrema para la cual solo existe aquello percibido por el sujeto) o la relativización moral, acorde a los tiempos que corrían y la serie de convulsiones sociales experimentadas en Occidente, especialmente en los países anglosajones.

   La primera obra que marcó un intenso punto de inflexión en la Nueva Ola fue la novela Incordie a Jack Barron (La Factoría de Ideas, Madrid, 2005) de Norman Spinrad, publicada originalmente en 1969 por Michael Moorcock de forma serial en la citada revista 'New Worlds', que tuvo efectos políticos reales al despertar la ira de varios miembros del Parlamento británico.

   Entre los variados autores jóvenes que empezaban su carrera literaria y se convertirían en referentes de la Nueva Ola destacó por méritos propios sobrados Thomas M. Disch, el protagonista un tanto olvidado (o al menos no tan conocido fuera de los aficionados al género) de este artículo que lo rememora y reivindica. ¿Quién fue este significativo autor?

   Thomas Michael Disch nació el 2 de febrero de 1940 en Des Moines, Iowa, Estados Unidos y falleció el 4 de julio de 2008 en Nueva York, Estados Unidos debido a una herida por arma de fuego. Fue un significativo escritor de ficción científica y terror que también incursionó en la poesía o la crítica periodística especializada en ópera y teatro. Aunque no fue un autor muy prolífico, sus obras están aclamadas por la crítica y los especialistas, ya que se convirtió en un referente de la ficción científica y la literatura.


   Se dio a conocer en la década de 1960 al empezar a publicar en las revistas del género. Su primera novela, titulada Los Genocidas (Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1974) fue publicada originalmente en inglés en 1965 y marcó un punto de inflexión, definiendo lo que sería el estilo literario propio de Disch encuadrado dentro de la Nueva Ola, apuntando temas concretos que luego desarrollaría a fondo, tanto dentro de la ficción científica como del terror, a destacar una visión crítica de la religión y sus contradicciones o el excepcionalismo humano y sus distopías políticas. Esta ópera prima es bastante curiosa, pues el argumento y el trasfondo se encuadra en una invasión alienígena peculiar del planeta tierra, por parte de una especie de plantas gigantescas (un billón de esporas al parecer) que crecen y se multiplican con mucha rapidez, agotando los nutrientes y recursos del planeta, pero con una enorme inmunidad a cualquier tipo de ataque, incluyendo a los seres humanos. La clave para ser considerada una obra emblemática de la Nueva Ola reside en los problemas ocasionados por esta invasión y especialmente en el comportamiento de los protagonistas, donde se presentan por primera vez las temáticas que obsesionarán al autor, desarrollándolas a fondo durante su poco prolífica pero muy significativa trayectoria.


   Tras un comienzo tan espectacular, Thomas M. Disch publicaría otras 2 obras fundamentales para entender la Nueva Ola, en los siguientes 7 años, consideradas sus mejores trabajos y 2 pilares literarios axiomáticos de la ficción científica.

   La Casa de la Muerte (Intersea Saic, Buenos Aires, 1976) fue publicada originalmente en inglés en 1968. La siguiente edición como Campo de concentración (Adiax, Barcelona, 1983) fue más fiel a la original y desde ese momento se tradujo en las siguientes ediciones con el mismo título, traducción literal del inglés. En este caso estamos ante una genuina distopía política esencial en la ficción científica pero con el característico y crítico sello dischiano impreso, que recorrería toda su breve producción: una profunda reflexión sobre el ejercicio coactivo del poder ejercido por humanos en pro de sus intereses personales presentados como beneficio para la comunidad (socialización versus individualismo), la arbitrariedad contradictoria de las creencias religiosas y esa oscuridad que siempre anida en lo más íntimo de nuestro comportamiento cotidiano pero solo se manifiesta explícitamente en situaciones extremas al límite, los 3 pilares a tener en cuenta para leer y entender correctamente la literatura dischiana a mi juicio. También inauguraría Disch con esta obra maestra otro de los aspectos primordiales de la experimentación literaria característica de la Nueva Ola: los monólogos internos subjetivos de los personajes protagonistas en primera persona, reflejando las ideas, preocupaciones y reflexiones del propio autor.

   334 (Ediciones Martínez Roca, Barcelona, 1993) fue publicada originalmente en inglés en 1972. Junto con las otras 2 obras citadas más arriba se considera una de sus mejores creaciones. En este caso estamos ante una lúcida mirada dischiana al futuro que no ha perdido vigencia a pesar del medio siglo transcurrido desde que fue publicada por primera vez. El singular libro se puede leer como una novela o como una colección de 5 relatos cortos entrelazados y un relato más largo que da título al libro, aunque se prestan también a una lectura independiente, con una presentación utópica pero simultáneamente distópica en el trasfondo, basada en las intimidades (situaciones cotidianas, ilusiones, preocupaciones, esperanzas, problemas) de varias personas anónimas y convencionales que habitan el bloque de apartamentos 334 de Nueva York, aproximadamente entre un 2012 y un 2026 imaginario (aunque se suele dar 2025 como la fecha exacta) que todavía estremece a sus lectores por la verosimilitud del ejercicio literario que desplegó Disch, en comparación con el 2025 real de la actualidad, donde la despreocupación e ignorancia de la sociedad por todos los personajes protagonistas, hace que la libertad de sus vidas se convierta en una prisión de soledad entre 4 paredes, donde nunca son dueños de sus vidas, a pesar de todos los presuntos avances sociales que la sociedad estadounidense retratada por el autor ha conseguido en el libro (normalización de la homosexualidad, uso libre y legal de los psicofármacos, facilidad de las relaciones sexuales con la prostitución legalizada). Debido a la superpoblación se ha implementado un programa obligatorio para el control de la natalidad y también existe un estado del bienestar que se que se encarga de cubrir las necesidades básicas a través de una ubicua agencia estatal, pero (y aquí reside la genialidad de la obra) con una acentuada diferencia de clases entre los que se benefician de esa asistencia social (básicamente todos los personajes protagonistas de la novela) y los verdaderos profesionales. Con esta obra la pluma dischiana remata sus obsesiones, temas recurrentes e intereses personales, alcanzando la cumbre literaria.

   Aparte de las 3 obras maestras reseñadas, también es necesario señalar su novela En Alas de la Canción (Bibliopólis, Madrid, 2003), publicada originalmente en inglés en 1979, pues no solo está considerada otra obra maestra por no pocos críticos literarios, sino que el eminente y reconocido crítico y teórico literario estadounidense Harold Bloom (1930-2019) la incluyó dentro de lo que él consideraba el "canon occidental". Se trata de una sátira política distópica en la línea de 334. A pesar de que algunos incluso han llegado a considerarla su mejor obra maestra (el caso citado de Bloom es muy elocuente), fue un fracaso comercial.

   Personalmente me sorprendió, fascinó, anonadó y regocijó sobremanera EL CURA. NOVELA GÓTICA (Berenice, Córdoba, 2007) publicada originalmente en inglés en 1994. La encontré hace un lustro aproximadamente en la librería Códex de Orihuela como un saldo perdido, que me costó 5,95 euros. Impactante novela a medio camino entre el suspense psicológico y el terror, se trata de un profundo ejercicio de subjetivismo radical donde el autor prácticamente se despide de sus lectores diseccionando uno de los grandes temas que caracterizaron su pluma, aunque lo llevó hasta el último extremo: las contradicciones inherentes a todo credo religioso, aprovechando para explorar la oscuridad más abyecta del ser humano a través de uno de los mayores problemas intolerables que caracterizan al cristianismo, especialmente a la Iglesia católica: la pederastia y el abuso sexual, así como las violaciones de menores en el seno clerical. Esta obra, la penúltima de Disch, a pesar de no estar bien valorada por la crítica, me parece una genialidad que culminó todo el imprescindible trabajo literario del autor, el cual desborda la posibilidad de ser encasillado como escritor de ficción científica, pues desde la década de 1980 (a partir de 1984) se dedicó a escribir novelas de terror hasta 1999, publicando también un par de novelas históricas (en 1975 y 1981), un exitoso cuento infantil (1986) adaptado a la gran pantalla por Disney, algún ensayo (en 1998 publicó una crítica a todos los grandes autores de ficción científica, ganando un Premio Hugo y otro Premio Locus a la mejor obra de no ficción en 1999) y poesía, sin contar también su trabajo periodístico publicado en varios periódicos de gran tirada.

   En lo personal Thomas M. Disch no tuvo una vida nada fácil, a pesar de lo gran ser humano que fue. Esas dificultades íntimas y características sociales revolucionarias, aunque contrapuestas al conservadurismo estadounidense de la apasionante época que le tocó vivir, le llevaron a transformar gran parte de sus intereses, reflexiones, problemas y puntos de vista en la mordaz, sarcástica y lúcida literatura que escribió. Desde la juventud tuvo no pocos problemas debido a su homosexualidad (recordemos que nació en 1940, acudiendo en la infancia a varios colegios católicos muy conservadores y aunque su plena juventud la vivió en la época del hippismo, eso no significa que la sociedad estadounidense aceptara la homosexualidad a nivel social más allá de los colectivos identitarios reducidos, sino todo lo contrario). Políticamente era izquierdista y a nivel religioso, ateo y anticlerical. Al unir todos esos aspectos que, por separado no tienen mayor importancia, tras juntarlos en aquella época generaron una "tormenta" perfecta para nuestro singular protagonista a nivel social que, unidos a una pluma genial pero inclasificable, le pusieron las cosas difíciles a Disch, por eso no fue un autor más prolífico ni tampoco conocido más allá de la literatura de género, distanciándose cada vez más, en los últimos años de vida, de la escritura (recordemos que su última obra se publicó en 1999) para dedicarse a la pintura. Tras el fallecimiento en 2005 del que había sido su pareja y compañero de vida durante 3 décadas, Charles Naylor, junto con una profunda depresión (parece ser que era un problema recurrente en su vida), algún que otro achaque de salud (al parecer sufría hepatitis crónica que afectaba su calidad de vida) y una preocupación constante por su precaria situación económica (acabó en la pobreza, a punto de ser deshauciado con varias amenazas de desalojo), le llevaron al límite, suicidándose el 4 de julio de 2008 de un disparo en su vivienda, a los 68 años de edad.